Fernanda Romeu Alfaro - El silencio roto

Parece que una amnesia colectiva defina muchos aspectos sustanciales de la actual vida española. El peso del silencio histórico nos conmociona. Es necesario hacer un balance de nuestro pasado-presente, en la medida que el proceso del franquismo ha influido en el momento histórico que hoy vivimos… El objetivo de este libro no ha sido otro que el de realizar una investigación que permita incorporar a la memoria histórica la presencia de las mujeres comprometidas en la lucha política contra la dictadura franquista. Es analizar la historia del franquismo desde la otra cara de la luna: la voz del compromiso político de las mujeres. Y mujeres vencidas. Víctimas obligadas a vivir en una sociedad totalmente anclada en el pasado y rígidamente paternalista. Sobre ellas recaían las tareas más importantes para la supervivencia. Eran las cabezas visibles de la familia cuando sus maridos, compañeros, estaban presos o muertos. Los fusilamientos, encarcelamientos, exilios y huida a los montes de los hombres que lucharon por la República hicieron de España una nación de mujeres. Sacar adelante a la familia y ayudar al hombre en su caída constituyó un via crucis para ellas. Aquí, en este libro, resuenan sus voces escapando al olvido.

Fernanda Romeu Alfaro

Mujeres contra el Franquismo

ePub r1.0

jasopa1963 20.12.14

Título original: El silencio roto

Fernanda Romeu Alfaro, 1994

Editor digital: jasopa1963

ePub base r1.2

A mis hijas Eva y Viviana con el deseo de que puedan

protagonizar su propia HISTORIA.

«… Sus libros son siempre un ejemplo de rigor implacable en sus modos investigativos y en la estructuración de resultados. Dentro de ese rigor metodológico y expositivo, al fin y al cabo formales, Fernanda Romeu, aún sabiendo que la objetividad es casi imposible, procura que su pensamiento y su particular cosmovisión humanista, social y política no se confunda con el Discurso de las protagonistas de sus libros».

José Luis Aguirre (prólogo).

«… tú has entrado en el pasado y lo has hecho presente, y la acción rebelde y contractual, espontánea y sincera es la que da toda la validez a la orientación que querías dar a tu obra: tú has tomado la conciencia y el compromiso con la parte que asumes afín a tu propia identidad, la mujer, en primer lugar, la mujer española antifranquista, en segundo…».

Isolda Alfaro (prólogo).

«… La ruptura de la memoria es quizás uno de los pliegues sobre los que el poder político opera, con la más sutil persistencia, para crear una fisura insalvable entre lo vivido y lo que se recuerda…».

Celina Manzoni (prólogo).

«… en el tramo final de ese libro tuyo que pronto verá la luz: un proyecto comprometido con las luchadoras de la libertad, surgido en una sociedad en crisis que ya no quiere comprometerse…».

Lola Ramos (prólogo).

«… Los recuerdos de este libro son las ondas de una gran explosión en el agua, letras en la corriente…».

Fernando Garcín (posdata para un libro).

«Las mujeres tenemos la responsabilidad de concebir nuestra propia definición de lucha, diseñar los medios y trazar el rumbo de nuestro proceso libertador. Debemos tomar la palabra, denunciar y elevar nuestras voces para protagonizar nuestra Historia».

Katherine Angueira.

En aquel lugar donde habita la memoria…

P ARA destruir el mito de inferioridad, una mujer necesita llevar consigo la espada de su propia verdad y afilarla con la piedra del discernimiento. Dado que los mitos patriarcales han oscurecido gran parte de la verdad de las mujeres, estas tendrán que desarrollar nuevas formas, estilos y lenguajes, para expresar su conocimiento. Una mujer ha de encontrar su propia voz.

Maureen Murdock.

P ara que no olvidemos lo que somos, detengámonos hoy y recordemos; ya que vivimos en una sociedad construida sobre la mentira y la ambigüedad. Una sociedad que se está marchitando por falta de autenticidad.

Parece que una amnesia colectiva defina muchos aspectos sustanciales de la actual vida española y llama la atención que todavía hoy la historia del franquismo haya que estudiarla o investigarla con ciertas dificultades para los que queremos retener viva la memoria histórica. Sobre todo si la investigación se realiza fuera del ámbito académico; porque realmente no se tiene acceso a determinadas fuentes documentales mientras que otros investigadores disfrutan de estos privilegios. Necesitamos renovar por completo nuestros métodos de análisis histórico y recomponer, como dice el profesor Josep Fontana en una de sus recientes publicaciones «… esa conciencia crítica de devolver alguna esperanza y de reanimar la capacidad de acción colectiva». Creo que hay que recuperar el tiempo perdido, aprender a ver con claridad y a no ser absorbidos por la confusión ideológica y la negatividad de muchos.

El peso del silencio histórico nos conmociona. Y nuestro silencio sobre las cuestiones que más nos pueden interesar, resuenan con cierto estruendo en nuestras cabezas. Es necesario hacer un balance de nuestro pasado-presente, en la medida que el proceso del franquismo ha influido en el momento histórico que hoy vivimos. El problema es que hay muchísima gente que ha perdido la memoria o aparenta haberla perdido. Y otros, han construido una realidad que nada tiene que ver con la verdadera.

Mi objetivo ha sido el de realizar una investigación, lo más rigurosa posible, en la memoria histórica de las mujeres comprometidas en la lucha política contra la dictadura franquista. Es analizar la historia del franquismo desde la otra cara de la luna: la voz del compromiso político de las mujeres. Testigos de escaso valor para muchos y destinadas al silencio de la reproducción material y doméstica, ¿acaso no tienen las mujeres una HISTORIA?

En la actualidad somos cada vez más las historiadoras que sin olvidar la opresión y explotación histórica de la mujer, intentamos proyectar un nuevo enfoque en el que se ponga de manifiesto la fuerza individual y colectiva de las mujeres; sin que la información sobre estas «… quede relegada al ghetto intelectual de los estudios de la mujer para la mujer…», como así se expresa la profesora Riane Eisler, en su interesante libro «El Cáliz y la Espada». Y para ello buscamos nuevas fuentes de información, que no solo sean documentos escritos sobre los que trabajan los historiadores tradicionales. Estas nuevas fuentes de investigación necesariamente abocan al empleo del testimonio oral, como fuente de análisis, teniendo en cuenta que el testimonio ha sido una herramienta familiar que las mujeres utilizan espontáneamente en su vida cotidiana.

En un reciente ensayo publicado de la profesora argentina Celina Manzoni, titulado «Mujeres sin escritura. Otras voces. Otros textos», destaca de una forma sugestiva —creo yo— el lugar que va ocupando la mujer en la cultura actual: «… en el campo de las mujeres que escriben, voces diversas se expresan con matices diferenciados. La coloratura que la voz femenina, tradicionalmente desconocida o desdeñada, da al conjunto, se está construyendo una tradición de la escritura de mujeres, que relegada a los bordes de la curiosidad y de lo excepcional, pasa o está pasando a ocupar una zona cuyo desconocimiento era empobrecedor para la cultura occidental…».