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Carril Sara Luisa del - Poesía completa. II

Aquí puedes leer online Carril Sara Luisa del - Poesía completa. II texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Ciudad: C.A.B.A, Año: 2017, Editor: Grupo Planeta - Argentina;Emecé : Groupo Editorial Planeta S.A, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Animada a veces por una bella ternura irónica, otras por una simpatía extendida por los animales, las plantas y los enamorados, la poesía de Silvina Ocampo encontró en el interior de una lengua oficial una singularidad tan afinada como original. Hay en ese universo constante, desplegado en su obra cuentística y en su trabajo como traductora, un aparente formalismo que le permitió componer una obra inconfundible. La disciplina del ritmo acompañada por regresos a los mismos temas en tonos distintos, la alteración autobiográfica y la influencia de la infancia, la miniaturización y el boceto narrativo de algunos poemas son sólo parte del empeño de Silvina Ocampo por construir una voz poética consciente.Este segundo volumen incluye los cuatro libros publicados entre 1962 y 1984, la poesía dispersa seleccionada por Noemí Ulla en 2001 y una serie de traducciones ejemplares. También en esta entrega Emecé presenta un conjunto deslumbrante de poemas inéditos aparecidos en revistas, generalmente ofrecidos como un don por la autora.

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Poesía completa II Poesía completa II Silvina Ocampo Edición a cargo de Sara Luisa Del Carril y Mercedes Rubio De Zocchi, con la colaboración de Daniel Gigena

Ocampo, Silvina Poesía completa II : colección Juan Gelman / Silvina Ocampo. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Emecé, 2017. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-950-04-3858-2 1. Poesía Argentina. Título. Título.

CDD A861

© 2003, herederos de Silvina Ocampo
© 2003, Emecé Editores S.A.
Foto de tapa: Amanda Ortega Todos los derechos reservados © 2017, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. Editorial Paidós SAICF Publicado bajo el sello Emecé®
Independencia 1682, (1100) C.A.B.A.
www.editorialplaneta.com.ar Primera edición en formato digital: enero de 2017 Digitalización: Proyecto451 Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático. Inscripción ley 11.723 en trámite ISBN edición digital (ePub): 978-950-04-3858-2 Nota del Editor Este segundo volumen de Poesía completa de Silvina Ocampo reúne cinco libros aparecidos entre 1962 y 2001, y doce poesías tommadas de antologías y revistas, que intercalamos según su fecha de publicación. La edición lleva también una página final de referencias bibliográficas. No incluimos los prólogos de Manuel Mujica Lainez y de Jorge Luis Borges que acompañan respectivamente Árboles de Buenos Aires, 1979, y Breve santoral, 1984 . De este último libro, sólo ofrecemos cinco poemas, porque los restantes, “El ángel de la guarda”, “Santa Rosa de Lima”, “Santa Teodora”, “San Arsenio”, “Santa Serafina”, “Santa Inés”, y “Santa Lucía”, se encuentran en Amarillo celeste, 1972.

Tampoco incluimos el prólogo de Poesía inédita y dispersa, 2001, firmado por Noemí Ulla, quien realizó la selección de esta edición póstuma, y cuyas notas transcribimos con sus iniciales. En sus últimos libros de cuentos, Silvina Ocampo publicó algunos textos en verso que no se recogen aquí. Ellos son: “Anamnesis”, de Los días de la noche , 1970 ; “La fiesta de hielo”, de Y así sucesivamente, 1987 , y “La alfombra voladora”, “Arácnidas”, “Los enemigos de los mendigos”, “Leyenda del aguaribay” y “La begonia china”, de Cornelia frente al espejo, 1988 , publicados en Cuentos Completos II , Emecé Editores, 1999. Al reunir el conjunto de la obra poética, hemos notado que en algunos casos hay poemas que llevan el mismo título o un título si­milar. Con una nota al pie remitiremos a la página y al volumen correspondientes. Poesía completa , editada en dos volúmenes, constituye un justo homenaje a Silvina Ocampo en el centenario de su nacimiento.

LO AMARGO POR DULCE - 1962 Acto de contrición Tengo en mí tantos arrepentimientos, tantos inútiles presentimientos, una fidelidad ciega de perro, un corazón que puede ser de hierro que no conmueve a veces ni la muerte, ni la alegría, ni la buena suerte. ¡Si tengo un corazón es para que arda! No he agradecido al ángel de la guarda que esté junto a mi lado noches, días, brillando como en las calcomanías. He pecado por faltas de omisión y aún más por insólita obsesión. Lo que me ocurre, ha de ocurrir mil veces antes de tiempo y después ¡ay! con creces. Los actos primordiales no contaron para mí, sino cuando se alejaron, a ejemplo de los nítidos cipreses, de las piñas que son como los peces, del río que relumbra hecho de mica en mi memoria que los multiplica. He desdeñado lo que precio ahora los secretos del tedio, cada hora, la diversión de la monotonía, y ese deslumbramiento que varía de los años que sobran y que faltan en las agujas del reloj que saltan.

Fui y soy la espectadora de mí misma; cambia lo que entra en mí como en un prisma. La espectadora soy desesperada de la malignidad con traje de hada, del disfrazado diablo que es un santo niño de carnaval que sufre tanto. La que tiembla de miedo de sufrir, que de amor a la vida ansía morir; la que llora por sí con penas de otros, que dice sólo “yo” al decir “nosotros”. Pienso: el humo, el follaje se parecen, pero sólo las hojas reverdecen. ¿Del mal, del bien podré decir lo mismo? No. El mal reverdece en el abismo.

Dentro de un pálido calidoscopio a veces fascinante como el opio sentimientos dispares en mí están; cambia así de lugar sin fe Satán. Hay luz, hay rosas y hay basura y repugnancia en la ambición más pura, como hay felicidad en mi dolor y en mi dicha siempre algo aterrador. Tantas ventanas tiene el mundo abiertas, tantas puertas, espejos, gentes muertas, como remordimientos mi inocencia, o mi maldad insólita conciencia. ¡Por qué con ojos que no llevan venda me interné por la interminable senda del pecado que gira en espiral perdiendo lucidez con tanto mal para entrar en el sórdido edificio pobre y monótono del maleficio! ¡Por qué me desnudé frente al balcón si no entra el sol en todo el corazón! ¿Acaso era la piel y no era el alma la más capacitada en darme calma? ¿Por qué miré de pronto a una persona como si viera en ella una corona que la elevara al rango de los dioses? ¿Por qué me inspiró el bien males atroces y el mal inextricable, algún placer que se asemeja en suma a perecer? *** ¿Por qué no contemplé a la demás gente a la par de un jardín atentamente? ¿Y por qué si me hablaron me alejé pensando en otras cosas y escuché sólo el cóncavo grito de la mala estatua avergonzada de una sala o el ruido lacerante de un cristal humanamente sobrenatural? (Apenas sé por qué me fascinaban como voces de iglesia que cantaban). Repugnante y atroz cual lepra aviesa que contagia la boca que la besa cual gangrena que horada hasta los huesos, cual rencor humillado aun por los besos, como si fuesen de oro y adorados se cultivan en mi alma los pecados. Culpable soy.

No necesito vino para embriagarme y el color divino de cualquier rosa clava en mí su espina, para hacerme sufrir, y la mezquina indiferencia por la humanidad me persigue. No digo la verdad y si la digo es como si mintiera. Del árbol soy la horrible enredadera que de abrazar al árbol lo estrangula porque el amor al crimen me vincula. Vivo en un mundo negro y amarillo: no sólo la alegría tiene brillo: los juegos de artificio que son rojos brillan como la lágrima en los ojos, brillan también las uñas de los muertos, el agua putrefacta de los puertos, la forma de una herida reluciente de alguien que está muriendo de repente. Sólo por interés amo a quien me ama. ¿Sólo la imagen sola será cierta y el resto una ilusión tras una puerta cerrada que jamás llegará abrirse aunque el cuerpo pudiera redimirse? ¿Sólo la imagen permanece y vuela como la llama que ilumina y vela? Los mensajes La palma de mi mano es una hoja de árbol o de papel cuadriculado donde escribí mensajes en mi infancia con tinta azul, violeta, verde, roja. ¿Sólo la imagen sola será cierta y el resto una ilusión tras una puerta cerrada que jamás llegará abrirse aunque el cuerpo pudiera redimirse? ¿Sólo la imagen permanece y vuela como la llama que ilumina y vela? Los mensajes La palma de mi mano es una hoja de árbol o de papel cuadriculado donde escribí mensajes en mi infancia con tinta azul, violeta, verde, roja.

Nombres inconfesablemente impuros que jamás me atrevía a pronunciar escritos, en la palma de la mano se tornaban más tersos e impolutos. Si no podía descifrar mi letra el ser ubicuo a quien le dedicaba los mensajes secretos, humillada borraba con jabón y piedra pómez los signos hasta que otros escribiera de nuevo, con idéntico propósito y ardientes puntos de interrogación, mi diestra cruel sobre mi palma izquierda. Los textos que borré, no han perdurado en ningún sitio actual de la memoria, ni cofre, ni cajón los atesora para curiosidad y ansia nostálgica. Ahora quedan líneas con sus ramas que sirvieron de rúbrica a esos nombres, líneas que son mera lucubración para investigaciones quirománticas, y no el desesperado grito ardiente, como el que hizo morir en Roncesvalles a Rolando en el cruel despeñadero, de un solitario niño a un compañero. El pecado La hora de la cena era el momento en que yo siempre me ruborizaba: la visita letárgica nombraba ese pecado que era mi alimento. Yo no comía porque mi sustento me saciaba de horror.

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