La Cultura es uno de los ideales prácticos de mayor rango: el Estado de Cultura ha llegado a ser un ideal de rango superior al del Estado de Derecho y, por supuesto, de más alto prestigio que el Estado de Bienestar. Sin embargo, nadie entiende qué es eso de la Cultura, como nadie entendía antaño qué era la Gracia de Dios. La Cultura es un mito, y un mito oscurantista, como lo fue el mito de la Gracia en la Edad Media o como lo fue el «mito del siglo XX», el mito de la Raza, en la primera mitad de ese siglo. En cierto modo podría decirse que el mito de la Cultura incorpora, además, a través de los nacionalismos de fin del siglo, muchas de las funciones que el mito de la Raza desempeñó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Este libro tiene como objetivo no sólo «diagnosticar» este mito, sino también examinar su génesis y su estructura, con la intención de contribuir a la trituración del último mito del milenio que termina.
Gustavo Bueno
El mito de la cultura
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Cervera 07.07.17
Gustavo Bueno, 1996, 2012, 2016
Portada: Pentalfa
Editor digital: Cervera
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GUSTAVO BUENO (Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, 1924 - Niembro, Asturias, 2016), filósofo español, es el creador de uno de los sistemas filosóficos más sólidos, coherentes y profundos del presente, el materialismo filosófico.
Gustavo Bueno nació el 1 de septiembre de 1924 en Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, ciudad que lo nombró hijo predilecto en 1997, y estudió en las universidades de Logroño, Zaragoza y Madrid. Tras realizar su tesis doctoral como becario del CSIC obtiene, a los veinticinco años, una cátedra de Enseñanza Media. Desde 1960 hasta 1998 fue catedrático de Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos de la Universidad de Oviedo. En 1960 se establece definitivamente en Asturias, donde ejerce como catedrático en la Universidad de Oviedo, institución en la que colabora hasta 1998. A partir de esta fecha, desarrolla su labor en la Fundación que lleva su nombre, que tiene su sede en Oviedo, ciudad que en 1995 le reconoció como hijo adoptivo.
Ideológicamente, Gustavo Bueno se define de muchas maneras: ateo católico —es decir, ateo esencial total, pero que no reniega del entorno cultural católico en que ha nacido—, marxista heterodoxo —crítico con el «marxismo vulgar», ya que entiende el materialismo filosófico como una «vuelta del revés» del marxismo clásico—, tomista no creyente —defensor de la tradición escolástica española iniciada en la Escuela de Traductores de Toledo—, platónico —en el sentido de la filosofía académica de la Academia de Platón—, de izquierdas —aunque pasando de un filocomunismo prosoviético antes de 1991 para, en la actualidad, postularse como parte de una izquierda materialista muy crítica con las izquierdas realmente existentes en España, lo que le ha valido la acusación por parte de aquéllas de haberse vuelto «conservador» y «nacionalista español» —siendo que Bueno defiende España como nación política en sentido ilustrado, un concepto de España heredado de las Cortes de Cádiz.
Fundador de la revista El Basilisco, Bueno es autor de numerosos libros y artículos. Algunos de sus libros se han traducido al alemán, al inglés y al chino. Sus obras más destacadas son El papel de la filosofía en el conjunto del saber (1971), Ensayos materialistas (1972), Ensayo sobre las categorías de la economía política (1973), La metafísica presocrática (1975), La idea de ciencia desde la teoría del cierre categorial (1977), Etnología y utopía (1982), Nosotros y ellos (1983), El animal divino (1985), Symploké (1987, con Alberto Hidalgo y Carlos Iglesias), Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religión (1989), Materia (1990), Primer ensayo sobre las categorías de las «ciencias políticas» (1991), Teoría del cierre categorial (cinco tomos, 1993-1995), ¿Qué es la filosofía? (1995), ¿Qué es la ciencia? (1995), El mito de la cultura: ensayo de una teoría materialista de la cultura (1996), España frente a Europa (2000), Telebasura y democracia (2002), El mito de la izquierda: las izquierdas y la derecha (2003), La vuelta a la caverna: terrorismo, guerra y globalización (2004), Panfleto contra la democracia realmente existente (2004), España no es un mito: claves para una defensa razonada (2005), Zapatero y el pensamiento Alicia: un presidente en el País de las Maravillas (2006), La fe del ateo (2007), El mito de la derecha (2008), El fundamentalismo democrático. La democracia española a examen (2010), Sciences as Categorical Closures (2013), El Ego Trascendental (2016).
Sobre la edición digital de El mito de la cultura
La primera edición, en papel, de El mito de la cultura se publicó en 1996 por la editorial Prensa Ibérica; a ella siguieron otras ediciones (la séptima, en septiembre de 2004). En 2002 había aparecido su traducción alemana, por Nicole Holzhental, en la editorial Peter Lang.
La primera edición digital de este libro apareció en noviembre de 2011, como reproducción facsimilar en formato pdf de la última edición impresa sobre papel en 2004, que incorporaba sobre las anteriores, un «Prólogo a la séptima edición» en el que se esbozaba la historia de la recepción de la obra publicada ocho años antes.
Puede decirse que la presente edición digital de enero de 2012, en formato libro electrónico, continúa en cierto modo y directamente (es decir, no deriva de algunas de las ediciones intermedias) el original mecanografiado entregado a la editorial para la primera edición sobre papel, al que se ha incorporado el original del prólogo a la séptima edición.
Muchos darán por supuesto que la traducción de un libro como El mito de la cultura, escrito y publicado en español, a otra lengua (como pueda serlo la alemana), tiene más alcance que la traslación del texto en «vegetal» a un texto en «digital». Sin duda, este supuesto carece de sentido hasta tanto no se fije un criterio para medir el «alcance». ¿No será posible fijar algún criterio desde el cual pudiera decirse que el alcance de la traslación digital de un libro, como El mito de la cultura, es mayor que la de su traducción al inglés, al alemán o al francés?
Si tomamos como criterio el potencial número de lectores, la cuestión del alcance mayor o menor adquiere un significado preciso.
Pero este criterio, muy importante, sin duda, no es el único. Podríamos considerar la «traslación digital» de un texto conservado sobre papel como una especie de «traslación de soporte» que ha comenzado en nuestro tiempo, que puede ser incluida en el género de las traslaciones de los textos de unas especies de soporte a otras (y esto a sabiendas de que el concepto de «soporte» es una pura metáfora, útil dentro de ciertos límites, pero que se rompe por completo en el caso de los textos más estrictamente «literarios», como son los libros de Álgebra, en donde los textos son inseparables de la suposición material de los signos escritos o impresos sobre un «soporte», por ejemplo, de papel).