Mary Pope Osborne - El día del Rey Dragón

Queridos lectores:Durante mucho tiempo había soñado con una aventura en China para Annie y Jack, pero no lograba decidir qué período de la historia debía elegir. Hasta que un día, mientras leía en la biblioteca de mi ciudad, encontré unos datos que me parecieron extraordinarios. En los años setenta, un grupo de arqueólogos había emprendido unas excavaciones en una de las grandes maravillas de la cultura china: una antigua tumba de más de 2.000 años de antigüedad, construida por el Rey Dragón, con 70.000 estatuas de soldados a caballo en su interior.Luego de leer acerca de este hallazgo, encontré más libros en la biblioteca sobre ese mismo período y pasé días y días investigando y tomando apuntes. Fue así como se gestó en mí la aventura de “El día del Rey Dragón”.¿Les he dicho alguna vez que las bibliotecas tienen una gran importancia en mi vida? Son mi lugar mágico y predilecto donde puedo soñar e idear las aventuras de “La casa del árbol”.Los invito a visitar la biblioteca; apuesto que descubrirán la magia de la que les hablo.Les desea lo mejor, ¡Los bibliotecarios y los
maestros también están
encantados con la colección! Después de leer Piratas después del mediodía me di cuenta de que había muchos otros libros en la colección, de modo que encargué los restantes… Ojalá hubieras visto la reacción de mis niños al ver los nuevos libros. ¡Alegra el corazón de una maestra ver a sus alumnos pelearse por los libros! —D. Bowers Te agradezco la maravillosa contribución a la literatura infantil.

Mis alumnos también están agradecidos. —E. Mellinger Tu colección es pura magia. —J. Royer Utilizo tus libros para enriquecer mi actividad como docente. El momento de leer tus historias en el aula es el más sereno del día. —J. Korn ¡Por favor, no dejes de escribir estas historias! Realizas una gran tarea al hacer que los niños aprendan a amar la lectura. —J. Arcadipane Oír a los niños rogar por “un capítulo más” es el sueño de todo especialista en lectura y, con tus libros, mi sueño se ha hecho realidad. —K.

Letsky LA CASA DEL ÁRBOL #14 El día del
Rey Dragón Mary Pope Osborne
Ilustrado por Sal Murdocca Traducido por Marcela Brovelli Para Peter y Andrew Boyce EL DÍA DEL REY DRAGÓN Spanish translation copyright © 2007 by Lectorum Publications, Inc.
Originally published in English under the title
DAY OF THE DRAGON KING
Text copyright © 1998 by Mary Pope Osborne
Illustrations copyright © 1998 by Sal Murdocca This translation published by arrangement with Random House Children’s Books, a division of Random House, Inc. MAGIC TREE HOUSE ®
is a registered trademark of Mary Pope Osborne; used under license. All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage or retrieval system, without permission in writing from the Publisher. For information regarding permission, write to Lectorum Publications, Inc., 205 Chubb Avenue, Lyndhurst, NJ 07071 ISBN-13: 978-1-933032-20-7
ISBN-10: 1-933032-20-0 Printed in the U.S.A. e-ISBN: 978-1-941802-49-6 ÍNDICE El libro de bambú Annie se asomó por la puerta de la habitación de su hermano Jack. —¿Estás listo para ir a China? —le preguntó. —¿Estás listo para ir a China? —le preguntó.

Jack respiró hondo. —¡Por supuesto! —contestó él. —No olvides tu tarjeta secreta de bibliotecario. Yo ya tengo la mía en el bolsillo —agregó Annie. —Sí —dijo Jack. Y abrió el primer cajón del armario para sacar la tarjeta.

Las letras MB brillaron bajo la luz. Jack guardó la tarjeta, un lápiz y un cuaderno dentro de la mochila. —¡Ya podemos irnos! —dijo Annie. Jack se colgó la mochila y siguió a su hermana. “¿Qué aventura nos tocará hoy?”, se preguntó. —¿Adónde van? —preguntó su mamá. —¡A China! —respondió Annie. —¡Maravilloso! ¡Diviértanse mucho! —agregó ella, guiñando un ojo. “¿Divertirnos?”, se preguntó Jack. “¿Divertirnos?”, se preguntó Jack.

Algo le decía que ésa no era la palabra adecuada. —Sólo deséanos suerte —dijo, mientras él y su hermana se dirigían hacia la puerta. —¡Que tengan buena suerte! —les deseó su mamá. —Si supiera que hablamos en serio —susurró Jack. —¡Sí! —exclamó Annie, con una sonrisa de oreja a oreja. En la calle, el sol brillaba con fuerza.

Los pájaros cantaban. Los grillos chirriaban. Annie y Jack caminaron calle arriba hacia el bosque de Frog Creek. —Me pregunto si en China el tiempo estará tan agradable como aquí —comentó Annie. —Lo ignoro. —Todas han sido aterradoras. —Todas han sido aterradoras.

Pero, por suerte, siempre encontramos animales o personas que nos ayudan —dijo Annie. —Es verdad —dijo Jack. —Apuesto a que hoy encontraremos a alguien maravilloso —comentó Annie. Jack sonrió. En vez de temor, comenzaba a sentir entusiasmo. —¡Debemos apurarnos! —dijo.

Y se internaron en el corazón del bosque de Frog Creek. Caminaron por entre unos árboles muy altos hasta que se toparon con un enorme roble. —¡Hola! —se oyó de pronto. A Jack y a su hermana les resultaba muy familiar la suave voz. Ambos miraron hacia arriba. —¿Están listos para su nueva misión, Maestros Bibliotecarios? —preguntó. —Sí —respondieron al unísono. —Sí —respondieron al unísono.

Y, sin perder un segundo, ambos se agarraron de la escalera de soga y treparon por ella hacia la copa del roble. —Iremos a China, ¿no? —preguntó Annie tan pronto entró en la pequeña casa de madera. —Así es —afirmó Morgana—. Irán a la antigua China. Éste es el título del relato que deben hallar. Morgana tomó una delgada cinta de madera.

Parecía una regla, sólo que en vez de números tenía unos símbolos muy extraños. —Hace muchos años, los chinos descubrieron cómo hacer papel. Fue uno de los descubrimientos más importantes del mundo —explicó Morgana—. Pero ustedes viajarán a una época anterior a ésa, en que los libros se escribían en cintas de bambú como ésta. —¡Guau! —exclamó Annie, mientras observaba los misteriosos símbolos—. —Así es —contestó Morgana—. —Así es —contestó Morgana—.

De la misma manera que nosotros tenemos letras, los chinos tienen numerosos símbolos o caracteres. Cada uno de ellos equivale a un objeto o concepto diferente. Los caracteres que ven aquí corresponden al título de una antigua leyenda china. Ustedes deben hallar el primer escrito de la leyenda antes de que la Biblioteca Imperial sea destruida. —¡Vamos! ¡Debemos apurarnos! —dijo Annie. —Sí, tienes razón —afirmó Morgana. —Sí, tienes razón —afirmó Morgana.

Y, de entre los pliegues de la túnica, sacó un libro. En la tapa decía