ADRIAN FRUTIGER (Unterseen, 24 de mayo de 1928, Suiza - Bremgarten bei Bern, 12 de septiembre de 2015 Suiza) fue un tipógrafo suizo. Fue uno de los más predominantes del siglo XX y continuó influenciando el desarrollo de la tipografía digital en el siglo XXI hasta su muerte. Es mejor conocido por la creación de las tipografías Univers y Frutiger.
En su juventud se sentía atraído por la escultura, pero fue desalentado por su padre y su escuela para que se dedicara a la imprenta. Sin embargo, su amor a la escultura lo expresó en los diseños de sus tipos. Entró a trabajar como aprendiz en la imprenta Otto Schaeffli al mismo tiempo que acudía a la Escuela de Artes y Oficios de Zúrich. En esta última se enfoca en el estudio y diseño de la caligrafía.
En 1951 realizó un estudio sobre la escritura occidental que mereció un premio del Ministerio del Interior. Su trabajo llegó a oídos de Charles Peignot, presidente de la fundición francesa Deberny & Peignot, quien sorprendido por su trabajo preciso y detallista ofreció a Frutiger un puesto en su empresa. Frutiger trabajó en esta fundición durante nueve años, siendo su primer trabajo el diseño del tipo President.
Durante los años 50 Frutiger supervisó la adaptación de muchos de los tipos clásicos de Deberny & Peignot (Garamond, Baskerville, Bodoni, etc.) para el sistema de fotocomposición Lumitype (conocido como “Photon” en Estados Unidos) y en el año 1955 diseñó el tipo Meridien para este sistema. Abandonó Deberny & Peignot en 1960 para abrir su propio estudio cerca de París (este estudio todavía existe y está ocupado por su socio Bruno Pfäffli).
El mayor logro de Frutiger en el campo del diseño tipográfico fue la creación del tipo Univers. Este tipo fue introducido en el año 1957 para fotocomposición y composición en metal. Frutiger anunció que este tipo se transformaría en el modelo para todas las siguientes creaciones de los tipos sin serifa. Luego en la década de los 70 se le pidió a Frutiger que diseñara las señalizaciones del Metro de París, para el cual idea una variante de la Univers especializada para utilizarse en blanco sobre fondos oscuros en condiciones de poca luz. Frutiger también diseñó un ingenioso sistema de numeración para poder diferenciar sus 21 pesos y anchuras de la Univers, lo que significó un hito para la denominación y catalogación de tipos. Luego este sistema se empleó para la Frutiger, Avenir, Helvetica Neue y otras más.
En 1976, Adrian Frutiger recibió un encargo para diseñar un sistema de señalización acorde con la arquitectura del nuevo aeropuerto Charles de Gaulle en las afueras del norte de París. Aunque todo el mundo pensaba que usaría su famosa letra Univers, Frutiger decidió crear un nuevo tipo sin serif, que cumpliera los requisitos de legibilidad de un aeropuerto, como su fácil y rápido reconocimiento a grandes distancias, tanto vista de frente como en ángulo. El resultado fue una tipografía simple, clara y robusta, que cumplía perfectamente su objetivo y que como nombre adquiere el mismo que el de su creador, Frutiger. Esta tipografía no es estrictamente geométrica ni humanista; sus formas están diseñadas para que cada carácter individual sea reconocido fácilmente. Aunque en un principio fuese pensada para su uso a gran escala en aeropuertos, su enorme calidad hizo que muchas marcas se apropiaran de ella y hoy en día es una de las tipografías preferidas en las agencias de publicidad y estudios de diseño. Su uso es casi universal, funcionando perfectamente tanto en titulares y carteles como en grandes bloques de texto.
Frutiger volvió a Suiza en 1994 y estableció su estudio en Bremgarten bei Bern (Berna), desde donde rediseñó la imagen corporativa del correo suizo (Swiss Post), así como otros trabajos para la compañía de gas francesa (Gaz de France) y de electricidad (Electricité de France), trabajos en los que se reveló como un gran creador de signos.
El 6 de mayo de 1997 y dentro del evento Typomedia 97, Adrian Frutiger presentó su nuevo diseño de la familia Linotype Univers con 59 pesos diferentes. Adrian Frutiger no sólo diseñó uno de los tipos más famosos de todos los tiempos, Univers, sino que creó un estándar y un nivel de excelencia en el diseño de tipos que quedará para generaciones posteriores.
Título original: Adrian Frutigers Buch der Schriften
Adrian Frutiger, 2005
Traducción: Joaquín Chamorro Mielke
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Introducción
| Estudios |
En busca de una profesión
Forma y espacio
En mi adolescencia, sentí la necesidad de aprender un oficio que me permitiera definir formas precisas en el espacio, una suerte de hibridación entre el de arquitecto y el de escultor. Pero ¿no era excesivo unir ambas profesiones?
Cuando por fin decidí elegir una profesión, fueron muchos los acontecimientos que influyeron en mi elección. Decidí aprender en la imprenta de mi pueblo natal el oficio de tipógrafo. Los primeros días junto a las cajas de imprenta fueron difíciles, pero alegres. Sin embargo, pronto me di cuenta, con gran asombro, de la maravilla que fue la invención de la imprenta: con dos series de 26 caracteres es posible conservar, leer y transmitir a todos los hombres todo saber, todo pensamiento y todo lo que se puede decir en cualquier idioma.
Poco a poco me invadió un sentimiento de felicidad: cada letra estaba con su forma particular en el espacio adecuado. Mi necesidad y mi deseo juvenil habían sido satisfechos. La “arquitectura” y la “escultura” parecían unirse a pequeña escala formando un todo. Desde entonces supe cuál iba a ser mi futura meta profesional: quería ser diseñador de tipos y dibujante.
Estudios | |
El camino de Zúrich
Madre e hijo, cincelada sobre canto de lecho del río Sihl.
Me había propuesto como meta profesional el diseño de tipos, y mi propósito seguía en pie. Buscando el mejor camino hacia aquella meta pensé que si me formaba como diseñador gráfico la tendría mucho más cerca. Me informé en la Escuela de Artes y Oficios de Zürich sobre el plan de estudios, que consistían en un año de preparación y tres de estudio de la materia elegida. Cuando me matriculé, no podía imaginar lo cerca que estaba de mi meta. En la clase de caligrafía encontré un profesor genial: Alfred Willimann. Después de la primera clase matinal estaba tan maravillado que decidí llamar a la puerta del despacho del director. El director, Johannes Iten, me recibió amablemente. Le comuniqué mi deseo de hacerme diseñador tipográfico. A