Capítulo 1
Porque escribir
Luego de escribir LA CAMPANA INTERIOR – libro que se agotó en poco tiempo – fue surgiendo la idea de hacer una nueva obra partiendo del mismo esquema. No es una segunda edición, sino un nuevo libro que contiene el anterior y mucho más.
LA CAMPANA INTERIOR es un libro que fue escrito para los alumnos, pensando en los estudiantes. Hoy pienso también en los que no necesariamente van a estudiar, los que transitan por otros caminos y se sienten inquietos por los sucesos del mundo. Personas que buscan entender por qué hoy se habla de tantos temas que fueron misteriosos hasta hace pocos años: vidas pasadas, regresiones, Tarot, astrología, espiritualidad, energías, ángeles, oráculos.
Algo está pasando en el mundo y la inquietud cunde. La prensa da cuenta de misterios; la ciencia desata nuevas interrogantes al hacer descubrimientos sorprendentes sobre los orígenes del planeta y de la humanidad en su conjunto; la historia se plantea más preguntas; falsos profetas y agoreros anuncian catástrofes y el fin del mundo para cualquier día próximo; el cine plantea catástrofes e invasiones extraterrestres; muchos se preguntan por lo que anunciaron los mayas para el año 2012; experimentamos cambios acelerados y constantes de la tecnología nos modifican la vida; hay violencia, desconcierto, miedo al calentamiento global y a la guerra nuclear, no ya producto de los conflictos de las grandes potencias, si no de terroristas o grupos marginales que tratan de adquirir protagonismo.
Es evidente que hay una apertura diferente. Cuando comenzamos a dictar los cursos en Syncronía, por allá por 1995, todo lo que hablábamos era “muy raro”. Hoy, los temas en que incursionábamos son mucho más conocidos y aceptados.
Es cosa de recorrer librerías, ver la prensa, escuchar las radios, conversar con nuestros amigos, para darnos cuenta que hay muchos tópicos hoy compartidos y que ayer eran prohibidos o silenciados por prejuicios e ignorancia.
Lo que el lector encontrará en estas páginas es un instrumento conceptual para comprender el presente desde la trayectoria de nuestra humanidad desde sus primeros momentos y hasta hoy. De este modo, podremos trabajar por la construcción de una sociedad mejor en el tiempo futuro.
Estamos frente a un cambio de paradigmas, propio de la transición de una era a otra. Los viejos – es decir, los que ya tenemos más de 60 años – somos los últimos nacidos en la era que se muere e iniciamos, junto a los más jóvenes el proceso de construcción del tránsito. Los nacidos en 1974 y 1992, pertenecen a ambos mundos, son el nexo vivo entre la era que muere y la que comienza nacer. Algunos hablan de la generación perdida, otros de la generación sacrificada. Los menores, son los primeros integrantes no sólo de esta nueva realidad, sino sobre todo de una nueva humanidad.
Todos los que estamos vivos hoy, cualesquiera que sea el papel que estemos jugando, somos los protagonistas del cambio de era. Los que estamos trabajando a favor del nuevo paradigma hemos sido denominados “constructores” o “trabajadores de la luz” o simplemente, como me gusta decirlo a mí, “trabajadores del nuevo paradigma”. Y aunque esto es transversal a las ideologías clásicas, se sitúa en medio de los debates y de las opciones que siguen sacudiendo al mundo, porque los caminos se bifurcan y al optar por una posición la sociedad puede alejarse definitivamente del paradigma de la era que se inicia. Ello tiene consecuencias insospechadas: quizás a esas realidades se podrá aplicar la visión más catastrofista del fin del mundo, pues finalmente, como sucede siempre, los parámetros de la nueva era terminarán generalizándose aun a costa de grandes pesares. Pienso en la ariana resistencia de la Roma imperial y su decadencia primero y su estrepitosa caída a mano de los invasores luego.
Quienes están tomando contacto con las ideas contenidas en este libro, no llegan a ellas por primera vez, sino que ya saben mucho de ellas. Nuestro aprendizaje se da siempre desde lo que sabemos y los libros que nos gustan son aquellos en los que encontramos ideas o historias que nos resuenan. Probablemente estas materias les parecerán conocidas a muchos y luego de leerlas podrán encontrar otros libros o materiales escritos de diversas formas y que también le resulten cercanos. O, simplemente, sus contenidos harán eco en su mente. Dirán: “Esto ya lo había escuchado antes”. Y seguro que es así, no sólo porque es probable que cada uno lo supiera desde antes sino además porque estrictamente hablando, nada de lo que digo en esta obra es totalmente nuevo ni nacido de mi sola creatividad, como sucede con la literatura, ya sea narrativa o poética e incluso, a veces, en el ensayo. No es éste un libro de creación literaria.
Mi principal aporte creativo reside en la forma de presentar el contenido, desde la compilación y organización del conocimiento, hasta el uso de palabras del lenguaje común para referirme a temas hasta ahora manejados como materias de especialistas, a lo que deberán agregarse mis particulares puntos de vista, nacidos no sólo de mis aprendizajes, sino también de mis experiencias.
Todos nosotros, los que hemos compartido sala en las clases o los que participamos del proceso de recreación del texto que ahora tiene frente a sí –escritor y lector– de seguro ya hemos estado antes en lo mismo. Algunos –y es la sensación que he tenido con mis alumnos o los que han asistido a mis conferencias –pertenecieron en otras encarnaciones a los mismos grupos. Otros, llegaron a las mismas preguntas y a los mismos procesos de aprendizaje por caminos diversos.
Como nada es meramente casual –según se explicará más adelante– debemos decir que cuando el lector lee estas líneas, no ha llegado a ellas ni por error ni por simple accidente. Por el contrario, su lectura es resultado de una secuencia de procesos personales y grupales que lo ponen en posición de abrir una nueva ventana en su mente y su corazón, refrescar conocimientos o de formular una nueva síntesis.
Un día, hace mucho tiempo, alumno me preguntó qué obras podía leer en relación con estas materias. Fue entonces que me di cuenta que hacer una bibliografía completa es una de las tareas más difíciles que se puede enfrentar. No había un solo texto que agrupara la información necesaria para adquirir formación básica y completa en el pensamiento holístico. El camino formativo es complejo, desordenado, multilineal. La Campana Interior pretendió contribuir a ordenar el estudio y en buena medida lo logró. Hoy, de cierta manera, siguiendo ese esquema, persigo volver a desordenar, para agitar las espesas aguas del conformismo –como me dijo mi profesor Jaime Blume Sánchez cuando terminaba la educación media (secundaria)– y despertar las conciencias.
La elaboración intelectual, el pensamiento que está detrás de las palabras, es fruto de una formación larga en el tiempo, muchas veces dispersa, que en mi caso personal se da matizada por búsquedas que conectan la magia con la teología, el derecho con la historia, la antropología con la filosofía, la literatura con las matemáticas. La Alquimia con la Psicología, pensando en la obra de Jung.
Muchas veces nos preguntamos por el sentido de nuestra vida. Queremos saber si hay una causa o un desarrollo. ¿Por qué estamos aquí? ¿Para qué estamos aquí? Buscamos verdades, certezas, seguridad. Exploramos ansiando llegar a una verdad. ¿Existe la verdad? Si, existe y no es relativa, como muchos autores sostienen. Lo que sucede es que nuestra capacidad de conocer nos lleva a tomar contacto sólo con una parte de la verdad y eso es lo que la hace aparecer como relativa o parcial. La limitación no está en la verdad misma, como realidad tanto concreta como trascendente, sino en nosotros, los que tomamos contacto con ella e intentamos conocer desde nuestras limitaciones materiales.