El Libro de Vida:
Un luga r para la memoria
El Libro de Vida: Un lugar para la memoria
Autor: Matías Marchant
Ediciones Universidad Alberto Hurtado
Alameda 1869 – Santiago de Chile
– 56-228897726
www.uahurtado.cl
ISBN libro impreso: 978-956-357-030-4
ISBN libro digital: 978-956-357-031-1
Registro de propiedad intelectual Nº 251596
Dirección Colección Psicología
Ximena Zabala
Comité científico
Elizabeth Lira (Decana Facultad de Psicología)
Antonia Larraín (Directora de postgrado e investigación)
Álvaro Soto (Representante académico)
Ximena Zabala (Representante comité editorial)
Dirección editorial
Alejandra Stevenson Valdés
Editora ejecutiva
Beatriz García-Huidobro
Diseño de la colección y portada
Francisca Toral
Diagramación interior
Alejandra Norambuena
Fotografía de portada
Miguel Morales Pérez
Este libro ha sido evaluado por el comité científico de la Colección y sometido a Referato Ciego. Contando así con doble evaluación por parte de especialistas.
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El Libro de Vida:
Un luga r para la memoria
Matías Marchant
Esta no es mi historia. Es la historia de Nina. Pero como es su historia vista por mí —yo soy quien narra, quien hace memoria, quien siente de nuevo—, quizás termine adueñándome de todo. Entre las malas emociones que cargamos ambos, las mías parecen predestinadas a no terminar nunca, aunque debo reconocer que hacía mucho tiempo que no pensaba en Nina.
No ha sido la generosidad una de mis grandes virtudes, de tal forma que estos recuerdos bien podrían ser mi máxima tentativa de nobleza. En una de esas, esta incapacidad para caer en el olvido, este sentimiento oscuro que llevo pegado en el alma, puede llegar a tener el aspecto fogoso de la resistencia. Y aquello convierte a veces a los hombres en héroes.
…
Así, pues, ésta no ha sido mi historia… Es la de todos nosotros…
Viví alguna vez en esta tierra extraña y tormentosa y he vuelto a ella, esforzándome en poner en orden mis actos y los de quienes alguna vez me rodearon. Debo confesar que, en medio del rojo de la sangre y el negro de las pasiones, la ausencia divina me provoca una extraña sensación de paz. Y como los muertos no están en condiciones de contar cuentos, estos recuerdos he tenido que relatarlos yo.
De El ángel de la patria
Marchant J., 2010
El lector encontrará aquí reunidos algunos textos escritos en distintos tiempos, pero empujados por el mismo afán. Todos ellos pretenden hacer sensible la naturaleza del problema suscitado cuando un niño debe ser separado de sus padres. Sobre todo en el momento en que los niños y niñas han sido vulnerados en sus derechos y requieren ser internados en hogares de protección o dispuestos en familias de acogida mientras se define su situación familiar y personal. Se trata del análisis de una situación que tiene relación con aspectos que se observan con mucha evidencia en el contexto de niños internados, pero que al mismo tiempo da lugar para pensar críticamente sobre el papel que juegan los adultos mientras transcurre la infancia del ser humano; es también una reflexión sobre el lugar y el papel de la memoria durante la infancia y el rol que compete a los otros en relación con este fundamental proceso.
Así, nace esta propuesta: El Libro de Vida. La mayor parte del libro, concentrada en el segundo apartado, está enfocada en la comunicación de una investigación acerca de la función del Libro de Vida en el trabajo con niños y niñas que viven internados. Dicha investigación fue realizada gracias al financiamiento del Concurso de Fomento a Proyectos Académicos de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado, donde participaron docentes, estudiantes de magíster y estudiantes de pregrado de la misma casa de estudio. Esta investigación estuvo a cargo de Matías Marchant con el nombre de “La función del Libro de Vida en los procesos de reparación psicológica de niños y niñas que se encuentran institucionalizados por vulneración de derechos”, cuyos resultados fueron redactados el año 2014. En la asesoría metodológica de este trabajo participó Karen Glavic. Asistieron como ayudantes de investigación María José Mendicoa, Pablo Sepúlveda y Camila Varela, y como coinvestigadores trabajaron Felipe Flores, Claudia Hernández y Carla Ortiz, estudiantes del magíster de Clínica Psicoanalítica con niños y jóvenes de la misma universidad.
Los orígenes de este trabajo se concentran en un hogar de acogida de niños de breve existencia que solo pudo funcionar entre los años 2008 y 2013. En dicho hogar se implementó un trabajo que reunió el esfuerzo de numerosos estudiantes y jóvenes psicólogos alrededor de una mesa situada en el jardín de la casa junto a los niños del hogar, quienes literalmente tomaban nota a la par de todos los presentes, en una actividad llamada “Seminario de observación y acompañamiento de niños”. Al poco andar tuvimos la necesidad de contar su historia, para lo cual elaboramos una herramienta que todos conocían por Libro de Vida.
Agradecemos aquí a Claudia Curimil quien estuvo encargada de la organización y recopilación de los textos y escritos que dan forma a este libro.
Prólogo: por una labor de memoria de la infancia
Les quitamos a los niños su historia
y luego los borramos de la nuestra.
Para comenzar, consideramos importante poner atención en el tipo de trato que hoy en día reciben los niños y niñas . Esta situación hizo evidente un punto central del problema de los niños que viven institucionalizados: la supresión de su historia y el riesgo permanente al olvido. Una de las vulneraciones más importantes que pueden sufrir los niños que viven institucionalizados es la pérdida de la memoria, esto es, la pérdida de la historia personal que está vinculada también a una historia social y colectiva.
Cuando un niño vive en un hogar o cuando pasa de un hogar a otro, los acontecimientos más importantes de su historia, aquellos de su vida cotidiana, pueden desaparecer. La historia de los vínculos del niño frecuentemente es olvidada. Solo queda el historial o prontuario social y psicológico que casi nunca da cuenta de la experiencia vincular y afectiva del niño.
¿Cómo y por qué se puede perder la historia?
Cuando un niño vive en una institución o en un hogar, la posibilidad de registrar y escribir su propia historia se ve francamente amenazada. El niño es sometido frecuentemente a cambios de hogares y de cuidadores, es decir, de los adultos que se vuelven significativos para él. Si esos adultos significativos no registran aquella historia afectiva del niño, se la llevan consigo, imposibilitando su memoria y su transmisión.
El olvido también tiene su correlato en otras situaciones propias de la internación: carecen de objetos propios que den cuenta de su experiencia íntima o al menos de momentos importantes de su historia. La ropa que usan todos los días es intercambiada con otros. Los regalos de Navidad son de todos y de nadie. Mantener las pertenencias del niño es una actividad que requiere de una preocupación especial que las instituciones de protección no suelen sentir. Las fotografías, que son modos privilegiados de establecer una memoria, también se pierden e incluso se prohíben. ¿Quién se ocupa del registro fotográfico en las instituciones? ¿Por qué los hogares parecen tan resistentes a la posibilidad de la fotografía de los niños, familiares y entorno próximo?