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PRESENTACIÓN
Leer y escribir son construcciones sociales. Cada época y cada circunstancia histórica dan nuevos sentidos a esos verbos.
E MILIA F ERREIRO , 2001: 13
L EER HOY
Leer ya no es lo que era:
1. Durante la invasión anglonorteamericana de Irak en marzo de 2003, las televisiones mostraron a millones de personas manifestándose por la calle en todo mundo. La mayoría de pancartas clamaba No a la guerra, pero otras defendían un Por la paz. ¿A cuál nos apuntamos? ¿Cuál concuerda con nuestra opinión? El No a la guerra estaba en contra de la invasión y el Por la paz la justificaba, pero... ¿cómo se sabe qué significa cada una?
2. El lunes por la mañana leo en mi quiosco los titulares de la prensa. Respecto a las elecciones del domingo anterior, todos los partidos están satisfechos puesto que –supuestamente– obtuvieron buenos resultados, con las estadísticas en la mano. En fútbol, un boletín deportivo califica de Atraco lo que para otro fue Justicia en un penalti. Las mismas declaraciones de un político extranjero adquieren matices increíblemente variados en cada rotativo.
3. Nuestra hija navega por Internet cada tarde. Entre los miles de sitios informativos, grupos de ocio y foros de interés, hizo algunos amigos, pero... ¿cómo sabemos que no se trata de una secta?, ¿y si es una banda racista?, ¿cómo podemos asegurarnos de que nuestros interlocutores son realmente quienes dicen ser?, ¿de qué web podemos fiarnos y de cuál no?
4. Recibimos veinte, treinta o cincuenta correos electrónicos al día, de familiares, amigos, colegas y desconocidos; en varias lenguas y registros, sobre temas variados. Para responder, en pocos minutos saltamos de un idioma a otro, de la complicidad coloquial entre amigos a un usted con desconocidos, de tecnicismos especializados del trabajo a bromas con familiares... ¡Y sin enloquecer!
5. Busco en Internet un billete barato para ir a Londres. Navego con tino por el complejo sistema de ventanas que se abren y se cierran: me doy de alta como cliente, consulto vuelos, tarifas y fechas, relleno los campos obligatorios que me pide el formulario electrónico, interpreto correctamente las instrucciones que me suministra el programa... Cuando llego al aeropuerto, tramito mi tarjeta de embarque con la máquina automática, busco en la pantalla informativa mi puerta, etc.
6. De compras en el súper. Hay que elegir entre néctar, concentrado o zumo de naranja, yogures de vida corta o larga, salsas con o sin aditivos, maíz transgénico o ecológico, productos con o sin gluten, con o sin sal, con más o menos calorías... ¡Horror! Hay que fijarse en la letra pequeña de los envases y descifrar sus tecnicismos.
7. ¡Qué dolor de cabeza! Veamos si esta píldora tiene efectos secundarios o es compatible con mi medicación contra la alergia, la hipertensión o el dolor muscular. Según el prospecto: Este medicamento contiene como excipiente Aspartamo. Las personas afectadas de fenilcetonuria tendrán en cuenta que cada comprimido del mismo contiene 9,26 mg de fenilalanina. ¡Huy! ¿Qué es un excipiente?, ¿padeceré fenilcetonuria?
Y así sin parar. La escritura cambia al ritmo que evolucionan las comunidades. Quizá haya cambiado poco la lengua española y quizá también usemos las mismas estrategias mentales que usaron nuestros padres para leer y escribir, pero está claro que los discursos de hoy, del siglo XXI , sirven para hacer cosas distintas. Si la televisión ha cambiado, si los coches son mucho más sofisticados, si la cocina se ha llenado de artefactos electrónicos, también los discursos han evolucionado, con las nuevas tecnologías, con el contacto con hablantes de diferentes culturas, con la explosión de la investigación científica, con la implantación o la profundización de la democracia.
Ha cambiado tanto la lectura que ya ni sabemos lo que es un libro –como sugiere Forges. Pero este adulto con traje y corbata, ¿es un analfabeto? ¿Es que ya no leemos y, en consecuencia, hemos olvidado también lo que son los libros? ¿Son objetos obsoletos como las armaduras o los arados? ¿O es que, simplemente, leemos de otro modo? Con pantallas y teclados. Fíjate en el niño de la esquina y el libro que sujeta...
Recuerdo todavía cómo escribí uno de mis primeros libros en 1985: tomaba notas a mano, pedía determinados ensayos en inglés por fax –entonces ¡era lo último!–, ponía el papel y la hoja de calco en la máquina de escribir, corregía con corrector líquido. Cuando me equivocaba varias veces tiraba la hoja y empezaba de nuevo... Escribir era sentarse entre la papelera y un montón de hojas, con la máquina enfrente.
Hoy esta escena ya es historia... Hoy gugueleo –de Googleun término en Internet (con comillas, asteriscos o interrogantes, según la búsqueda), me bajo de la web los últimos artículos en PDF el día en que se publican; pregunto las dudas por correo electrónico al autor de un texto; tomo notas en mi agenda electrónica; envío este libro por Internet al editor, etc.
Tras las líneas
Tras las líneas explora la lectura contemporánea, las prácticas de leer y comprender en los inicios del siglo XXI . El punto de partida es que leer y escribir no son sólo tareas lingüísticas o procesos psicológicos, sino también prácticas socioculturales. Leer exige descodificar la prosa y recuperar los implícitos, pero también darse cuenta del significado que cada comunidad otorga a una palabra. Puesto que la sociedad y la cultura evolucionan, también cambian los significados, el valor de cada palabra, de cada texto. Cambia nuestra manera de leer y escribir. ¿Cómo leemos hoy?, ¿cómo escribimos?, ¿cómo ha cambiado nuestra relación con los discursos?, ¿cómo podemos comprender mejor lo que nos rodea? Espero dar respuesta a estas preguntas desde una perspectiva sociocultural.
Entre otros, cuatro factores están transformando el acto de leer. Primero, la implantación y el desarrollo de la democracia reclaman una ciudadanía que pueda adivinar la ideología que se esconde en cada texto: ¿No a la guerra o Por la paz?, porque aunque parezca que las palabras dicen lo mismo, las personas conseguimos que signifiquen lo contrario. Es lo que denominamos literacidad crítica: usar las palabras para manipular o evitar ser manipulados.
En segundo lugar, la globalización y el aprendizaje de lenguas nos aproximan a todo tipo de discursos, escritos en varios idiomas y concebidos desde otros horizontes culturales. Se estima que cerca de una tercera parte del planeta es bilingüe, que casi el 70% de la población mundial aprende un segundo idioma. Lo raro o extraordinario no es leer en una lengua extranjera: ¡esto ya es corriente! Pero leer en un idioma que no dominas es más complicado. ¿Cuántas veces te confundiste en la carta de un restaurante brasileño o alemán y te quedó cara de póquer al ver lo que trajo el camarero? ¿Sabías que en Francia Hôtel de Ville es el ayuntamiento y que no alquilan habitaciones? Hoy la lectura plurilingüe y la multilectura son frecuentes e incluso necesarias.
Tercero, Internet ha creado nuevas comunidades discursivas, roles de autor y lector, géneros electrónicos y formas de argot. Nos comunicamos de manera instantánea con todo el planeta, pero con una prosa nueva. ¿Cómo se saluda al entrar en un chat?, ¿por qué escribimos de manera más coloquial en el correo electrónico?, ¿cómo distinguimos una web fiable de una engañosa? Encontrarás algunas respuestas en el capítulo 9. Hoy muchas personas ya casi sólo leen en la pantalla, escriben en el teclado y conocen las respuestas a estas preguntas.