AA. VV. - Ideas que cambian el mundo
Aquí puedes leer online AA. VV. - Ideas que cambian el mundo texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2013, Editor: Cátedra, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
Ideas que cambian el mundo: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Ideas que cambian el mundo" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
AA. VV.: otros libros del autor
¿Quién escribió Ideas que cambian el mundo? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.
Ideas que cambian el mundo — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Ideas que cambian el mundo " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
El inicio del siglo XXI, instalado más o menos cómodamente en la posmodernidad, da por concluidos gran parte de los sistemas de pensamiento que fueron hegemónicos en décadas pasadas. No sabe, no puede o no quiere plantearse movimientos globales que puedan ser válidos más allá de las diferencias culturales o personales. De este modo, quedan relegadas al estudio o a la nostalgia las ideologías que movieron el mundo occidental como el socialismo, el marxismo, el universalismo o incluso el pacifismo. Desde el foco posmoderno, resulta inviable adoptar macroteorías, puesto que la generalidad es una falacia en una vida cotidiana multifragmentada y compleja en su diversidad. Y, sin embargo, las autoras de este libro estamos convencidas de que quien renuncia al pasado renuncia a la comprensión del presente y a una construcción inteligente del porvenir, ya que no podemos comprender quiénes somos sin recurrir a lo que un día creyeron y defendieron, incluso a costa de perder sus vidas, otros hombres y mujeres que sí tenían visión de futuro y sí daban valor a conceptos universales.
Este análisis del pasado es especialmente necesario para los grupos de personas que han sufrido injusticias o discriminaciones y que, justo ahora, empiezan a ver reconocidos sus derechos en igualdad de condiciones. El siglo XIX fue el escenario donde lucharon por alcanzar el estatus de ciudadanía aquellos grupos sociales que habían quedado excluidos de ella, es decir, los trabajadores (y trabajadoras) y las mujeres en general. La ciudadanía moderna surgió una vez derrocado el sistema de monarquías absolutas y reconocidos los derechos de las personas: los ciudadanos. Sin embargo, en una primera fase las mujeres quedaron una vez más fuera del sistema y tuvieron que organizarse y reivindicar de modos muy diferentes su presencia en el mundo. Reivindicaciones que no han dado sus frutos legislativos hasta bien entrado el siglo XX y aún ahora están pendientes de hacerse realidad en la vida cotidiana. Las mujeres son, por tanto, quienes más pueden beneficiarse de leer en las biografías y pensamientos de sus antecesoras el germen de su empoderamiento actual, e incluso es posible que hallen en ellas motivos absolutamente actuales por los que dejarse guiar en las actuaciones contemporáneas. Este es uno de los propósitos de este libro, que podemos desglosar en dos objetivos diferentes.
El primero es profundizar en el cambio social que han supuesto los movimientos de mujeres en Europa impulsados por una perspectiva política de izquierdas, entendido este término en sentido amplio. Analizaremos los avances y retrocesos de las mujeres defensoras del pensamiento socialista, comunista, anarquista, socialdemócrata y laborista, fundamentalmente, aquellas que luchaban para erradicar el esclavismo, mantener la paz entre naciones y defendían el movimiento obrero porque veían en él la única posibilidad de transformación real de la sociedad.
El segundo objetivo, estrechamente relacionado con el primero, pretende rendir un homenaje póstumo a estas mujeres luchadoras, la mayoría de ellas grandes desconocidas, que dedicaron sus vidas a lograr un mundo mejor para las mujeres, ciertamente, pero también para los hombres. Y este matiz es importante porque sus ideologías, siendo de forma natural feministas en cuanto proclamaban la liberación femenina, no se sustentaban en la defensa de la mujer por el hecho de serlo sino en la desaparición de las desigualdades sociales, avanzando así en un modelo social más igualitario y preparando el camino para las futuras democracias.
Ambos objetivos implican una selección, forzosamente subjetiva, respecto a las mujeres escogidas para ilustrar los valores contenidos en este libro. Es obvio que son muchas las mujeres que merecen nuestro agradecimiento y reconocimiento por su contribución a la libertad femenina. Las sufragistas en el siglo XIX y XX tuvieron un papel imprescindible y rotundo en el acceso de las mujeres a la participación política. Años después, las feministas que se definen a sí mismas como de la diferencia sexual, feministas posmodernas o posculturales, realizan una aportación sustancial al desarrollo del feminismo contemporáneo. Sin ellas no podría entenderse el feminismo actual ni la propia sociedad occidental contemporánea.
Efectivamente, la tradición liberal ha sido básica para la conquista de la liberación de las mujeres y a ella debemos muchos de los logros actuales. El feminismo contemporáneo se reconoce heredero del sufragismo, que asume como bandera la igualdad entre los sexos (por lo menos en el ámbito público) batallando por la participación femenina en las actividades políticas. El movimiento feminista como movimiento autónomo surge de las transformaciones políticas, económicas y sociales producto de la Revolución francesa y la Revolución industrial. Para algunas autoras, su ideología básica es, por tanto, el liberalismo (Astelarra, 2005), y su base social, las clases medias emergentes que se oponen al sistema monárquico autoritario y a la nobleza.
Sin embargo, existe también una tradición socialista mucho menos conocida y valorada que la liberal. El sistema social basado en la inferioridad de las mujeres, al parecer consolidado oficialmente en las sociedades agrarias, fue con frecuencia contestado por ellas y hay que decir que no solo se rebelaron las de clases medias y burguesas o procedentes de las élites, como frecuentemente se ha escrito. También las mujeres de las clases populares se alzaron a lo largo de los siglos contra el sistema de desigualdad social y organizaron revueltas para defender la no discriminación y, en último término, su derecho a la libertad. Ya en el siglo V a. C., tenemos noticia de Aspasia, una mujer sabia, más conocida por ser la esposa del filósofo Pericles, quien se erigió en líder del partido de los pobres en la democracia ateniense y defendió la igualdad entre seres humanos en una época en que ese concepto era impensable. En siglos posteriores, los clubes de mujeres jacobinos, las amazonas de la Comuna, pensadoras y trabajadoras parisinas, rusas, italianas y alemanas, en revueltas y actuaciones diferentes estuvieron a punto de lograr la gynaicokratia (o plaza de mando femenina) que tanto temía Aristóteles si se dejaba la democracia en manos de los varones pobres libres del mundo.
Así como la ideología dominante del sufragismo era el liberalismo, el feminismo contemporáneo se definió básicamente a partir de las ideas procedentes del socialismo, y no puede separarse de la tradición democrática europea, la cual no habría sido posible sin el poderoso desarrollo de los partidos socialistas (una vez más, en sentido amplio) y el movimiento obrero. Fue el socialismo de raíces obreras el que posibilitó en Europa el acceso al sufragio universal masculino y más tarde al femenino, dando lugar así a la evolución de las democracias parlamentarias (no debe olvidarse que en España las mujeres alcanzaron el derecho al voto en la Segunda República, con un gobierno republicano-socialista, en 1932).
La tradición socialista, incluso a pesar de sus reiterados fracasos y derrotas, ha luchado desde hace más de dos siglos por lograr la erradicación del despotismo del patrón sobre el trabajador y el dominio del marido sobre la mujer: el despotismo doméstico, si bien hay que reconocer que se concentró especialmente en la erradicación del primero a costa del segundo (Domènech, 2004a). No obstante, tampoco durante este proceso las mujeres renunciaron a sus reivindicaciones sino que, por el contrario, siguieron protagonizando debates en lo político y actuaciones en su práctica cotidiana para abolir definitivamente la supremacía masculina sobre la femenina. Forman parte, por tanto, del movimiento feminista con tanto derecho como sus homólogas procedentes de clases ilustradas y acomodadas.
A ellas se debe este libro y por eso hemos querido destacar especialmente a algunas protagonistas cuya ideología de defensa de las mujeres se entrelazaba con una profunda perspectiva igualitaria de la sociedad, el sueño de un cambio global para una nueva humanidad, en sus propias palabras. Muchas eran revolucionarias, como Claire Lacombe, Elisabetta Dimitrieva o Louise Michel, siguiendo, aun sin saberlo, la máxima de Rosa Luxemburgo, quien dijo que la única posibilidad de cambiar la sociedad civil burguesa era «preñarla con la revolución»; otras, utópicas, como Sonia Kovalevskaya; líderes del movimiento obrero, como Flora Tristán, Alejandra Kollontai, Inessa Armand y Clara Zetkin; escritoras y poetas como Rosalía de Castro, Lucía Sánchez Saornil, Carmen de Burgos o George Sand; y representantes de muchas más que no sabían leer y escribir pero que las apoyaban en sus reivindicaciones, como trataremos de mostrar en las páginas siguientes. Son mujeres que han sido con frecuencia invisibilizadas, silenciadas o incluso olvidadas y que difícilmente aparecen en los textos históricos a pesar de sus logros, ausencia a la que no son ajenos los partidos políticos a los que pertenecieron en su mayoría.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Ideas que cambian el mundo»
Mira libros similares a Ideas que cambian el mundo. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Ideas que cambian el mundo y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.