José G. Molina
Los autores
Tomás Fernández García (coordinador). Profesor titular de EU Trabajo Social y Servicios Sociales, Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
José G. Molina (coordinador). Profesor en la Diplomatura de Educación Social, Universidad de Castilla-La Mancha.
José Eugenio Abajo Alcalde. Orientador escolar del EOEP de Aranda de Duero (Burgos). Presidente de la Asociación Amal-Amalí de Enseñantes con Gitanos de Castilla y León.
Matías Bedmar Moreno. Profesor titular del Departamento de Pedagogía, Ciencias de la Educación, Universidad de Granada.
Margarita Campillo Díaz. Profesora de la Facultad de Pedagogía y la EU Educación Social, Universidad de Murcia.
Silvia Carrasco Pons. Profesora titular de Antropología Social, Universidad Autónoma de Barcelona.
Manuel Delgado Ruiz. Profesor titular de Antropología Social, Universidad de Barcelona.
Núria Empez i Vidal. Antropóloga y educadora social, Barcelona.
Antonio López Peláez. Profesor titular de Sociología, Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Xavier Lluch Balaguer. Profesor de Lenguas en la ESO, Valencia.
Rosa Marí Ytarte. Profesora titular de EU Educación Social, Universidad de Castilla-La Mancha.
Laura Mijares Molina. Profesora del Área de Estudios Árabes e Islámicos, Universidad de Alicante.
Rolando Poblete Melis. Profesor en la Universidad Arcis, de Santiago de Chile.
Rafael Pulido Moyano. Profesor titular del departamento de Organización y Didáctica Escolar, Universidad de Almería.
Juan Sáez Carreras. Catedrático de Pedagogía Social, Universidad de Murcia.
Vicente Manuel Zapata Hernández. Profesor titular de Geografía Humana, Universidad de La Laguna.
Presentación
Presentar una obra colectiva no es una tarea que pueda ser tomada como un mero pretexto formal o introductorio. No es tampoco una tarea fácil porque tanto lo delicado y relevante de la temática abordada como la dedicación profesional e intelectual de las personas que escriben en este libro merecen algo más que una presentación al uso.
Por eso nos resistimos a la típica tarea de presentar a cada uno de los participantes tanto como a la de proponer una recopilación de las ideas que el lector va a encontrar a lo largo de los capítulos que componen el todo de la obra. Lo primero sería temerario, tanto por el elevado número de los que escriben como por lo poco que se podría aportar a lo que ellos mismos han expuesto sobre su pensamiento y su tarea.
La ocasión no nos invita, entonces, a forzar las excelencias de los autores aquí convocados a la reflexión y a la toma de posición. Después de haber leído atentamente el texto se hacen, a nuestro juicio, demasiado evidentes. La trayectoria académica y profesional de cada uno de ellos les hace las personas adecuadas para formar parte de esta aventura intelectual que, a partir de este mismo instante, ofrecemos a la lectura para ser compartida, debatida y juzgada. La palabra respecto a su idoneidad o sus carencias queda pues en las manos del propio lector.
Lo dicho no es óbice para que creamos necesario resaltar algunas cuestiones acerca de las particularidades de la temática abordada. Ellas mismas han sido condicionantes a la hora de pensar el proceso de construcción del texto. Su estructura, como sus contenidos, se adentran en lo novedoso y complejo de las sociedades multiculturales con la firme intención de pensar nuestros referentes teóricos y actualizarlos acorde a las nuevas prácticas educativas de los tiempos que vivimos.
Esta obra no es más que un comienzo; un ensayo en un doble sentido: ensayo del pensar-escribir y ensayo como intento, como prueba. El intento aspira a sentar ciertas bases comunes desde las que aportar elementos de clarificación teórica y orientaciones prácticas para la consolidación y desarrollo de la educación intercultural, ya sea en el ámbito escolar o en el de la educación social. Considerábamos imprescindible plasmar y articular el pensamiento y la toma de posición de investigadores, profesores universitarios y educadores con el fin de enriquecer las reflexiones, los matices y las prácticas. Todo esto nos ha permitido, al menos así lo creemos, buscar las conexiones de los discursos y las prácticas, desde las concepciones políticas, sociales y culturales hasta la urgencia de una pedagogía, una didáctica y unas metodologías educativas necesariamente diferenciadas, pero no diferenciales.
La complejidad de nuestras sociedades globales sobrepasa, con mucho, cualquier intento de totalización discursiva. Sus realidades múltiples e inconstantes juegan a esconderse y desaparecer tras los velos que nuestras redes paradigmáticas, teóricas y metodológicas se afanan en descorrer sin llegar nunca a atraparlas en su totalidad. No obstante, el lector encontrará un recorrido sistemático por temas centrales para el conocimiento y la comprensión de la multiculturalidad como fenómeno social y de la interculturalidad como filosofía educativa. A lo largo de los catorce capítulos que componen el libro intentamos:
• Enmarcar los elementos conceptuales y explicar las características propias de las sociedades multiculturales.
• Adentrarnos en el pensamiento de los discursos de la diversidad y la diferencia, del racismo, la ética democrática, la exclusión y la marginación social.
• Analizar y explicar la política que se está aplicando en algunos temas de inmigración.
• Dar a conocer los fundamentos teóricos de la educación intercultural.
• Presentar la inevitable dialéctica entre lo universal y lo particular, entre lo global y lo local.
• Comprender el papel y las funciones que desempeñan, tanto en el orden de la investigación como en los de la formación profesional y práctica, las distintas disciplinas académicas.
• Proponer un recorrido por los nuevos ámbitos educativos ligados a las prácticas de la educación intercultural, sus retos y sus posibilidades de trabajo.
• En último lugar, nos adentramos en algunas experiencias relativas a programas educativos en el área de la educación intercultural. El repaso de sus principios teóricos y sus metodologías de acción nos permite hacernos una idea más clara de aquello que se está haciendo en este campo. Las propuestas aspiran también a servir de orientación a los que se dedican profesionalmente a la educación, cualquiera que sea su dominio.
Estos objetivos nos remiten a las encrucijadas que el convulso presente histórico lanza al centro del pensamiento social y pedagógico. Asumirlos significa adentrarse en una red de retos y responsabilidades que espera a quien quiera hacerse cargo de ellos, a quien se encuentre con fuerzas y ánimos de seguir resistiéndose a la disolución de todo lo que es sólido (que hace tiempo anunciaran Marx y Engels) y a quien persista en creer en el potencial utópico que debería sostener toda práctica educativa. Potencial utópico que no significa caer en la ilusión de unos maestros y educadores sociales que tienen en sus manos el poder de transformar el mundo a la imagen y semejanza de cualquier ideal.
La educación abre vías a la trasformación y al cambio social, tan anhelado como necesario, pero a la vez debe hacerse consciente de sus posibilidades y límites. Hoy en día, en plena expansión de las competencias y responsabilidades asignadas a los profesionales de la educación (sean maestros, profesores o educadores sociales), cabe seguir cuestionándose hasta dónde podemos forzar las excelencias de lo educativo exigiéndoles soluciones a los problemas del mundo.