Bajo el nombre Comentario, estas páginas dan inicio a una fascinante trilogía en que los filósofos Jorge Eduardo Rivera y María Teresa Stuven abordan el desafío de analizar y comentar Ser y tiempo (Sein und Zeit), la célebre obra de Martin Heidegger. Esta primera entrega comprende el texto de la Introducción y en ella queda de manifiesto por qué Martin Heidegger es considerado uno de los filósofos más notables del siglo XX. Ambos autores cristalizan en esta obra más de una década de diálogo y estudio conjunto y aspiran con ella a incentivar el trabajo personal de los lectores en la obra de Heidegger.
Jorge Eduardo Rivera & María Teresa Stuven
Comentario a Ser y tiempo. Vol. 1: Introducción
Comentario a Ser y tiempo de Martin Heidegger - 01
ePub r1.0
Titivillus 09.09.15
Título original: Comentario a Ser y tiempo de Martin Heidegger (Vol. 1: Introducción)
Jorge Eduardo Rivera & María Teresa Stuven, 2008
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
JORGE EDUARDO RIVERA (Chile, 1927) estudió filosofía clásica en el Escolasticado de los Sagrados Corazones en Chile y se doctoró en filosofía en la Universidad de Heidelberg, Alemania, con el profesor Hans-Georg Gadamer. Su traducción de Ser y tiempo es reconocida en el mundo de habla hispana por su excelencia y fue alentada en su ejecución por el propio Heidegger, a quien conoció personalmente. Rivera fue también discípulo del filósofo español Xavier Zubiri, y entre sus obras más importantes se cuentan Asombros y Nostalgias, Itinerarium Cordis, Heráclito el Splendente, En torno al ser, Heidegger y Zubiri e Historia de la filosofía griega. Actualmente es profesor del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Martin Heidegger
Profesor Emérito de Filosofía
de la Universidad de Freiburg i Brsg.
12 de sept. de 1963
RECOMENDACIÓN
He examinado el esbozo del señor Jorge Rivera C. sobre «El conocimiento del ser». El texto puede ser considerado como un fundamento rico en perspectivas para la disertación programada. Por otra parte, conversaciones personales con el Sr. Rivera me han convencido de que él dispone de profundos conocimientos y que sabe desarrollar sus preguntas en forma clara. Por consiguiente, quisiera apoyar en la forma más ardiente el otorgamiento de una beca de la Fundación Humboldt.
Prólogo
Con la publicación de este Comentario a la Introducción de Ser y tiempo se inicia una obra que proyecta abarcar la totalidad de ese libro fundamental del pensar heideggeriano. Este primer tomo se refiere tan sólo a la Introducción. Un segundo tomo abarcará la Primera Sección y el tercer tomo, la Segunda Sección. El trabajo que ahora iniciamos complementa y enriquece la traducción de Sein und Zeit, hecha por Jorge Eduardo Rivera, publicada en primera edición en 1997 por la Editorial Universitaria de Santiago de Chile y luego retomada por la Editorial Trotta de Madrid en reiteradas ediciones.
El lector se preguntará: ¿para qué un comentario? Todas las obras filosóficas importantes invitan a hacerlo, porque en ellas hay muchas más cosas que las que se muestran en una primera instancia. Además, en esas obras se dan generalmente problemas de comprensión que hacen ardua su lectura. Para muchos lectores Ser y tiempo es una obra difícil de leer, no sólo por su estilo, propio de la mentalidad de otra época, sino también por la complejidad del pensamiento que en ella se desarrolla.
Pero este comentario no pretende tan sólo aclarar las dificultades de su lectura, sino también desarrollar ciertas ideas que se hallan germinalmente presentes en la obra. Todos los grandes autores han tenido quien los estudie e interprete. El caso quizás más eminente es el de Santo Tomás de Aquino, cuyos comentaristas se mueven en las más elevadas alturas del pensar.
El trabajo en torno a una obra filosófica consiste en aclarar las dificultades que en ella encontramos y en mostrar la estructura que la sostiene y la articula. Además, se pretende hacer ver esa estructura explicitándola y exhibiendo de esta manera el tema y la razón de ser de la obra.
Todo lector se experimenta a sí mismo —adviértalo o no— como un comentarista de la obra que lee. Ningún comentario puede pretender ser exhaustivo y completo. Siempre es posible recomenzar y encontrar cosas que en una primera lectura quedaban en la sombra. Este estudio pretende ser una invitación al lector para que él continúe meditando sobre la obra.
Ser y tiempo es un libro clásico, tal como lo fueron los grandes diálogos de Platón o la Metafísica y la Ética de Aristóteles. Lo que caracteriza a una obra clásica es el hecho de que en torno a ella giran otras obras filosóficas de menor envergadura. Las obras clásicas son algo así como los puntos cardinales del pensar filosófico. Ellas ordenan toda la historia de la filosofía y provocan sus vaivenes, sus bruscos cambios y sus momentos de plenitud, de vida y de luz.
El comentario que aquí emprendemos es el resultado de un gran y sostenido esfuerzo por aprehender en la forma más completa posible esta obra tremenda de Martin Heidegger. Leyéndola, uno se pregunta de dónde le venía a Heidegger un escrito tan perfecto como es Ser y tiempo. Los autores de este libro deben confesar que muchas veces a lo largo de sus investigaciones quedaron embelesados por la finura, la belleza y la potencia del pensar que aquí se despliega. Ese mismo entusiasmo es la causa de lo que ahora se emprende: quisiéramos poner en palabras, innumerables momentos de admiración y de asombro, despertados por esta genial obra de Heidegger.
Semana a semana nos hemos reunido para trabajar juntos y recibir las ideas uno del otro. La elaboración de este texto que ahora empieza a aparecer ha sido una obra en común de enorme importancia para nosotros mismos. A lo largo de este trabajo hemos podido descubrir la especial riqueza filosófica que hay en el diálogo en torno a una gran obra. Una cosa es lo que hace el maestro con sus discípulos y otra, el intercambio de ideas de dos filósofos en torno a una obra tan importante como Ser y tiempo.
Habitualmente los libros son escritos desde la soledad del pensar individual. El libro, en cambio, que se inicia con este prólogo, ha sido una obra hecha en constante y permanente diálogo. Sin ese diálogo muchas de las ideas que aquí aparecen no habrían sido formuladas.
Sucede con las obras realizadas en común exactamente lo mismo que sucede con el encuentro de dos seres humanos: lo que era incompleto, inacabado, mero trozo de algo invisible pero siempre presentido, se torna realidad plena por medio del intercambio de ideas con los demás. A estas alturas de la vida hemos podido aprender por medio de la experiencia lo que antes quizás sólo teóricamente comprendíamos: que la verdad efectivamente se revela en el encuentro con otro. Esta comprobación vital nos confirma, a la vez, el hecho de que nuestra existencia es un proceso de aprendizaje constante a través de las innumerables experiencias que en ella realizamos.