MARIO VAQUERIZO CARO, se licenció en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, y a la que acudió no más de unos pocos días, mientras se dedicaba a ofrecer sus artículos y entrevistas a todo redactor jefe que se le cruzara por su camino. Así y gracias a su sobrenatural constancia ha publicado en T.V. Hoy, EGM, DT, Tendencias, Vanidad, Cinerama, Primera Línea, Art Shop, Mondo Brutto, El País de las Tentaciones, AB, Efe Eme, Tiramillas y Rolling Stone. Esta actividad reportera-periodística, muy discutida y comentada, la sigue compaginando en la actualidad con tareas promocionales a grupos, starletts de la serie B de la España más profunda y gentes del ambiente cinematográfico español más fino y exquisito.
Título original: Haciendo majaradas
Subtítulo original: Diciendo tonterías
© del diseño de la portada, Juan Gatti, 2012
© de la imagen de la portada, Juan Gatti, 2012
© Mario Vaquerizo Caro, 2012
© Espasa Libros, S. L. U., 2012
Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España)
www.planetadelibros.com
Primera edición en libro electrónico (epub): abril de 2012
ISBN: 978-84-670-0754-1 (epub)
Conversión a libro electrónico: Safekat, S. L.
www.safekat.com
Editor original: Polifemo7 (v1.0 - v1.1)
Corrección erratas: Mack_i_avelo
ePub base v2.0
Celebrado con alboroto o criticado acerbamente, Mario Vaquerizo tiene la insólita virtud de sorprender y no dejar a nadie indiferente; singular, original pero sobre todo muy auténtico y con muchas cosas que decir.
En Haciendo majaradas, diciendo tonterías, Vaquerizo toca temas que nos interesan a todos y otros más intimistas. Enaltece personajes como Alaska, Travolta, Andy Warhol o McNamara; critica posturas hipócritas de nuestra sociedad e incluso nos sorprende con una autoentrevista. Todo ello con un tono muy personal y lleno de ironía y humor.
Mario Vaquerizo Caro
Haciendo majaradas
Diciendo tonterías
ePUB v1.1
Polifemo709.05.12
HACIENDO MAJARADAS
Hablando sin parar
nunca me aburro
porque me da igual
lo que me cuentan y lo que dirán
cuando no tengan de qué hablar.
Comprando por comprar
compro de todo, siempre quiero más,
ropa, zapatos y hasta un Cadillac,
si te molesta qué más da.
Y te advierto que aquí mi capricho va a ser la ley.
Te aconsejo que aceptes que soy el único rey.
No me importa si no estás de acuerdo con lo que soy.
No soportas saber que no estás donde yo sí estoy.
Haciendo majaradas, diciendo tonterías
que alguien me pare, que alguien me mande callar.
Haciendo majaradas, de noche y de día,
yo no descanso, yo no me canso jamás.
Viajando en hidroavión,
sobrevolando México y Japón,
desactivando cualquier situación
que no suponga diversión.
Llamando la atención,
aterrizando en otra dimensión,
investigando la reposición
del Rocky Horror Picture Show.
Y te advierto que aquí mi capricho va a ser la ley.
Te aconsejo que aceptes que soy el único rey.
No me importa si no estás de acuerdo con lo que soy.
No soportas saber que no estás donde yo sí estoy.
Canción de Nancys Rubias
Autor: NACHO CANUT
MARIO POR MARIO VAQUERIZO
MARIO VAQUERIZO.— Mario, ¿qué es esto de la autoentrevista?
MARIO.— Si algo sé hacer en esta vida es entrevistar, quizá se deba a mi naturaleza curiosa y cotilla. He pasado mucho tiempo haciendo entrevistas a otros. La autoentrevista es algo que concibo como un reto, porque considero que a priori es uno de los géneros periodísticos más difíciles. Además, como persona de retos que soy, es la primera vez que me autoentrevisto y estoy deseando contestar a lo que decida preguntarme a continuación.
También te diré que es una sensación extraña, no te voy a engañar. Pero seguramente lo que me ha movido a estrenarme en este terreno es que estoy convencido de que es la herramienta perfecta para explicar cosas de uno mismo que jamás podrán hacer terceras personas.
Esta autoentrevista está pensada como el prólogo de un libro, con la salvedad de que es el propio autor de estas páginas quien lo escribe. Y es que tengo eternas dudas acerca de que sea otro el que mejor explique la naturaleza, la finalidad y el contenido de lo que los lectores leerán. Si se animan, claro…
MARIO VAQUERIZO.— ¿A qué te refieres?
MARIO.— Me da mucho miedo la teorización externa. No deja de ser la opinión de otro, sus conclusiones, su visión. Siempre he dicho que uno se ve de forma muy distinta a como te ven desde fuera. Y como no estoy hablando de hechos objetivos, las interpretaciones de otros puede, o no, que no sean las mías… Por otro lado, también reconozco mi incapacidad de delegar en terceros cuando se trata de mis cosas.
MARIO VAQUERIZO.— ¿Me estás diciendo que eres una persona muy controladora?
MARIO.— Por supuesto. Y no lo veo como un defecto. Eso sí, es algo demasiado agotador y es que el día solo tiene veinticuatro horas y he de aprender, a ver si algún día lo consigo, a ser consciente de que no soy un superhéroe, que no puedo pretender estar encima de todo, pero de momento me defiendo, saco tiempo de donde puedo y estoy muy feliz así.
MARIO VAQUERIZO.— ¿Así que ahora decides ser escritor?
MARIO.— Para nada. No me considero, ni quiero ser escritor. Soy una persona polifacética a la que le gusta hacer muchas cosas y variadas, pero tratando de hacerlas bien. Soy consciente de mis limitaciones y no sé escribir una historia, dar dimensión a los personajes, enlazarlos. Además, confesaré que ya me ofrecieron en su día escribir ficción. Con mi mejor deseo lo intenté, pero lo dejé ipso facto, porque aquello no iba a ningún sitio. La historia, es cierto, era muy atractiva, pero una cosa es la teoría y otra la práctica.
MARIO VAQUERIZO.— A muchos les tienes desconcertados, no saben a qué atenerse contigo, ¿realmente qué eres, Mario?
MARIO.— Soy periodista, esa es la «profesión oficial» que aparece en mi DNI y la que elegí ejercer de forma seria y profesional desde hace mucho tiempo.
MARIO VAQUERIZO.— ¿Pura vocación?
MARIO.— Efectivamente. Siempre lo tuve muy claro y desde entonces hice todo por conseguir ser periodista. Y lo logré. Saqué la selectividad con una nota alta y a la hora de rellenar las opciones solo puse una. A mi padre le comenté: «O hago Periodismo o no hago nada». Terminé la carrera con un sobresaliente. Durante varios años estuve becado por mis buenas notas, pero siempre lo viví como un trámite burocrático —en cuanto a lo de conseguir el diploma— para hacer felices a mis padres; ellos dan mucha importancia a los títulos, es un reconocimiento. Hasta me hice la foto de la toga por ellos. Por cierto, salgo tan feo que mi tía Elena se negó a ponerla en la mesa del salón.
MARIO VAQUERIZO.— ¿Así que fuiste un empollón?
MARIO.— ¿Qué otra cosa puedes hacer cuando vas a clase? Me levantaba a las seis de la mañana para ir al primer turno que empezaba a las ocho. Era muy fácil, además, el plan antiguo tenía muy pocas asignaturas, así que todos los días a las doce ya estaba fuera de la Facultad. Había tiempo para todo, para estudiar y para ir con mis compañeros de clase a desayunar de lunes a viernes al Vips del barrio de Moncloa.