Valentín Fuster (Barcelona, 1943) es director del Instituto Cardiovascular del hospital Monte Sinaí de Nueva York, presidente del comité científico del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares español y anterior presidente de la Sociedad Americana del Corazón y de la Federación Mundial del Corazón. Premio Príncipe de Asturias de Investigación en 1996, es el único investigador de enfermedades cardiovasculares que ha recibido los máximos galardones científicos de las cuatro organizaciones de cardiología del mundo. En su esfuerzo por inculcar en los ciudadanos la prevención publicó, en colaboración con Josep Corbella, La ciencia de la salud.
José Luis Sampedro (Barcelona, 1917 - Madrid, 2013), fue catedrático de Estructura Económica y miembro de la Real Academia Española, y ha sido uno de los escritores de mayor prestigio y popularidad de nuestro país. Entre sus novelas destacan El río que nos lleva, Congreso en Estocolmo, Octubre, octubre, La sonrisa etrusca, Real sitio, El amante lesbiano o La senda del drago. En sus libros El mercado y la globalización y Los mongoles en Bagdad revela su infatigable espíritu de lucha contra la guerra y la injusticia en el mundo.
Olga Lucas (Toulouse, 1947) nació en el seno de una familia española en el exilio. El paso por los países del Este le permitió trabajar como intérprete, traductora y locutora de radio. Su actividad cultural se ha desarrollado en ámbitos alternativos y/o locales. Ha publicado cuentos y poemas en diversas obras colectivas y es autora de Poemas de andar por casa, Cuentos para ciegos, del volumen de relatos El tiempo no lo cura todo y coautora de Escribir es vivir, un libro autobiográfico de José Luis Sampedro escrito por ella y firmado por los dos.
Título original: La ciencia y la vida
Valentín Fuster & José Luis Sampedro, 2008
Editor digital: Titivillus
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Cuando el doctor Fuster le salvó la vida a José Luis Sampedro en el hospital Monte Sinaí de Nueva York, entre ambos surgió algo más que una simple relación entre médico y paciente. Desde entonces siempre han mantenido, con una emotividad muy especial, apasionadas y apasionantes conversaciones sobre el papel que han de desempeñar tanto la salud y la ciencia como el humanismo y la sabiduría.
Este libro es el fruto de las conversaciones mantenidas por ambos en presencia de Olga Lucas, que ha «traducido» lo oído, vivido y percibido durante tres intensos días. Apoyándose en sus experiencias personales y profesionales, con una intención decididamente divulgativa, nos hablan de la salud como estado de equilibrio corporal y emocional, de educación y realización personal, del valor del esfuerzo y la ética del deber, del amor y el apoyo del «otro», del papel de la juventud y de los que están en «la segunda vida», del afán de trascender… en definitiva, de la ciencia y la vida.
Dos hombres, de formación distinta pero radicalmente complementarios, se unen en este libro, tan inclasificable como necesario, con el fin de compartir sus conocimientos y experiencias para promover la salud y estimular el papel del individuo en nuestra sociedad. Porque sólo desde la transmisión de la salud y del saber se puede —y se debe— conseguir un mundo mejor.
Valentín Fuster & José Luis Sampedro
con Olga Lucas
La ciencia y la vida
ePub r1.0
Titivillus 16.03.2021
El 19 de abril de 2007, el doctor Valentín Fuster era investido doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid.
A la misma hora, en el Círculo de Lectores también de Madrid, José Luis Sampedro recibía un homenaje organizado por la editorial Random House Mondadori con motivo de su noventa cumpleaños.
Al recibir las invitaciones respectivas, ambos lamentaron no poder asistir al evento del otro, pero como el homenaje a Sampedro se alargó más de lo previsto, el doctor Fuster logró colgar el birrete y llegar a tiempo para felicitar a José Luis Sampedro y escuchar su respuesta.
Todos los asistentes al acto quedaron hondamente impresionados por ese intercambio de palabras.
¿Por qué? ¿Porque son amigos y se quieren? Sí. ¿Porque son sabios? También. ¿Por algo más? Sin duda. En aquella sala repleta de admiradores, discípulos, colaboradores y familiares de JLS, muchos habían tomado la palabra para manifestar su cariño y respeto al homenajeado. Todos ellos quieren, y la mayoría conocen, a José Luis Sampedro tanto o más que el doctor Fuster; no pocos son también figuras relevantes en su campo; algunos nos habían hecho reír, otros nos emocionaron, nos refrescaron la memoria, pero ese silencio de respiración contenida de los buenos conciertos, esa atmósfera especial que a todos nos marcó, se produjo cuando Valentín Fuster tomó la palabra. ¿Cuál era el secreto? En mi opinión que los asuntos de «vida o muerte» siempre dejan su huella y el encuentro entre una persona que años atrás superó un momento crítico y el médico que lo atendió suele estar cargado de una emotividad y un sentimiento de amistad distinta de cualquier otra.
Ignoro si los editores tuvieron en cuenta el dato, si recordaron el libro que José Luis Sampedro escribió con motivo de su estancia en el hospital Monte Sinaí de Nueva York donde conoció a Valentín Fuster, o si simplemente quedaron deslumbrados, pero algo quedó claro: querían más. ¡Que se sienten, que sigan hablando, hagamos un libro! Se iban animando unos a otros y, finalmente, surgió la propuesta concreta: que Valentín Fuster y José Luis Sampedro se sienten a hablar en presencia de Olga Lucas para que ella nos describa y nos transmita lo oído, vivido y percibido.
Que hablen de la salud, de la enfermedad, de la vida y la muerte, del ser humano como ser biológico y como ser social, del mundo en el que vivimos, de lo que quieran y sepan, pero que hablen. Queremos seguir escuchándoles, queremos aprender, emocionarnos, imbuirnos de esa atmósfera especial que se crea en torno a ellos.
Nos contagiaron su entusiasmo: se consultaron agendas, se barajaron fechas y lugares y, finalmente, en los primeros días de agosto de 2007, Valentín Fuster y José Luis Sampedro se reunieron en el castillo de Cardona para charlar y «hacer un libro».
El sentido de estas líneas preliminares, además de contarles la génesis de este libro, debería ser la presentación de los autores. Tarea fácil y difícil a partes iguales. Fácil porque al tratarse de dos personas sobradamente conocidas no es necesario pasar horas navegando en internet ni consultar las hemerotecas en busca de documentación acerca de ellos. Difícil porque ¿qué les digo que no sepan ya? La interminable enumeración de cargos, méritos, distinciones y publicaciones pasadas y presentes o la reiteración de las no pocas entrevistas concedidas a los medios sería absurda, pues la mayoría de ustedes han decidido leer este libro precisamente porque saben quiénes están hablando, porque les conocen, admiran y desean «oírles» a través de estas páginas.
A cambio, les desvelaré un poco la trastienda: cómo les he visto en la distancia corta, qué me han parecido, cómo creo yo que son, qué les une, en qué se parecen, en qué coinciden y en qué disienten.
Si tuviera que elegir una única palabra para definir a Valentín Fuster, a José Luis Sampedro y a sus conversaciones, elegiría «sabiduría». Son sabios porque ambos persiguen la sabiduría, conscientes de no alcanzarla. Si se me permitiera una segunda palabra, pondría «bondad» en el sentido machadiano del término. Son buenos porque ambos viven con responsabilidad su profesión y su lugar en la sociedad, ambos tienen el sentido del deber humano como contrapartida al derecho humano, es decir, distinguen entre derechos, deberes y valores humanos. Estas dos cualidades engloban a las demás: son reflexivos, observadores y entregados, amantes de la vida, apasionados por el ser humano y el fenómeno social, por la búsqueda de soluciones a los males que nos aquejan. Son humanos y humanistas: con la misma humanidad y entrega que el doctor Fuster atiende a sus pacientes, trataba José Luis Sampedro a sus alumnos. Y puesto que la palabra «vividor» ha adquirido unas connotaciones injustamente negativas, diré que son vitalistas.