Rodrigo Astorga - Armando Silva - De Bielsa a Sampaoli

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© 2014, Rodrigo Astorga - Armando Silva

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© 2014, Editorial Planeta Chilena S.A.

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1a edición: mayo de 2014

ISBN 978-950-49-4024-1

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LA VIDA SIN MARCELO

No había que entender mucho de fútbol para darse cuenta de que lo sucedido la noche del miércoles 2 de febrero de 2011 en la sede de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) era un episodio casi surrealista...

Después de más de ocho horas de espera por una definición del tema, el presidente de la ANFP, el recientemente electo Sergio Jadue, informó a través de una conferencia de prensa que fue transmitida por los medios de comunicación casi como cadena nacional, que Marcelo Bielsa seguía como director técnico de la selección chilena de fútbol. Pero lo que debía ser una excelente noticia –dado el cariño que el pueblo chileno le profesaba al argentino tras su gestión al mando de la «Roja»- se convirtió inmediatamente en desconfianza cuando se dieron a conocer los detalles de esa continuidad.

* * *

La historia comenzó más o menos así: Marcelo Bielsa se hizo cargo de la selección chilena en agosto de 2007, tras alcanzar un acuerdo con el entonces presidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls, hecho que convulsionó el ambiente futbolístico nacional e internacional. No se trataba de cualquier profesional, sino de uno que llevó a su amado club Newell's Old Boys (de su natal Rosario) a lo más alto del fútbol transandino y sudamericano (tres veces campeón argentino y subcampeón de la Copa Libertadores en 1992). Luego pasó por clubes de México y España, y estuvo al frente de la selección argentina entre 1998 y 2004. Durante este periodo, el juego mecanizado y agresivo que imprimió la escuadra albiceleste la transformó en la gran favorita para ganar la Copa del Mundo de Corea-Japón en 2002. Lamentablemente, en ese torneo el cuadro transandino fue eliminado dolorosamente en primera ronda, asestando un golpe muy difícil de digerir para el siempre bien alimentado orgullo argentino. Tras ese tropiezo, Bielsa permaneció un par de años más al frente de la selección albiceleste, logrando el subcampeonato en la Copa América de Perú de 2004 (en una final que perdió de manera dramática contra Brasil por lanzamientos penales) y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas de ese mismo año.

La compleja personalidad de Bielsa, conocido como «Loco» en el mundo del fútbol, quedó de manifiesto al momento de anunciar su salida de la dirección técnica de la selección argentina. El 14 de septiembre de 2004, tres semanas después de conseguir el oro olímpico en Grecia y en pleno proceso de clasificación al Mundial de Alemania 2006, renunció al cargo aduciendo que ya no tenía la energía que se necesitaba para ser entrenador de la selección.

Y es así como luego de tres años sin sentarse en un banquillo y de rechazar ofertas de clubes y selecciones, aterrizó en Chile para hacerse cargo del proceso que pretendía llevar a la selección al Mundial de Sudáfrica 2010. El resto es historia conocida: segundo en las clasificatorias (proceso en el que se produjo el primer triunfo oficial frente a Argentina), octavo finalista en tierras africanas (incluyendo la primera victoria mundialista de Chile desde 1962) y 51 partidos clase «A» disputados (con un total de 28 triunfos, 8 empates y 15 derrotas). Pero sobre todo, Marcelo Bielsa le devolvió al hincha del fútbol el cariño y el respeto por sus jugadores, un respeto que también se proyectó al resto del planeta.

Esa relación con el pueblo chileno, correspondida por el rosarino, lo llevó a aceptar la oferta que le hizo Harold Mayne-Nicholls para extender su contrato hasta 2015, periodo que incluía la Copa América de Argentina 2011, las clasificatorias para el Mundial de Brasil 2014 (y la Copa del Mundo si Chile clasificaba) y la Copa América de 2015, que en ese entonces no se sabía si se jugaría en Brasil o en Chile (recién en marzo de 2012 se decidió que se disputaría en nuestro país).

Un acuerdo que quedó en absoluto suspenso luego de que a principios de noviembre de 2010, Mayne-Nicholls –la gran garantía que tenía Bielsa para realizar su trabajo tranquilo– perdiera la presidencia de la ANFP en manos del presidente de Unión Española, Jorge Segovia. Este último terminaría siendo inhabilitado por razones de incompatibilidad comercial y en una elección posterior ganaría el cargo quien era considerado su «delfín»: el presidente de Unión La Calera, Sergio Jadue. Es decir, nombres que significaban la salida inexorable de Marcelo Bielsa de la dirección técnica de Chile. De hecho, el propio Bielsa lo había hecho saber en una extensa conferencia de prensa la noche previa a la elección, en la que le brindó apoyo irrestricto al dirigente que lo trajo al país y anunció que dejaría el cargo si la oposición ganaba la presidencia de la ANFP, como finalmente ocurrió.