RESUMEN BIBLIOGRÁFICO
Gleizes y Metzinger: Du Cubisme (París, 1912).
Guillaume Apollinaire: Les Peintres Cubistes (París, 1913).
André Breton: Le Surréalisme et la peinture (París, 1928; reeditado en 1965).
Louis Aragon: La Peinture au défi (París, 1930).
Peggy Guggenheim: Out of this century (Nueva York, 1946).
Michel Carrouges: Les Machines célibataires (París, 1954).
Georges Hugnet: L’Aventure Dada (París, 1957).
Marcel Jean: Histoire de la Peinture surréaliste (París, 1939).
Robert Lebel: Sur Marcel Duchamp (París, 1959).
Michel Sanouillet: Dada à Paris (París, 1965).
Marchand du sel. Escritos de Marcel Duchamp reunidos y presentados por Michel Sanouillet (París, 1958).
Pierre Cabanne: L’Epopée du Cubisme (París, 1963).
Además deben señalarse numerosos estudios y entrevistas, entre las que cabe resaltar:
«A Complet reversal of Arts Opinions by Marcel Duchamp» en Arts et Décoration, setiembre de 1915.
Declaraciones de Marcel Duchamp en Museum of Modern Art Bulletin, XII, n.º 4-5, 1946: entrevistas realizadas por J. J. Sweeney.
Alain Joufroy: entrevista con M. D. en Arts, 24 de noviembre de 1954 y 29 de octubre de 1958.
J. J. Sweeny: entrevista con M. D. en el Museo de Filadelfia. Film producido por la National Broadcasting Company en 1955 y proyectado por la TV norteamericana en enero de 1956.
«Marcel Duchamp, vite». Frases recogidas por Jean Schuster en Le Surréalisme, méme, n.º 2, 1957.
Correspondencia de M. D. con Jacques Doucet. Biblioteca Jacques Doucet, París.
Nicolas Calas: «The brothers Duchamp all at once» en Arts News, Nueva York, febrero de 1957.
Robert Rosenblum: «The Duchamp family» en Arts, Nueva York, abril de 1957.
Lawrence D. Steefel Jr.: «The Art of Marcel Duchamp» en The Art Journal, XXII, n.º 2, Nueva York 1962-1963.
Otto Hahn: entrevista con Marcel Duchamp en Arts and Artistes, agosto de 1966.
PRINCIPALES EXPOSICIONES
1909-1910-1911-1912: Salón de los Independientes - París.
1909-1910-1911: Salón de Otoño - París.
1912: Salón de la Sección de Oro - París.
1913: Armory Show - Nueva York.
1916: Exposición con Jean Crotti, Metzinger, Gleizes - Montross Gallery - Nueva York.
Exposición de arte moderno - Stephan Bourgeois Gallery - Nueva York.
1930: La Peinture au défi - Galería Goesmans - París.
1936: The international Surrealiste Exhibition - Londres.
Fantastic Art: Dadá, Surrealismo - Museum of modern art - Nueva York.
1937: Primera exposición individual - Arts Club - Chicago.
1938: Exposición internacional del Surrealismo - París.
1942: Villon, Duchamp-Villon, Duchamp - Galerie de France - París.
1945: Duchamp, Duchamp-Villon, Villon - Yale Art Gallery - Nueva York.
1947: Exposición internacional del Surrealismo - París.
1952: Duchamp Hermanos y Hermana - Rose Fried Gallery - Nueva York.
1953: Exposición internacional Dadá - Nueva York.
1957: Los hermanos Duchamp - Solomon Guggenheim Museum —Nueva York.
1963: Retrospectiva - Pasadena Art Museum.
1964: Marcel Duchamp ready-mades - Galería Schwarz - Milán.
1965: Exposición individual - Ekstrom - Nueva York.
1966: Retrospectiva Tate Gallery - Londres.
Retrospectiva Dadá - Kunsthaus - Zurich.
Retrospectiva Dadá - Museo de Arte Moderno - París.
I. OCHO AÑOS DE EJERCICIOS DE NATACIÓN
Pierre Cabanne. — Marcel Duchamp, estamos en 1966 y, dentro de algunos meses, cumplirá ochenta años. Su viaje a los Estados Unidos tuvo lugar en 1915, o sea, hace más de medio siglo. Cuando mira hacia atrás, ¿cuál es su primer motivo de satisfacción?
Marcel Duchamp. — En primer lugar, haber tenido suerte. Porque, en el fondo nunca he trabajado para vivir. Considero que trabajar para vivir es algo ligeramente estúpido desde el punto de vista económico. Espero que llegue un día que se pueda vivir sin tener la obligación de trabajar. Gracias a mi suerte he podido pasar a través de las gotas. En un cierto momento comprendí que no debía cargarse a la vida con demasiado peso, con demasiadas cosas por hacer, con aquello a lo que se llama una mujer, niños, una casa en el campo, un coche, etc. Y lo comprendí, felizmente, muy pronto. Eso me ha permitido vivir mucho tiempo como soltero mucho más fácilmente que si hubiera tenido que enfrentarme con todas las dificultades normales de la vida. En el fondo es lo principal. Por tanto me considero muy feliz. Nunca he tenido grandes desgracias, ni tristezas, ni neurastenias. Tampoco he conocido el esfuerzo de producir, puesto que la pintura no ha sido para mí más que un vertedero, o una necesidad imperiosa de expresarme. Nunca he tenido esa especie de necesidad de dibujar por la mañana, por la tarde, todo el tiempo, de hacer croquis, etc. No puedo decirle más. No tengo remordimientos.
P. C. — ¿Y lo que más lamenta?
M. D. — No lamento nada, de verdad. No me ha faltado nada. He tenido más suerte al final de mi vida que al principio.
P. C. — André Breton dijo que usted era el hombre más inteligente del siglo XX. Para usted, ¿qué es la inteligencia?
M. D. — Precisamente, iba a preguntárselo. La palabra «inteligencia» es la más elástica que conozco. Hay una forma lógica o cartesiana de inteligencia, pero creo que Breton quería referirse a algo distinto. En realidad se planteaba, desde el punto de vista surrealista, una forma más libre del problema; para él la inteligencia es, en cierto modo, la penetración de aquello que es incomprensible o difícil de captar por el hombre medio. En el sentido de ciertas palabras hay como una explosión: valen más de lo que significan en el diccionario. Breton es un hombre de mi mismo orden, hay una comunidad de visión que compartimos, y por ello creo comprender la idea que tenía de la inteligencia alargada, estirada, extendida, hinchada si usted quiere…
P. C. — En el sentido en que, usted mismo, ha alargado, hinchado y hecho estallar los límites de la creación según su propia «inteligencia».
M. D. — Tal vez. Me asusta la palabra «creación». En el sentido social, normal, de la palabra, la creación, es muy gentil pero, en el fondo, no creo en la función creadora del artista. Es un hombre como cualquier otro, eso es todo. Su ocupación consiste en hacer ciertas cosas, pero también el businessman hace ciertas cosas, ¿me entiende? Por el contrario, la palabra «arte» me interesa mucho. Si viene del sánscrito, tal como he oído decir, significa «hacer». Pero todo el mundo hace cosas y los que hacen cosas sobre una tela, con un marco, se llaman artistas. Anteriormente se les aplicaba un nombre que me gusta más: artesanos. Todos somos artesanos, con una vida civil, militar o artística. Cuando Rubens, o cualquier otro, necesitaba el color azul, tenía que pedir tantos gramos a su corporación y se discutía la cuestión para saber si se le podían dar 50, 60 o más.
Eran verdaderamente unos artesanos, y eso se ve claramente en los contratos. La palabra «artista» fue inventada cuando el pintor se convirtió en un personaje de la sociedad monárquica, en primer lugar, y posteriormente de la sociedad actual, en la que es un señor. Ese pintor no hace cosas para alguien sino que es ese alguien quien va a elegir cosas entre la producción del pintor. En contrapartida el artista está mucho menos sujeto a concesiones que antes, durante la monarquía.
P. C. — Pero Breton no dijo únicamente que usted es uno de los hombres más inteligentes del siglo XX, sino también, y cito textualmente sus palabras, «para muchos, el más molesto».
M. D. — Supongo que eso significa que, al no seguir la corriente que imperaba en ese momento, molestaba mucho a las personas que veían en ello una oposición a lo que estaban haciendo, una rivalidad, si usted quiere; pero en realidad, no había tal cosa. Eso existía únicamente para Breton y su grupo, debido a que no se daban cuenta de que se podía hacer algo distinto a lo que se hacía en aquel momento.