Peter Winn - La Revolucion Chilena
Aquí puedes leer online Peter Winn - La Revolucion Chilena texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2013, Editor: LOM, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:La Revolucion Chilena
- Autor:
- Editor:LOM
- Genre:
- Año:2013
- Índice:3 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
La Revolucion Chilena: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La Revolucion Chilena" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
La Revolucion Chilena — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La Revolucion Chilena " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Peter Winn
La revolución chilena
LOM PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA SOL
© LOM Ediciones
Primera edición, 2013
ISBN: 978-956-00-0465-9
ISBN Digital: 978-956-00-0721-6
Fotografía de portada: John Hall
Diseño, Composición y Diagramación
LOM Ediciones. Concha y Toro 23, Santiago
Fono: (56-2) 688 52 73 • Fax: (56-2) 696 63 88
www.lom.cl
lom@lom.cl
A Clemente
A los que luchan para un mundo mejor
Agradecimientos
Toda síntesis histórica se construye sobre la base de las palabras y el trabajo de los actores sociales y los investigadores que la preceden, y este libro no es una excepción. Las propuestas de lectura que ofrezco al final reflejan esa bibliografía y esas fuentes.
Sin embargo, en un recuento que utiliza estudios de caso para reconstruir la historia de la revolución chilena desde abajo, me encuentro particularmente en deuda con los investigadores que los han estudiado y recopilado, especialmente Mario Garcés y Boris Cofré, acerca de los pobladores de los barrios pobres de Santiago; Florencia Mallon, sobre de la comunidad mapuche Nicolás Ailío, y Heidi Tinsman, respecto a los campesinos y la reforma agraria en el valle del Aconcagua.
Aunque el estilo de este libro no utiliza referencias, quisiera animar a los lectores interesados a que profundicen su comprensión de los estudios de caso y las historias más generales que ellos iluminan consultando los extraordinarios libros que estos autores han escrito, todos publicados en español y enumerados en la bibliografía seleccionada.
Asimismo, me gustaría agradecer a Emilia Viotti Da Costa por animarme a escribir esta historia y a Julio Pinto y Mario Garcés por su crítica y acuciosa lectura; a mis traductores, Gloria Casanueva y Hernán Soto por transformar mi, muchas veces, difícil prosa inglesa en un español legible; a Catalina Saldaña por su ayuda con la bibliografía, y a Paulo Slachevsky y el equipo de LOM por su flexibilidad y apoyo.
Aunque este libro no fue escrito originalmente pensando en el público chileno, espero que contribuya a iluminar una era y un tema controvertido que, a pesar de su importancia, sigue siendo una memoria prohibida y una historia inconveniente.
Prólogo
Cuando llegué a Chile a comienzos de 1972, encontré un país en medio de una revolución. En mi primer día, vi una manifestación de mapuches frente al palacio presidencial pidiendo la restitución de tierras arrebatadas a sus antepasados y recibiendo una respuesta positiva por parte de Salvador Allende, el «compañero presidente». En los días siguientes, visité una fábrica y un banco que habían sido intervenidos por el Gobierno, restados al control de sus propietarios y eran gestionados por sus trabajadores; una mina de cobre nacionalizada que había sido propiedad de una gigantesca corporación estadounidense; un latifundio expropiado a la familia en cuyo poder había estado durante siglos y que había sido entregado a los campesinos, y un «campamento» transformado en una comunidad bien organizada desde abajo, con su propia escuela, policlínico, tribunales y gobierno. Ese campamento había decidido llamarse Nueva La Habana, en homenaje a la Revolución cubana que, claramente, inspiraba a sus fundadores. Pero a diferencia de Fidel Castro, Allende había llegado al poder mediante votos y no por las armas, y su «proceso revolucionario» era pacífico, un autoconsciente «camino democrático al socialismo» con libertad de expresión y prensa, y con elecciones competitivas y pluralistas. En los hechos, la oposición controlaba el Congreso, los tribunales de justicia y la mayoría de los medios de comunicación.
Sin embargo, a pesar de estas restricciones democráticas, la revolución chilena de Allende parecía, en su primer año, haber hecho tantas transformaciones como Castro en 1959. Durante ese breve espacio de tiempo, había nacionalizado las «riquezas básicas» del país, las minas que proporcionaban las tres cuartas partes del valor de sus exportaciones, lo que Allende llamaba «el sueldo de Chile». Había nacionalizado casi la totalidad de los bancos privados, los tesoreros del pequeño número de «clanes» económicos que habían controlado la economía capitalista de la nación. Con la ayuda de una revolución pensada y puesta en práctica desde abajo por trabajadores, campesinos y pobladores, cuyas acciones directas habían hecho de la «toma» la firma de la revolución chilena, el «gobierno de los trabajadores» de Allende había tomado el control de las mayores empresas productoras y distribuidoras, y realizado la más rápida y extensa reforma agraria de la historia sin una revolución violenta. De hecho, se trató de una reforma agraria tan rápida que el premier Chou En-lai, experimentado revolucionario chino, le advirtió a Allende que estaba yendo demasiado rápido. Sin embargo, Nueva La Habana era solamente una de las cientos de comunidades de pobladores creadas por las «tomas» de terrenos suburbanos desocupados en una revolución autónoma promovida y ayudada por los partidos de la Unidad Popular, coalición de socialistas, comunistas y cristianos de izquierda, o por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Aún más, el Gobierno de la Unidad Popular era la punta de lanza para una mayor redistribución del ingreso nacional y agregó programas que significaban transferencia de recursos a los pobres e incrementos en los niveles de vida, desde los más altos índices de construcción de viviendas con fondos públicos de la historia y la duplicación de las consultas médicas por el sistema público de salud hasta garantizar pleno empleo para todos los trabajadores adultos y medio litro de leche para todos los niños chilenos. En 1972, Chile había llegado a ser una de las sociedades más igualitarias de la región.
Igualmente revolucionario era el empoderamiento popular que caracterizaba al Chile de Allende. Obreros y campesinos gestionaban sus fuentes de trabajo; pobladores dirigían los barrios en que vivían; los pueblos indígenas desafiaban décadas de opresión y trato discriminatorio. Cada vez más, la llamada desde abajo (y desde la izquierda) era a «crear poder popular», un poder que se veía más claramente en los cordones industriales y comandos comunales que unían a trabajadores, residentes y agricultores de un área geográfica en una organización territorial que trascendía las limitaciones de los sindicatos y llevaba a sus más visionarios seguidores a imaginarlos como «soviets» chilenos en embrión. Para mí fue claro que estaba siendo testigo de un proceso revolucionario único y decidí estudiarlo y ver en que terminaba.
Pero no era yo el único extranjero que había venido a Chile a observar este «proceso». Al contrario , la vía chilena de Allende alcanzó tal notoriedad e importancia que el país se llenó de observadores internacionales, especialmente europeos y latinoamericanos izquierdistas que esperaban seguir el ejemplo en sus lugares de origen. Particularmente notables eran los provenientes de las democracias de Europa occidental como Francia e Italia, donde el eurocomunismo, basado como en Chile en una alianza de socialistas y comunistas, estaba entonces en la agenda política. También había muchos latinoamericanos de países como Uruguay, cuyo Frente Amplio había sido constituido según el modelo de la Unidad Popular, y de países como Brasil y Bolivia, gobernados por regímenes militares, que esperaban emular un Chile que se les presentaba entonces como un sueño distante. Entre los latinoamericanos, muchos habían venido a Chile para ver la revolución y estudiar ciencias sociales marxistas, además de los numerosos ciudadanos que habían sido exiliados de su propio país. Entre los más prominentes, destacaba José Serra, cabeza del movimiento de los estudiantes brasileños cuando se produjo el golpe militar en 1964.
Página siguienteTamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «La Revolucion Chilena»
Mira libros similares a La Revolucion Chilena. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro La Revolucion Chilena y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.