El libro impreso tiene cinco siglos y medio de edad. El libro digital tiene ya 40 años. Hoy en día uno puede leer un libro en su ordenador, en su asistente personal (PDA), en su teléfono móvil, en su smartphone o en su tableta de lectura.
Es el viaje «virtual» que vamos a emprender en este libro, basado en unas miles de horas de navegación en la web durante diez años y en un centenar de entrevistas llevadas a cabo por el mundo entero.
Marie Lebert
Del libro impreso al libro digital
ePub r1.1
Rob_Cole 22.08.2016
Título original: Le livre, de l’imprimé au numérique
Marie Lebert, 2010
Traducción: Anna Álvarez & Alicia Simmross
Diseño de cubierta: ArmandAthos
Editor digital: Rob_Cole
Primer editor: Lestrobe (r1.0)
Corrección de erratas: AntonioB
ePub base r1.2
Este libro está dedicado a todas las personas que han contestado a mis preguntas durante los últimos diez años en Europa, en las Américas, en África y en Asia.
Gracias por el tiempo que me han dedicado, y por su amistad.
Introducción
El libro ha cambiado mucho desde 1971.
El libro impreso tiene cinco siglos y medio de edad. El libro digital tiene ya 40 años. Éste nace con el Proyecto Gutenberg, un proyecto visionario creado en julio de 1971 por Michael Hart con el fin de distribuir gratuitamente las obras literarias por vía electrónica.
Pero hay que esperar hasta la aparición de la web, en 1990, y luego con la creación de Distributed Proofreaders, en 2000, cuya meta es compartir la revisión de los libros electrónicos entre miles de voluntarios, para que el Proyecto Gutenberg encuentre una velocidad de crucero y su difusión internacional.
Señal de los tiempos que corren, en noviembre de 2000, la British Library puso en línea la versión digital de la Biblia de Gutenberg; el primer libro impreso. Aquella Biblia datada de 1454 o 1455, fue impresa por Gutenberg en 180 ejemplares en su taller de Maguncia, en Alemania. 48 ejemplares existirían aún, aunque algunos incompletos. Tres de esos ejemplares dos completos y uno parcial están en la British Library.
Miles de obras del dominio público están en acceso libre en la web. La mayoría de los libreros y editores tienen su propia página web. Algunos de ellos nacen directamente en línea, y realizan la totalidad de sus transacciones a través de la red. Se van multiplicando los libros y las revistas que sólo están disponibles en versión digital, evitando así los gastos que implica una publicación impresa. Algunos autores escriben sus obras en sitios de escritura hipertexto o hipermedia.
El internet ha llegado a ser imprescindible para informarse, comunicar, acceder a documentos y extender los conocimientos. Ya no necesitamos correr desesperadamente tras la información que nos hace falta. La información que nos hace falta ya está a nuestro alcance, incluso para aquellos que estudian por correspondencia, que viven en pleno campo, que trabajan a domicilio o que están confinados a la cama.
En 2010, la web se ha convertido en una gigantesca enciclopedia, una enorme biblioteca, una inmensa librería y un medio de comunicación completo. La información ha pasado de tener un estado estático en los libros impresos a tener una gran fluidez en el internet, con la posibilidad de actualizarse constantemente.
Hoy en día uno puede leer un libro en su ordenador, en su asistente personal (PDA), en su teléfono, en su smartphone o en su tableta de lectura.
Éste es el viaje «virtual» que vamos a emprender en estas páginas.
Las citas que aparecen en este libro son fragmentos de las Entrevistas del NEF www.etudes-francaises.net/entretiens/ y de las entrevistas que han proseguido para completarlas, salvo que se indique lo contrario.
El Proyecto Gutenberg
El primer libro digital remonta a julio de 1971. Se trata del eText #1 del Proyecto Gutenberg, un proyecto visionario lanzado por Michael Hart con el fin de crear versiones electrónicas de obras literarias y de difundirlas por el mundo entero. En el siglo XVI, Gutenberg había hecho posible para todos tener libros impresos por un precio relativamente módico. En el siglo XIX, el Proyecto Gutenberg iba a permitir a cada persona de disponer de una biblioteca digital gratuita. Este proyecto cobró nuevo aliento y alcanzó una difusión internacional con la aparición de la web en 1990, y luego con la creación de Distributed Proofreaders en 2000, cuya meta es compartir la revisión de los libros entre miles de voluntarios. En 2010, el sitio web original del Proyecto Gutenberg cuenta con 3 millones de descargas al mes, y 38 sitios espejo repartidos por todo el planeta.
Una apuesta lanzada en 1971
Los primeros pasos
¿Cuáles son las raíces del proyecto? Cuando Michael Hart estudiaba en la Universidad de Illinois, en los Estados Unidos, el laboratorio informático (Materials Research Lab) de su universidad le asignó 100 millones de dólares de tiempo de ordenador.
El 4 de julio de 1971, día de la fiesta nacional estadounidense, Michael digitó en el teclado de su ordenador The United States Declaration of Independence (Declaración de independencia de los Estados Unidos, firmada el 4 de julio de 1776), en mayúsculas, pues las letras minúsculas aún no existían. El texto electrónico representaba 5 kilobytes.
Pero el envío de un archivo de 5 kilobytes a las cien personas que formaban la red de la época hubiera acabado con el sistema, provocando la implosión de la red, porque el ancho de banda aún era ínfimo. Michael difundió un mensaje que explicaba dónde se almacenaba el texto aún sin enlace hipertexto, pues habría que esperar unos 20 años más para la web y seis personas descargaron este archivo.
Sobre la marcha, Michael decidió dedicar ese crédito de tiempo de unos millones de dólares a la búsqueda de obras literarias disponibles en bibliotecas, y a la digitalización de éstas. Optó también por almacenar los textos electrónicos en la forma más sencilla posible, en formato ASCII, para que esos textos pudieran ser leídos sin problema desde cualquier ordenador, plataforma y programa.
El conjunto de páginas encuadernadas, forma tradicional del libro, se convierte en un texto electrónico que se puede desplegar de par en par, con letras mayúsculas para los términos escritos en cursiva o en negrita y para los términos subrayados en la versión impresa.
Poco después, Michael definió así la misión del Proyecto Gutenberg: poner a disposición de todos, por vía electrónica, el mayor número posible de obras literarias.
«Nosotros consideramos el texto electrónico como un nuevo medio de comunicación, sin verdadera relación con el papel», explicó más tarde, en agosto de 1998. «La única semejanza es que ambos difundimos las mismas obras, pero en cuanto la gente se haya acostumbrado, no veo cómo el papel aún podría competir con el texto electrónico, sobre todo en las escuelas».
Tras haber digitado The United States Declaration of Independence en 1971, Michael prosiguió con sus esfuerzos en 1972 digitando The United States Bill of Rights (Declaración de Derechos de los Estados Unidos). Esta declaración incluye las diez primeras enmiendas añadidas en 1789 a la Constitución de los Estados Unidos (ratificada en 1787), y define los derechos individuales de los ciudadanos y los poderes respectivos del gobierno federal y de los Estados. En 1973, un voluntario digitó