Ayer 88/2012 (4) ISSN: 1134-2277
SUMARIO
DOSSIER
VIOLENCIAS DE ENTREGUERRAS:
MIRADAS COMPARADAS
Fernando del Rey, ed.
Presentación, Fernando del Rey......................................... 13-26
Democratización y violencia política en el mundo de entreguerras: una cuestión abierta, Manuel Álvarez Tardío . 27-49
El asalto de los cielos: una perspectiva comparada para la violencia anticlerical española de 1936, Julio de la Cueva Merino ............................................................... 51-74
Desorden y Estado fuerte en la Primera República portuguesa, Diego Palacios Cerezales ................................... 75-98
En defensa de la democracia: políticas de orden público en la España republicana, 19311936, Gerald Blaney....... 99-123
De puños y pistolas. Violencia falangista y violencias fascistas, José Antonio Parejo Fernández ............................ 125-145
ESTUDIOS
La ley de la costumbre. Arrendamientos rústicos y derechos de propiedad en la Huerta de Valencia (siglosxix yxx), Samuel Garrido ............................................................ 149-171
Traidores. Una aproximación al esquirolaje en la provincia de Barcelona, 19041914, Juan Cristóbal Marinello Bonnefoy ....................................................................... 173-194
El debate sobre el género en la Constitución de 1978: orígenes y consecuencias del nuevo consenso sobre la igualdad, Pamela Radcliff ..................................................... 195-225
Sumario ENSAYOS BIBLIOGRÁFICOS
El mundo del trabajo durante el franquismo . Algunos comentarios en relación con la historiografía, José Babiano ......................................................................... 229-243
HOY
El Diccionario Biográfico Español, el pasado y los historiadores, José Luis Ledesma ......................................... 247-265
DOSSIER
ViolenCias de entreguerras:
miradas ComParadas Ayer 88/2012 (4): 13-26 ISSN: 1134-2277
Presentación
Fernando del Rey
Universidad Complutense de Madrid
El peso de la violencia en la política
Fenómeno poliédrico como pocos, la violencia política ha respondido a lo largo del tiempo y del espacio a impulsos, motivaciones y rasgos muy variados. Por ello, no se puede reducir su interpretación a un único y monocorde modelo explicativo, aunque desde algunas disciplinas próximas a la Historia —que por lo demás ofrecen múltiples sugerencias— se apunte en esa dirección. Con independencia de que puedan detectarse ciertas regularidades en los dos últimos siglos al analizar los procesos políticos y sociales ligados a los hechos violentos, según los contextos cambiaron los actores implicados, como también los discursos justificadores y las mediaciones y causas que nutrieron aquéllos. Las consideraciones recogidas en las presentes páginas se refieren exclusivamente al periodo de entreguerras (1914-1945), que en un sentido lato podríamos ampliar un tanto hacia atrás y hacia delante en la medida en que nos preguntemos por las causas inmediatas y las derivaciones de las experiencias violentas reseñadas en ese periodo crucial de la historia del siglo xx 1.
1 Esa ampliación cronológica la propone cargado de razón Niall F erguson : La guerra del mundo. Los conflictos del siglo x x y el declive de occidente (1904-1953), Debate, Barcelona, 2007. La prolongación de la violencia más allá de 1945 también en Gabriel K olKo : El siglo de las guerras. Política, conflictos y sociedad desde 1914, Barcelona, Paidós, 2005; Giles M ac D onogh : Después del Reich. Crimen y castigo en
En un sentido más restrictivo, también en tiempos de paz la violencia política constituyó un factor brutal de regulación de la vida pública de Europa —como también de otros continentes— durante las dos décadas comprendidas entre el final de la Primera Guerra Mundial y el comienzo de la Segunda. La inclusión de ambas es lo que dio pie en su momento a la conceptualización de esos treinta años con la afortunada denominación de guerra civil europea, por más que la misma sea discutible al responder a una construcción a posteriori que no resulta válida para varios países del viejo continente2. En todo caso, por encima de los dos grandes hechos bélicos, esas décadas se vieron punteadas por numerosos conflictos e innumerables sucesos violentos, insurrecciones armadas, golpes de Estado, huelgas revolucionarias, atentados terroristas de diverso signo, pistolerismo de partido, procesos contrarrevolucionarios, asonadas militares, magnicidios... En la historia de la humanidad ha habido pocos periodos en los que la violencia se haya hecho tan presente en la vida de los ciudadanos ligada directamente a la acción política y la confrontación ideológica.
La hecatombe ocasionada por la Gran Guerra dejó una inmensa herencia, traducida de forma inmediata en un mínimo de diez millones de muertos en los frentes, así como millones de heridos y mutilados, viudas y huérfanos. Pero aquel choque bélico sin precedentes, amén de los incalculables traumas colectivos acarreados, también inauguró la era del genocidio moderno con las matanzas de cientos de miles de armenios en el Imperio otomano, o las sangrías aterradoras —genocidio de clase incluido— que produjo la guerra civil revolucionaria en la Rusia soviética entre 1918 y 1921 (sucesivas guerras civiles en realidad). Luego vinieron los millones de muertos provocados por la colectivización y las purgas llevadas a cabo por los bolcheviques en ese mismo país casi sin solución de continuidad entre 1934 y 1941, y los que generó el Holocausto nazi, que, amén de casi seis millones de judíos, se llevó por delante a otros cuantos millones más de víctimas integrados por otras categorías étnicas y políticas. Aunque repercutieron en toda Europa, el grueso de las matanzas enumeradas y sus víctimas se concentraron sobre todo en el territorio que Timothy Snyder ha patentado con el gráfico sobrenombre de Bloodlands, un espacio integrado por Polonia, los Países Bálticos, Bielorrusia y Ucrania. Todo esto por referirnos tan sólo a los procesos violentos más brutales y espectaculares, que también trajeron consigo, al hilo de la reordenación del mapa europeo después de los tratados de paz, el problema de los desplazados y refugiados originados por las políticas de limpieza aplicadas en algunos territorios (Unión Soviética, Turquía, Grecia...). Un guión que volvería a repetirse de forma mucho más intensa, generalizada y contundente después de 19453.