En el año que se celebro el 75 aniversario de la proclamación de la Segunda República española, su memoria, idealizada por unos, estigmatizada por otros, se resiste a desaparecer. ¿Qué tendrá la República, que no se olvida? La República fue, desde luego, mucho más que el régimen que precedió al estallido de la Guerra Civil. Fue una ilusión, una gran esperanza.
El libro se compone de diversos artículos sobre diferentes aspectos de la historia y la memoria de la segunda república de los siguientes historiadores: Julio Aróstegui, Gabriel Cardona, Ángeles Egido León, Guiliana Di Febo, José Antonio Ferrer Benimeli, Pere Gabriel, José Luis de la Granja, Carsten Humlebaek, Gabriel Jackson, Jacques Maurice, Manuel Muela, Xosé Manoel Núñez Seixas, Paul Preston, Hilari Raguer, Alberto Reig Tapia y Gonzalo Santonja.
AA. VV.
Memoria de la Segunda República
Mito y Realidad
ePub r1.0
jasopa1963 09.11.14
Título original: Memoria de la Segunda República
AA. VV., 2006
Diseño de cubierta: A. Imbert
Editor digital: jasopa1963
ePub base r1.2
Presentación
Presentación
El Centro de Investigación y Estudios Republicanos patrocina un nuevo libro colectivo titulado Memoria de la Segunda República. Mito y realidad, que sigue la línea marcada por los anteriores, Azaña y los otros y Los grandes olvidados: enriquecer el conocimiento de lo que fue el proyecto de la Segunda República española, con el fin de ayudar a las nuevas generaciones de españoles en la recuperación de la memoria como medio para avanzar en el camino hacia la plenitud democrática de España.
Este libro, en el que colaboran desinteresadamente historiadores y especialistas en la materia, no es solo una aportación histórica. Es además un ejercicio de reflexión sobre una época decisiva de nuestra historia contemporánea, como lo demuestra el hecho de que todos los procesos políticos y sociales de España vividos desde entonces siguen condicionados, y a menudo lastrados, por lo sucedido hace 75 años. La Segunda República, en palabras del presidente de honor del CIERE Emilio Torres, fue un proyecto político modernizador que mereció mejor suerte, porque, en nuestra opinión, contenía la mayoría de los componentes para implantar en España un sistema democrático. Aquello no fue posible, pero el legado republicano, incuestionable, ha permitido que los españoles se hayan aproximado a la democracia en el seno del actual orden constitucional.
La sociedad española de principios del siglo XXI, una vez purgados los tiempos de la dictadura, el dolor y la desmemoria, tiene derecho a plantearse un futuro de plenitud democrática para incorporarse, esta vez de verdad, a las mejores tradiciones políticas europeas. Y en ese horizonte la República debe ser un referente legítimo e integrador. Sería la conclusión natural de la larga y agitada evolución política de España en los casi dos siglos de constitucionalismo, iniciado con la Constitución de Cádiz de 1812. Y es oportuno que recordemos que el republicanismo español fue siempre la versión más avanzada del liberalismo de Cádiz, con su visión de la nación y el Estado como los dos puntales de España para convertirse en un pueblo libre.
Ahora que tanto se habla de patriotismo constitucional, por causa del proceso político insolidario impulsado por las minorías nacionalistas, parece justificado subrayar que el republicanismo siempre ha permanecido leal a la nación y a la democracia, ya que sin ambos no es posible hablar del ejercicio de la libertad y de la consecución de la igualdad. Por eso resulta chocante que se pretenda incardinar al republicanismo en el archivo de la memoria, sin reconocer su valor como instrumento eficaz para enfrentar la revisión de la Constitución de 1978, que figura entre los propósitos del gobierno y de los diferentes partidos políticos.
El Centro de Investigación y Estudios Republicanos no tiene obediencia ni compromiso partidario alguno. Su objetivo es la transmisión, adecuación y actualización del conocimiento de los principios en que se fundó el proyecto de la Segunda República. Por eso creemos que el reconocimiento del legado republicano es el paso previo necesario para que las nuevas generaciones de españoles encuentren el referente doctrinal y esperanzado de un sistema político, la República, que conserva la vigencia y frescura de la autenticidad democrática.
El CIERE considera muy digno de agradecimiento el esfuerzo de la editora, la profesora Ángeles Egido, y de todos los colaboradores del libro al aportar un documento importante y valioso para que el 75 aniversario de la Segunda República española no sea un simple ejercicio de memoria. Los lectores dirán, y espero que así sea, si se ha conseguido el objetivo.
Manuel Muela.
Presidente del CIERE
MARÍA DE LOS ÁNGELES EGIDO LEÓN. Historiadora española, doctora en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y catedrática de Historia Contemporánea en la UNED. Vicepresidenta del Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE), miembro fundador de la Asociación para el Estudio de la Migraciones Ibéricas Contemporáneas (AEMIC), entre otros cargos. Ha sido profesora invitada en la Universidad de Sofia «San Clemente de Ohrida» (Bulgaria), en la Universidad de Szeged y en la Pannon University de Vezsprém (Hungría). Forma parte del consejo de redacción de varias revistas y es investigadora colaboradora de la Cátedra Complutense «Memoria histórica del siglo XX».
Entre su obra destaca: Manuel Azaña: El Hombre, El Intelectual y el político, Manuel Azaña: Entre el Mito y la Leyenda, La Concepción de la Política Exterior Española Durante la Segunda República, Entre el Pasado y el Presente. Historia y Memoria, Francisco Urzaiz. Un republicano en la Francia ocupada y Vivencias de la Guerra y El Exilio y El Republicanismo Español: Raíces Históricas y perspectivas de futuro.
Notas
[1] Ángeles Egido León (ed.), Azaña y los otros, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001 y Ángeles Egido León y Matilde Eiroa San Francisco (eds.), Los grandes olvidados. Los republicanos de izquierda en el exilio, Madrid, CIERE, 2004.
Introducción: Historia de una desmemoria
Introducción: Historia de una desmemoria
ÁNGELES EGIDO LEÓN
En el año 2006 se cumplen dos aniversarios emblemáticos y altamente significativos para la historia contemporánea de España: los setenta años del comienzo de la Guerra Civil y los setenta y cinco de la proclamación de la II República. Dos acontecimientos unidos no sólo por la mera sucesión de sus efemérides, sino intrínsecamente ligados en el subconsciente colectivo pese a sus propósitos —obviamente contrapuestos—, a sus consecuencias —no menos antagónicas— y a su memoria, igualmente contradictoria.
Veinte años atrás, cuando se conmemoraba, por primera vez en democracia, el 50 aniversario del inicio de la Guerra Civil, el diario de mayor tirada de nuestro país dedicó al acontecimiento una serie de artículos monográficos en su suplemento semanal que verían la luz en forma de libro diez años después. En la presentación de esa obra colectiva, avalada por el rigor y la calidad de sus autores, el responsable de la edición, Edward Malefakis, reflexionaba sobre las causas y características de la guerra civil española, ciertamente peculiar en comparación con otras que ha habido en la historia, y no sólo de Europa. Desde una amplia perspectiva de conjunto, llegaba a la conclusión de que una de las características más inusuales de la República fue su ambicioso idealismo. Reconocía que en España, por una trayectoria histórica que resumía con notoria precisión, existían graves problemas estructurales que había que resolver. El error de la República no fue afrontar de cara la resolución de esos problemas, sino hacerlo con demasiada premura y simultáneamente.