MARÍA ANTONIETA COLLINS
¿Muerta?… ¡Pero de la risa!
Cuarenta años de ejercicio periodístico han convertido a María Antonieta Collins en una de las periodistas más galardonadas y queridas en los Estados Unidos. Dueña de una narrativa única en sus reportajes, ha ganado los premios más prestigiados del periodismo, entre ellos dos premios Emmy®, el premio Edward R. Murrow y el premio Peabody por su trabajo en historias humanas y de investigación.
Actualmente, Collins es corresponsal especial principal de la cadena Univision, donde ha reportado a lo largo de cuatro décadas los hechos que suceden en la frontera entre México y los Estados Unidos, convirtiéndose en una experta del tema. A lo largo de su carrera, ha trabajado en algunas de las más importantes cadenas de habla hispana, como Televisa, Telemundo y Univision. Transmite semanalmente a más de setenta ciudades norteamericanas su programa de radio Casos y cosas de Collins a través de la cadena FDP. Además, escribe una columna de opinión en el diario El Nuevo Herald de Miami, y en los sesenta diarios de la Organización Editorial Mexicana. Es conferencista de temas de violencia entre los adolescentes y de asuntos familiares, activista a favor de los animales abandonados, estudiante de piano clásico y madre de dos hijas. Este es su noveno libro.
PRIMERA EDICIÓN VINTAGE ESPAÑOL, ABRIL 2014
Copyright © 2014 por María Antonieta Collins
Todos los derechos reservados. Publicado en los Estados Unidos de América por Vintage Español, una división de Random House LLC, Nueva York, y en Canadá por Random House of Canada Limited, Toronto, compañías Penguin Random House.
Vintage es una marca registrada y Vintage Español y su colofón son marcas de Random House LLC.
Información de catalogación de publicaciones disponible en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Vintage Español ISBN en tapa blanda: 978-0-307-74344-2
Vintage Español eBook ISBN: 978-0-307-74498-2
Diseño de la cubierta: Isabel Urbina Peña
Fotografía de la cubierta por Gio Alma/gioalma.com
www.vintageespanol.com
v3.1
Índice
Introducción
S i al ver este título te preguntas: ¿no es un nombre muy fúnebre para un libro?
La respuesta es ¡NO! De ninguna manera, porque este es un libro acerca de la vida y para quienes están vivos.
Este es un libro para reinventarse, para enfrentarse al miedo que viene después de los cincuenta, sesenta y más años, para poder comenzar una nueva vida aunque, como a miles que se encuentran sin empleo, haya quien por decreto laboral los condene a muerte y a ser historia.
Entre esos miles estaba yo … pero a los cincuenta y siete años, y contra todos los pronósticos, me rehusé a asistir al funeral de mi amado oficio de periodista de televisión. ¡No y no!
La reportera Collins no iba a ser una más del coro de lamentos y desventuras, pero ¿cómo hacer para reinventarme?
La gente piensa que los que trabajamos en televisión no sufrimos, y si lo hacemos, no es tan grave y que las cosas son fáciles, no como para los demás. ¡Nada más falso!
Durante tres años viví la odisea de puertas que se cerraron, proyectos que me rechazaron y la burla y conmiseración de algunos. Pero decidí dejar el desconsuelo para mejor ocasión y tomar en la universidad de la vida las materias que me dieron el mejor aprendizaje en esta etapa, en la que seres humanos generosos me revivieron.
He puesto en práctica todo lo que aquí narro para poder reinventar a una nueva Collins, tal y como tú también puedes hacerlo. He cerrado ciclos, perdonado a quienes me hicieron daño y aprendido que en la vida lo que cuenta no es lo que se sabe, sino lo que falta por aprender.
Pero lo más importante es que he vencido mis temores y limitaciones, y que ni las arrugas ni los años me han frenado en el proceso de hacer de mí otra persona. Y por encima de todo, y de todos, ahora vivo resucitada por manos generosas… ¡y vivo a carcajadas!
Miami, Florida, enero de 2014
1
Está muerta, es historia… Que no te maten antes de tiempo
E n marzo de 2012, el avión papal “Pastor Uno” sobrevolaba Francia con su más preciado pasajero: su Santidad Benedicto XVI y su comitiva, que viajaban hacia México primero y a Cuba después. A bordo también había setenta y tres periodistas de todo el mundo. Entre ellos, mi compañero camarógrafo Juan Carlos Guzmán, y yo.
Dos días antes, mi amiga del alma, la vaticanista y escritora Valentina Alazraki, decana de la prensa mexicana en El Vaticano, me había llamado por sorpresa.
—Dame dos preguntas para presentárselas al Padre Lombardi, el portavoz del Vaticano. Están haciendo el pool de los periodistas que van a hablar con el Papa si hay conferencia de prensa. Así que si tienes suerte, te tocaría hacerle preguntas al Papa.
Recuerdo haberle dado dos: Una, si pediría perdón en México a las víctimas de abuso sexual por parte de algunos sacerdotes. La otra, sobre su viaje a Cuba y los cambios que esperaba recibir del gobierno castrista.
Al día siguiente, Valentina me dio una mala noticia.
—Lo siento, no escogieron las tuyas.
Le dije que no se preocupara, que le agradecía en el alma haberlo intentado. Sin embargo, el día del viaje, apenas subimos a la cabina del avión, el Padre Federico Lombardi cambió el panorama respecto a mi retorno a la televisión:
—Hemos añadido una pregunta más. Es la de Cuba y tú la vas a hacer. Así que serás la primera. Abrirás la conferencia de prensa.
¡Quedé boquiabierta!
Si eso no es un milagro, ¿entonces qué lo es?
Y de pronto, como si fuera una película, las imágenes se sucedieron rápidamente y ahí estaba yo, frente a Benedicto XVI , diciéndole:
—Su Santidad, usted visitará a Cuba siguiendo los pasos de Juan Pablo ii, ¿qué espera recibir del gobierno de La Habana?
La respuesta del Papa dio la vuelta al mundo. Había dicho, sólo cuatro días antes de llegar a Cuba, que el socialismo era un régimen obsoleto y que había que buscar nuevas formas para que la sociedad fuera libre.
¡Está demás decir que mis compañeros en el noticiero estaban felices!
Ni bien llegué al estudio del Noticiero Univision en Guanajuato, donde Jorge Ramos transmitía, el aplauso del equipo para mí y Juan Carlos Guzmán, quien hizo posibles las imágenes y la edición de aquel reportaje, repetida por todos los noticieros en la cadena y nuestras afiliadas, recompensó nuestro esfuerzo.
Jorge Ramos hizo notar que los Papas no dan entrevistas, pero que Benedicto XVI había hablado con el Noticiero Univision en primera instancia.
Pero más allá de aquel “momento” estaba el fondo del aprendizaje… el hecho de que me negué a que me enterraran profesionalmente.