Aleloro - Campo De Batalla La Tierra

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Varias naves alienígenas avanzaron raudas por el Sistema Solar. Las enormes diez embarcaciones estelares kurull, que oscilaba su tamaño entre medio y dos kilómetros de largo, tomaban distintas formas geométricas: piramidales, prismáticas, aovadas, curvilíneas y con aristas. Todas ellas estaban rodeadas de pinchos y algunas deformidades no regulares, algunas incluso con partes de materia orgánica, cómo gigantescos tentáculos o pinzas.

También poseían un fuerte armamento. Bastantes cañones cubrían su exterior, siendo armas basadas en varios componentes, entre ellos; la energía eléctrica, el plasma, el sonido, el fuego, la tierra, elementos líquidos o el aire, dependiendo de la nave, poseía un armamento basado en uno o varios de estos elementos.

Sus escáneres habían detectado un plantea con un 90% de posibilidades de albergar vida, y poseía condiciones favorables de climatología y estabilidad tectónica para poder crear una colonia en él.

El general Krog que dirigía la flota en la sala de mando de una gran nave con forma de huevo, mandó activar la velocidad súper–lumínica de la flota una vez atravesaron la orbita de Marte y se dirigían a La Tierra.

El líder de la escuadra poseía un cuerpo antropomórfico de dos metros de altura y muy fornido. Pinchos óseos de color negro conformaban su exoesqueleto, y le conferían un aspecto temible, a parte de ser una mortífera defensa en el combate cuerpo a cuerpo. Tenía un tono de piel gris oscuro, con reflejos rojizos. Portaba un arma de mano, una espada de energía de carbono, y una pistola de energía abrasiva. Sus compañeros de viaje de su nave poseían fisionomías parecidas, aunque pocos compartían su poderosa musculatura. Los pinchos salían de sus cuerpos si bien eran un buen modo defensivo a veces eran poco prácticos y tenían que tener cuidado al apoyarse, para no dañar a otras personas, objetos o a sí mismos.

Los viajeros intergalácticos poseían grandes aparatos de visualización, con los que podían estudiar objetos a grandes distancias. Eran capaces de barrer la superficie del planeta, que en esos momentos estaba situada de cara parte de Europa, Asia y África. Exploraron la superficie terrestre y líquida y detectaron una especie bípeda, que parecía poseer un mayor desarrollo tecnológico que las demás, aunque algo primitivo para los avances que conocía la civilización extraterrestre.

Krog en su idioma el Arkogante, dijo:

–Quiero un reporte de cualquier cosa que consideréis relevante, quizás no sean criaturas indefensas, ya encontramos mucha resistencia en otros lugares que parecían indefensos en primera instancia.

–General, aquí hay algo que podría ser importante –dijo el oficial de rango 5 Arkrub, sólo un rango por debajo de Krog, que en caso de fallecimiento del líder sería candidato a ocupar su puesto–. Vemos que tienen algo que podrían ser estaciones de comunicación, orbitando alrededor del planeta. No parece que tengan protección, son bastante ilusos.

–Quizás no tuvieron contacto con seres del exterior del planeta, y no saben la importancia de proteger sus comunicaciones contra agentes externos –concluyó el general–, será lo primero que destruiremos, así no podrán coordinarse, ni usar su armamento con tanta fiabilidad.

–Vemos que hay núcleos de población muy densos y otros lugares muy pobremente poblados general –dijo Kogeila oficial de rango 3, mientras comprobaba su pantalla de datos– podríamos establecer nuestros centros operativos en las ubicaciones con menor densidad de población que sean eficaces a la hora de cubrir todo el territorio posible, y luego elegir nuestros objetivos desde allí.

–Buena idea –contestó Krog dirigiéndose a ella– te dejo al cargo de la elección de los emplazamientos. Tenemos algunas horas antes de aterrizar en los puntos que consideres más estratégicos. Toma un grupo de trabajo, que te ayuden las naves, Exterminador 6 y 7 con tu trabajo. Son los expertos en exploración y el protocolo de invasión les designa a ellos el tomar la decisión del lugar de nuestros emplazamientos.

–Están preparados los pilotos de los Cazadores Oscuros, para destruir los centros de comunicación orbital del planeta –informó Gorkuto, el especialista en estrategia de rango 4, mientras comía un puñado de gusanos de un gran bote y giraba su grasiento torso hacia el general para hablar–. Cuando quiera damos la orden de ataque, General, hay unos 25.000 objetos orbitando alrededor del planeta, de los cuáles parece que sirven unos 5.000 para tareas de comunicación. El resto parecen residuos espaciales, si quiere destruimos todo para evitar equivocaciones.

–Que salgan todos los cazadores disponibles y que pulvericen todo alrededor del planeta –ordenó Krog–, limpiad todo bien, no quiero nada más grande que una mota de polvo delante de nosotros.

Sus subordinados dieron las órdenes pertinentes al resto de los navíos espaciales, auténticas bases móviles que engullían la distancia que les separaba del globo terráqueo, y en menos de un minuto. Miles de naves biplaza abandonaron por decenas de escotillas la decena de asentamientos espaciales móviles en cientos de direcciones, disparando sus cañones láser, pulverizando eficazmente la basura espacial, satélites de comunicaciones y otros objetos de espionaje o estudio.

En cuestión de una hora, todas las comunicaciones por satélite cayeron. Canales de televisión, de comunicación, etcétera dejaron de funcionar por completo. Los científicos y gobiernos de varios lugares del mundo pudieron analizar imágenes del acercamiento alienígena, y el miedo tras el asombro inicial, se apoderó de sus acciones.

En casi todos los países se dieron mensajes de alerta, de permanecer en las casas. En tiempo récord se recuperó el sistema de comunicación analógico. Si se trataba de un ataque tenían que actuar contra reloj.

Los mensajes de jefes de estado y de gobierno avisando de un posible ataque extra–terrestre no tardaron en sucederse ante la perplejidad del planeta. Las redes sociales ardían con las noticias de invasores provenientes del exterior, y el caos se insertó en la información, sin poder descifrar muy bien la información verídica de la especulación o directamente, la mentira.

Ejércitos se movilizaron por tierra, mar y aire, defendiendo posiciones estratégicas mientras los observadores astrológicos y los radares que no tenían dependencia satelital seguían el acercamiento de los Kurull.

Los primeros en atravesar la atmósfera fueron los Cazadores Oscuros. Diez mil naves ultra rápidas entraron invadiendo a la vez los cinco continentes a la orden de Krog:

–Destruid toda oposición militar, si se resisten les castigaremos con más fuerza hasta quedar bajo nuestro control. Primero les golpearemos y luego hablaremos, para que se rindan sin oponer batalla. Que nos teman desde el principio, haced que tiemblen de miedo – finalizó con sed de sangre y sabedor que así luego serían más dóciles para servirle.

Las defensas antiaéreas fueron casi inútiles contra las velocísimas máquinas invasoras, que con sus láser fueron destruyendo edificios que parecían importantes, o albergaban gran cantidad de personas, así como medios de transporte, sobre todo de transporte en masa, como barcos, trenes o aviones. El golpe fue mayor en las principales ciudades, dónde era más sencillo hacer la mayor cantidad de daño en el menor tiempo. Los aviones de combate y la infantería militar trataron de combatir contra una tecnología superior, y pocos enemigos fueron derribados, aunque cada invasor neutralizado suponía algo de esperanza en el combate.

El mundo entró en un colapso y en pánico. Nadie sabía por qué recibían el ataque, ni cuánto duraría ni que significaba. Pronto se extendieron los robos y el pillaje y el caos reinó en todo el mundo, dejando a relucir el egoísmo por la supervivencia individual, viendo que los medios para combatir a los extraterrestres eran insuficientes, ya no sentían que debieran obedecer a unos gobiernos tan débiles que no pudieran proteger a los ciudadanos, y la ley pasó a ser la del más fuerte.