Comentarios de los niños para
Mary Pope Osborne, autora de
la serie “ La casa del árbol”. Tus libros son tan interesantes que me hacen sentir dentro de ellos. K. C. Las historias de Annie y Jack me gustan tanto que las llevaría conmigo a todos lados. Peter F. Seguro que ya deben ser más de 200.000 las personas que adoran tus historias. Esther Mary D. ¡¡¡Tus libros son los mejores del universo!!! Danny Z. ¡¡¡Ojalá pudieras escribir miles y miles de libros más!!! Dylan H. Estimados lectores:Mientras pensaba en un nuevo tema para el libro número nueve, muchos niños insistían en que la próxima aventura de Annie y Jack transcurriera en el fondo del océano.Pero, “¿cómo van a hacer para poder respirar debajo del agua?” me pregunté.Después de pensar en la idea que me dieron los niños: recurrir a un submarino; investigando el tema descubrí que existían algunos submarinos más pequeños.Así que aquí va mi agradecimiento a todos los niños que me ayudaron y me siguen ayudando. Estimados lectores: Mientras pensaba en un nuevo tema para el libro número nueve, muchos niños insistían en que la próxima aventura de Annie y Jack transcurriera en el fondo del océano. Pero, “¿cómo van a hacer para poder respirar debajo del agua?” me pregunté. Después de pensar en la idea que me dieron los niños: recurrir a un submarino; investigando el tema descubrí que existían algunos submarinos más pequeños. Así que aquí va mi agradecimiento a todos los niños que me ayudaron y me siguen ayudando.
Siento que junto con todos ellos formamos parte de las aventuras de Annie y Jack.¿Cuál será el próximo destino de los hermanos? ¿Qué creen que sucederá allí? Por favor, háganmelo saber. La casa del árbol #9 Delfines
al amanecer Mary Pope Osborne
Ilustrado por Sal Murdocca
Traducido por Marcela Brovelli Para Mattie Stepanek DELFINES AL AMANECER Spanish translation copyright © 2006 by Lectorum Publications, Inc.
Originally published in English under the title
DOLPHINS AT DAYBREAK
Text copyright © 1997 by Mary Pope Osborne.
Illustrations copyright © 1997 by Sal Murdocca. This translation published by arrangement with Random House Children’s Books, a division of Random House, Inc. MAGIC TREE HOUSE is a registered trademark of Mary Pope Osborne; used under license. All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage or retrieval system, without permission in writing from the Publisher. 1-930332-96-3 Printed in the U.S.A. 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 Library of Congress Cataloging-in-Publication data is available. e-ISBN: 978-1-941802-44-1 ÍNDICE Maestros
bibliotecarios Jack miró por la ventana de la cocina. e-ISBN: 978-1-941802-44-1 ÍNDICE Maestros
bibliotecarios Jack miró por la ventana de la cocina.
El sol todavía no había salido, pero el cielo había comenzado a aclarar. Jack llevaba varias horas despierto. No podía dejar de pensar en el sueño que había tenido, el de Morgana le Fay. —La casa del árbol ha vuelto —había dicho Morgana—. Los espero. Jack deseaba que su sueño se hiciera realidad. —¡Vamos Jack! —Annie, su hermana, lo llamó desde la puerta—. ¡Tenemos que ir al bosque ahora mismo! —¿Para qué? —preguntó Jack. —¡Soñé con Morgana! Me dijo que la casa del árbol había regresado y nos estaba esperando —comentó Annie. —Yo también soñé lo mismo que tú —agregó Jack. —¡OOOOh! Si te lo dijo a ti también debe de tratarse de algo importante. —Pero los sueños, sueños son —dijo Jack. —Algunos sueños son más que eso. —Algunos sueños son más que eso.
Y éste es especial —agregó Annie—. Lo sé, tengo un presentimiento. —Y abrió la puerta de la cocina—. ¡Te veré luego, Jack! —¡Espera! ¡Espera! ¡Voy contigo! —gritó Jack. Y subió corriendo por las escaleras. “Si los dos tuvimos el mismo sueño seguro que es por algo importante”, pensó.
Rápidamente, tomó su cuaderno y un lápiz y los guardó dentro de su mochila. Luego bajó corriendo por las escaleras. —¡Volvemos enseguida, mamá! —gritó hacia la sala de estar. —Pero, ¿adónde van tan temprano? —preguntó su padre. —¡Vamos a caminar un poco! —respondió Jack. —Anoche llovió.
No se mojen los zapatos —agregó su madre. —Descuida, mamá. Jack salió de la casa. Annie estaba esperándolo afuera. —¡Vamos! —dijo ella. Nubes grises cubrían el cielo.
El aire se sentía fresco y renovado. Annie y Jack corrieron por la calle silenciosa, hacia el bosque de Frog Creek. Caminaron por entre los árboles hasta que, muy pronto, se toparon con el roble más alto del bosque. En la copa, estaba la casa del árbol. —¡La casa del árbol ha regresado! —susurró Jack. De repente, alguien se asomó por la ventana; una bella anciana de largo cabello blanco.
Era Morgana le Fay. —¡Suban! —dijo la misteriosa dama de los libros. Annie y Jack treparon por la escalera de soga. La luz del amanecer iluminaba la silueta de Morgana. Los niños se quedaron observándola. Llevaba puesta una túnica roja de terciopelo.
Jack se colocó los lentes. No podía dejar de sonreír. —¡Mi hermano y yo soñamos contigo! —comentó Annie. —Lo sé —respondió Morgana. —¿Lo sabes? —Sí, yo misma entré en sus sueños. —¿Qué clase de ayuda? —preguntó Jack. —El mago Merlín sigue haciendo de las suyas. —El mago Merlín sigue haciendo de las suyas.
Así que no he podido reunir más libros para la biblioteca de Camelot. —¿Quieres que lo hagamos por ti? —sugirió Annie. —Sí, pero para reunir libros a través del tiempo deben convertirse en Maestros bibliotecarios —comentó Morgana. —¡Qué látima! —exclamó Annie, preocupada. —Pero existe una forma de que lo logren —dijo Morgana—. —¿De veras? —preguntó Annie. —¿Qué clase de examen? —insistió Jack. —Deben demostrar que saben cómo llevar a cabo investigaciones y que pueden hallar las respuestas a preguntas difíciles —explicó Morgana. —¿Cómo lo haremos? —preguntó Annie. —Tienen que resolver cuatro acertijos —explicó Morgana. —Tienen que resolver cuatro acertijos —explicó Morgana.
Luego, del interior de su túnica sacó un papel enrollado. —El primer acertijo está escrito en este antiguo pergamino. Este libro les servirá para hallar la respuesta. Morgana les mostró el libro. El título decía: “Manual del Océano”. —¡El océano! ¡Oh, Dios! —exclamó Annie mientras observaba la tapa del libro—. ¡Ojalá nosotros…! —Un momento —dijo Jack tomándole la mano a su hermana—. ¿Cómo sabremos que hemos encontrado la respuesta correcta? —le preguntó a Morgana. —Llegado el momento lo sabrán. —Llegado el momento lo sabrán.
Les aseguro que lo sabrán —agregó Morgana con voz misteriosa. Jack soltó la mano de su hermana. Y ella, señalando la tapa del libro, terminó de expresar su deseo: —¡Ojalá pudiéramos ir al océano! De pronto, el viento comenzó a soplar. —Morgana, ¿vienes con nosotros? —preguntó Jack. Antes de que Morgana pudiera responder, la casa del árbol empezó a girar. Jack se tapó los ojos.
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