Ana Romero recupera el testimonio de Carmen Díez de Rivera sobre un tiempo extraordinario en el que España comenzó a recuperar sus libertades.
Carmen Díez de Rivera fue directora de Gabinete de Adolfo Suárez del 13 de julio de 1976 al 13 de mayo de 1977, en el segundo Gobierno de la monarquía tras la muerte de Franco y cuando todavía no se habían celebrado unas elecciones democráticas. Es ésta la única vez en la historia de nuestro país en los que una mujer ha ocupado ese puesto. En esos momentos cuando Carmen era conocida como la musa de la transición, estuvo cerca de dos hombres jóvenes, provenientes ambos del régimen franquista, que estaban dispuestos, sin saber muy bien cómo, a cambiar el sistema: el rey Juan Carlos y Adolfo Suárez. Ella actuó de revulsivo, de bisagra o de «hada benéfica», según Fernando Álvarez de Miranda. Su espíritu independiente y su profundo compromiso con la lucha por la democracia hicieron que finalmente se ganara la inquina de los franquistas y la hartura de los que en un momento dado la necesitaron.
Estas páginas recogen su deseo de hablar antes de morir. En ellas, la periodista Ana Romero transmite no sólo los recuerdos políticos de Carmen, sino que reconstruye su desgarradora historia personal para trazar un conmovedor y lúcido perfil de una mujer fuera de lo común.
Ana Romero
Historia de Carmen
Memorias de Carmen Díez de Rivera
Título original: Historia de Carmen
Ana Romero, 2002
Revisión: 1.0
24/05/2019
Para Edward
Autor
ANA ROMERO GALÁN (Cádiz, 1966). Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid (1989) y Master en Periodismo por la Universidad de Columbia en Nueva York (1991).
Empezó su carrera profesional en el Diario de Cádiz y en la agencia EFE. Cofundadora del Diario el Mundo siendo corresponsal en Estados Unidos con base en Nueva York, corresponsal diplomática con base en Madrid y redactora jefe de Sociedad. Ha colaborado como comentarista política para la British Broadcasting Corporation (BBC) y para Radio Francia Internacional. También ha escrito para el Washington Quarterly.
Ha publicado trabajos periodísticos sobre la transición a la democracia y sobre la Casa Real española. Actualmente es adjunta a la dirección de El Español.
En cuántas ocasiones te habrá venido a la memoria
una tarde de tu infancia. Una tarde que ha marcado
el resto de tu existencia.
PAUL BOWLES
Quien controla el presente controla el pasado.
Quien controla el pasado controla el futuro.
GEORGE ORWELL
Notas
[1] El eurodiputado del Partido Popular Iñigo Méndez de Vigo y Montojo, nieto de Carmen de Icaza, tía materna de Carmen.
[2] Aquí Carmen quería referirse a Juan Ramón Jiménez.
[3] En vez de marfileña, quiere decir Costa de Marfil. Yo he decidido respetarle la grafía y la literalidad de las citas.
[4] Teresa de Hoyos y Martínez de Irujo, nacida tres meses después que Carmen, el 15 de noviembre de 1942. Su hermana Genoveva se casó con Ramón Serrano-Suñer Polo y tienen una hija, Genoveva, muy parecida físicamente a Carmen.
[5] Preston menciona asimismo cuatro obras en las que se alude a las relaciones entre Serrano Suñer y la marquesa de Llanzol: Thomas J. Hamilton, Appeasement’s Child: The Franco Regime in Spain, Londres, 1943, p. 97; David Wingeate Pike, Stigma, pp. 384-402; Herbert Feis, The Spanish Story: Franco and the Nations at War (2.a ed.), Nueva York, 1966, p. 181; y Carlos Fernández Santander, Tensiones militares durante el franquismo, Barcelona, 1985, pp. 41-43.
[6] Victoria Prego, Presidentes. Veinticinco años de historia narrada por los cuatro jefes de Gobierno de la democracia, p. 24: «Yo estaba solo en casa y cuando oigo por televisión […] Poco después me llama Su Majestad por teléfono, me dice que qué estoy haciendo y le digo pues que estoy mirando papeles y ordenando el despacho de casa, y le digo que si quiere algo de mí. […]»
Victoria Prego, Así se hizo la transición, p. 489. «En la calle de San Martín de Porres, en Puerta de Hierro, el ministro del Movimiento está completamente solo. Su familia se ha ido de vacaciones a Ibiza. No hay nadie en la casa más que él. Y al otro lado de la tapia del jardín, los árboles de la calle. Ni un periodista. La casa de Suárez está desierta».
[7] Secretaria personal de Harold Wilson.
[8] Hans Matthöfer, dirigente del SPD, partido de los socialdemócratas alemanes. Un directivo del consorcio Flick acusó al SPD de haber apoyado económicamente al PSOE con dinero del citado consorcio, a través de la Fundación Friedrich Ebert.
[9] Informe Hautala. Lleva el nombre de su autora, Heidi Hautala, líder del Grupo Parlamentario Verde. Europarlamentaria desde 1995, consiguió sacar adelante la polémica ley sobre la calidad de la gasolina después de llevar a los Gobiernos ante los tribunales por «secretismo obsesivo». Ganó el pleito, y en las últimas elecciones (junio de 1999), su partido pasó de 27 a 38 escaños en el Parlamento Europeo.
Agradecimientos
Quiero expresar mi gratitud por sus aportaciones a Ricardo Artola, Dominique de Beaucorps, Santiago Carrillo, Rosa Conde, Dionisio Fernández, Rafael Fraguas, Catali Garrigues, Laura González, Máximo Gutiérrez, Walter Haubrich, Soledad Izaguirre Díez de Rivera, Agustín Jiménez, Fernando Mas, Emmanuel Matz, Ignacio Merino, Rosa Montero, Fernando Morán, Cristina J. Pérez, Rafael Plañid, Francisca Sauquillo, José Luis de la Serna y Francisco Umbral.
Gracias de corazón a Ymelda Navajo, sin cuya decisiva intervención este libro hubiera tardado mucho más tiempo en aparecer. Y a Belén López Celada por su último y definitivo empujón.
Nota de la autora
En la historia de nuestro país, una sola vez ha ocupado una mujer el puesto de jefa de Gabinete de un presidente del Gobierno. Carmen Díez de Rivera lo hizo, y sin embargo yo no supe quién era hasta que le hice una entrevista para El Mundo cuando abandonó el Parlamento Europeo, enferma de cáncer.
Carmen trabajó en Presidencia durante diez meses. Era una época en la que en un mes ocurría tanto como ahora en un año. Carmen fue jefa de gabinete de Adolfo Suárez entre el 13 de julio de 1976 y el 13 de mayo de 1977. Tenía treinta y tres años, y el presidente, cuarenta y tres. El segundo Gobierno de la monarquía tras la muerte de Francisco Franco fue nombrado por el rey Juan Carlos, de treinta y siete años, y que entonces tenía un poder absoluto.
Esos tres jóvenes estaban dispuestos a cambiar el sistema, aunque no sabían exactamente cómo lo iban a hacer. Los tres provenían del régimen franquista: al Rey lo había educado Francisco Franco, y estaba ahí gracias al dictador; Suárez era el ministro encargado del partido único, el Movimiento, y Carmen pertenecía por familia al viejo régimen.
En ese tiempo, el Rey mandó, Suárez firmó los decretos y ella influyó en los dos, aunque, casi siempre, detrás de la escena. Actuó de revulsivo, de bisagra o de «hada benéfica», como me dijo Fernando Álvarez de Miranda, presidente de las Cortes Constituyentes. Fuera lo que fuera, se ganó la inquina de los franquistas y la hartura de los que en un momento dado la necesitaron. Luego vino el silencio.