Título original: Los árabes invaden España
AA. VV., 1985
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
Los problemas relacionados con la invasión y la conquista de la Península Ibérica por los musulmanes han sido objeto de numerosas controversias entre los historiadores, que se han interrogado sobre sus causas y su significado para la historia de España. Basándose en fuentes árabes, en este Cuaderno, Joaquín Vallvé ofrece una nueva interpretación de la ruta de los invasores, Manuel Grau Montserrat analiza los conflictos suscitados entre los distintos grupos ocupantes en tiempos del emirato dependiente, Juan Vernet estudia las características del proceso de islamización de los pueblos hispánicos, Manuela Marín comenta las más recientes teorías sobre el conjunto de ese proceso histórico, y María Jesús Viguera considera el establecimiento del dominio islámico en las nuevas tierras conquistadas.
AA. VV.
Los árabes invaden España
Cuadernos Historia 16 - 249
ePub r1.0
Titivillus 12.01.2022
La conquista y sus itinerarios
Joaquín Vallvé
Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid
L A conquista árabe a los de investigadores la Península Ibérica por los sigue múltiples problemas que plantea el análisis de las fuentes árabes de la Edad Media. Esos problemas son de índole cronológica, topográfica y onomástica y el primero de ellos es averiguar porqué los árabes dieron el nombre de al-Andalus a la España musulmana, nombre que se perpetuó en el actual de Andalucía tras la prolongada resistencia de los reyes musulmanes de Granada.
El nombre de al-Andalus aparece ya en tradiciones atribuidas a Mahoma, en poesía árabe preislámica o de la primera época del Islam o en relación con los primeros califas que sucedieron al Profeta. Todas estas fuentes son anteriores al año 711 y, por tanto, apuntan a un origen oriental que no tiene nada que ver con la teoría que sostiene que el nombre de al-Andalus derivaría de los vándalos, porque estos bárbaros atravesaron las tierras del sur de la Península camino de África hacia el año 429.
El nombre de al-Andalus aparece en estas fuentes orientales y en las primeras que narran la con-quista de Hispania como el nombre de una isla, Chazirat al-Andalus, o de un mar, Bahr al-Andalus. Tras un análisis de diversas fuentes, grecolatinas, árabes y romances, yo creo que la denominación de Chazirat al-Andalus (isla de al-Andalus) es una traducción pura y simple de Isla del Atlántico o Atlántida, resultado de una transmisión literaria del mito de Platón que se puede rastrear ininterrumpidamente en muchos autores clásicos, tanto griegos como latinos.
Junto a esta transmisión del mito de la Atlántida debió existir en los pueblos marineros del Mediterráneo oriental la creencia muy extendida de una isla o restos de ella más allá de las Columnas de Hércules o del Estrecho de Gibraltar, aparte de la traducción al copto, siriaco y árabe de esas mismas noticias. Las fuentes árabes del norte de África y muchas hispanoárabes identifican claramente el Barh al-Andalus o Mar de al-Andalus con el océano Atlántico. Me falta el eslabón que pueda explicar el paso de Atlántida o una voz equivalente a al-Andalus. Ese eslabón podría encontrarse en los textos siriacos o coptos.
Después de la definitiva conquista árabe de Alejandría hacia el año 646, los musulmanes inician decididamente la expansión por el norte de África Veinte años más tarde Uqba ben Nafi, tras recorrer el África Negra, llegó a Túnez, donde fundó la ciudad de Qayrawan y la primera mezquita del Occidente musulmán. En este relato encontramos el eco de una tradición cristiana sobre San Cipriano, obispo de Cartago y que murió mártir en el año 258 Uqba llegó hasta las costas del Atlántico, donde conoció al famoso conde don Julián sin dejar de combatir a los bereberes, pero a su regreso fue perseguido y muerto en Tahuda, un lugar de Argelia donde, curiosamente, se ha encontrado una inscripción fechada en el 359, que hace mención a las reliquias de San Cipriano.
El hecho histórico indiscutible es la conquista definitiva de Cartago por Musa ben Nusayr hacia el año 698. Desde Cartago la flota musulmana recorre el Mediterráneo occidental, pues las fuentes árabes citan incursiones marítimas a Sicilia, Cerdeña, Baleares y, por supuesto, al-Andalus. Mientras tanto, la decadente monarquía visigoda de Toledo se debate en la anarquía tras la muerte de Witiza (710) y la usurpación de la corona por el rey Rodrigo.
La versión tradicional
La cronología de la conquista árabe de Hispania es muy contradictoria y confusa. Por el lado musulmán hay cuatro protagonistas según relatos de discutible autenticidad: Musa ben Nusayr, emir de África del norte nombrado por el califa de Damasco: Tarif: Táriq, gobernador de Mauritania, y Mugit al-Rumi. Por el lado cristiano hay otros cuatro protagonistas: Rodrigo, el rey: Julián, gobernador de la zona del Estrecho: Teodomiro, gobernador de la Cartaginense, y los hijos de Witiza.
Según las fuentes árabes, el conde don Julián entabló negociaciones con Musa para demostrar la debilidad de la monarquía visigoda e invitarle a desembarcar en la Península. De paso vengaría su honor manchado por la violación de su hija por el rey. El conde don Julián era de estirpe goda, como lo demuestra la existencia de descendientes suyos afincados en la Córdoba califal.
La moneda que constituye el hilo conductor de este cuaderno es un dinar de oro de Abd al-Malik (año 695. Biblioteca Nacional, Madrid).
Entonces Musa envió a un bereber llamado Tarif, que desembarcó en una isla con cuatro barcos, 400 hombres y 100 caballos. A partir de entonces recibió su nombre y se llamó Tarifa. Los textos árabes norteafricanos y, por supuesto, los orientales no mencionan a este personaje e incluso algún autor hispanoárabe asegura que Tarifa debe su nombre al fundador de una herejía musulmana posterior y que el hereje se llamaba también Tarif. Yo creo que historiadores y tradicionalistas musulmanes se han inventado la figura de Tarif para explicar la etimología de Tarifa.
Después de ese supuesto desembarco de Tarif, Musa ben Nusayr envió a su lugarteniente Táriq, quien desembarcó con 1.700 hombres, 7.000 o 12.000, según las fuentes árabes, bereberes en su mayor parte, en un monte que tomó su nombre, es decir, Chabal Táriq, o Gibraltar, en la primavera del año 711. Los genealogistas árabes han hecho de él un persa, un bereber o un árabe y le han dado genealogías muy variadas. Las fuentes árabes no están de acuerdo ni en el número de combatientes que participaron en el desembarco, ni en la cronología, ni en el lugar exacto donde ocurrió, ni en el itinerario seguido: la mayoría de ellas afirma que los musulmanes arribaron a tierra en varias oleadas con tiempo suficiente para que el último rey de los visigodos acudiera con sus tropas desde el norte de la Península, donde combatía a los vascos.
Los jinetes árabes se aprestan a conquistar la Península Ibérica
(miniatura de un manuscrito de Al-Hariri, Biblioteca Nacional, París).
Los combates duraron una semana, desde el 19 de julio del 711 hasta el día 26 del mismo mes y año y terminó con la derrota y muerte de Rodrigo. El lugar de encuentro aparece en las fuentes árabes con varias denominaciones: