—¡Son hormigas soldado! —gritó Jack con desesperación—. ¡Hay más de un millón! —¿Dónde? —gritó Annie. Los dos se quedaron inmóviles en el lugar, mirando para todos lados con los ojos desorbitados. —¡Allá! —gritó Annie. ¡Millones y millones de hormigas soldado se aproximaban marchando sobre las hojas secas! —¡Corramos hacia la casa del árbol! —gritó Annie. —¿Dónde está? —preguntó Jack mirando hacia todos lados.
Todos los árboles parecían idénticos. ¿Dónde estaría la escalera? La casa del árbol #6 Una tarde en
el Amazonas Mary Pope Osborne
Ilustrado por Sal Murdocca
Traducido por Marcela Brovelli Para Piers Pope Boyce UNA TARDE EN EL AMAZONAS Spanish translation copyright © 2004 by Lectorum Publications, Inc.
Originally published in English under the title
MAGIC TREE HOUSE #6: Afternoon on the Amazon
Text copyright © 1995 by Mary Pope Osborne.
Illustrations copyright © 1995 by Sal Murdocca. All rights reserved under International and Pan-American Copyright Conventions. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage or retrieval system, without permission in writing from the Publisher. For information regarding permission, write to Lectorum Publications, Inc., 205 Chubb Avenue, Lyndhurst, NJ 07071.
Published by arrangement with Random House Children’s Books, a division of Random House, Inc., 1745 Broadway, New York, NY 10019.
MAGIC TREE HOUSE ®
Is a registered trademark of Mary Pope Osborne, used under license. 978-1-930332-67-6 Printed in the U.S.A.
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data. Osborne, Mary Pope.
[Afternoon on the Amazon. Spanish]
Una tarde en el Amazonas / Mary Pope Osborne ; ilustrado por Sal
Murdocca ; traducido por Marcela Brovelli.
p. cm. — (La casa del árbol ; #6)
Summary: Eight-year-old Jack, his seven-year-old sister, Annie, and Peanut the mouse ride in a tree house to the Amazon rain forests, where they encounter giant ants, flesh-eating piranhas, hungry crocodiles, and wild jaguars.
ISBN 1-930332-67-X (pbk.)
[1. 2. 2.
Rain forest animals — Fiction.
3. Adventure and adventurers — Fictions. 4. Tree houses — Fiction.
5. Amazon River Valley — Fiction. 6.
Spanish language materials — Bilingual.] I. Murdocca, Sal, ill. II. Brovelli, Marcela. III. Title.
PZ73.0745 2004-03-05
[Fic] — dc22 2004001720 e-ISBN: 978-1-941802-41-0 ÍNDICE Prólogo Un día de verano, en el bosque de Frog Creek, Pensilvania, de pronto, apareció una casa de madera en la copa de un árbol.
Jack, un niño de ocho años, y su hermana Annie, de siete, al pasar por allí, treparon al árbol para ver la casa de cerca. Al entrar, se encontraron con un montón de libros desparramados por todos lados. Muy pronto, Annie y Jack descubrieron que la casa del árbol tenía poderes mágicos, capaces de llevarlos a los sitios ilustrados en los libros con sólo apoyar el dedo sobre el dibujo y pedir el deseo de ir a ese lugar. Así, Annie y su hermano viajaron a la época de los dinosaurios, de los caballeros, de las pirámides, de los piratas y a la época de los ninjas en Japón. Durante sus travesías, Annie y Jack descubren que la casa del árbol pertenece a Morgana le Fay, una bibliotecaria con poderes mágicos que, desde la época del Rey Arturo, ha viajado a través del tiempo y del espacio en busca de libros para su colección. En su última aventura, La noche de los ninjas, Annie y Jack advierten que Morgana ha sido hechizada.
Para liberarla, Jack y su hermana deben hallar cuatro cosas muy especiales. En Japón, a muchos años de nuestra época, los niños encuentran la primera cosa: una piedra de mármol. En esta nueva aventura, Una tarde en el Amazonas, Annie y Jack están a punto de ir en busca de la segunda cosa para ayudar a su amiga Morgana. ¿Dónde está Miki? —¡Apúrate, Jack! —gritó Annie mientras corría hacia el bosque de Frog Creek. —¡Todavía está aquí! —dijo ella en voz alta. Jack alcanzó a su hermana y ambos se quedaron parados junto al enorme roble.
De pronto, Jack miró hacia arriba; la casa del árbol resplandecía con la luz del atardecer. —¡Espéranos Miki! ¡Ya vamos! —gritó Annie. Y comenzó a subir por la escalera de soga y madera. Así, escalón a escalón, uno detrás del otro, subieron por la escalera hasta que, por fin, entraron en la casa. —¿Miki? ¿Dónde estás? —preguntó Annie. Jack se sacó la mochila de la espalda y miró a su alrededor.
El sol iluminó una de las tantas pilas de libros que había allí. Libros sobre ninjas, piratas, momias egipcias, caballeros medievales y dinosaurios. La letra M brillaba sobre el suelo de madera. Era la M de Morgana le Fay. —No creo que Miki esté aquí todavía —comentó Jack. —¿Esa bandida? —agregó Jack. —Creo que Miki es una hembra, Jack. —¿Cómo te diste cuenta? —Lo sé, es una hembra —explicó Annie. —¡Vaya! —exclamó Jack. ¡Cric! Annie sonrió. —¡Mira, Jack! Sobre el suelo de la casa, había una media rosada que se movía de acá para allá. —¡Mira, Jack! Sobre el suelo de la casa, había una media rosada que se movía de acá para allá.
El día anterior, Annie se había quitado una de sus medias para que el ratón durmiera dentro de ella. Annie se agachó para agarrar la media. Cric. Una diminuta cabeza de color marrón y blanco se asomó desde el interior de la media de Annie y se quedó observando a los niños con sus enormes ojos. Jack comenzó a reírse. —Hola, Miki —dijo. —¿Hoy también nos vas a ayudar, Miki? —preguntó Annie.
En la época de los ninjas, Jack y su hermana se perdieron en la oscuridad de la noche y Miki los ayudó a encontrar el camino. —Tenemos que encontrar las tres cosas que nos faltan para liberar a Morgana del hechizo —dijo Annie. Jack se acomodó los lentes y dijo: —Primero, tenemos que encontrar una pista que nos revele por dónde empezar. —Adivina qué —agregó Annie. —¿Qué pasa? —preguntó Jack. —Creo que no tenemos que ir muy lejos —contestó Annie, señalando hacia un rincón de la casa.
Allí, entre las sombras, Jack vio un libro abierto. Insectos gigantes —¡Guau! —exclamó Jack al agarrar el libro—. Ayer, el libro que estaba abierto era el de los ninjas. ¿Quién habrá abierto este otro? —preguntó. Cerró el libro y miró la tapa. En ella, se veía el dibujo de un bosque con una vegetación sumamente abundante.
Los árboles eran altísimos y estaban uno al lado del otro, como si estuvieran pegados. El título del libro era: El bosque tropical. —¡Uy! ¡Genial! —dijo Jack. —¡Uy! ¡No! —exclamó Annie. —¿Qué sucede? —preguntó Jack. —Yo estudié el bosque tropical en la escuela.
Está repleto de arañas y de insectos gigantes —comentó Annie. —Ya lo sé. Y la mitad de todos esos insectos ni siquiera tienen nombre. —Me da miedo, Jack. —No debes tener miedo a la naturaleza —dijo Jack. Estaba deseoso de tomar notas sobre el bosque tropical.
Quería escribir algo sobre cada insecto y, también, buscarles un nombre. —¡Qué asco me dan los insectos! —dijo Annie retorciéndose. —Hay algo que no entiendo —agregó Jack—. Los dinosaurios no te dieron miedo. —Sí, ¿y? —exclamó Annie. —¿Y? —exclamó Annie. —Tampoco te dieron miedo ni los piratas ni los ninjas. —Sí. —Sí.
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