Francisco Javier Ramírez López - La historia del génesis en el pensamiento religioso

A mi madre, a Chaxi y a mi tutor Israel Campos.

1. Introducción

Seguidamente, comenzaremos nuestro estudio indicando cuál es el objetivo y cuál es la metodología que hemos usado para desarrollar este trabajo fin de grado.

1.1. Objetivo del trabajo

Nos hemos propuesto estudiar distintas mitologías con el fin de encontrar las convergencias posibles. Si bien la extensión de este estudio no permite ahondar demasiado, resaltaremos aspectos como la cosmogonía y la creación del hombre, partiendo de la hipótesis de que existen analogías en cuanto a esos aspectos en las mitologías del mundo. Este es nuestro objetivo principal que nos planteamos, es decir, observar a través de los textos y de las opiniones de distintos mitólogos, si existen coincidencias entre las cosmogonías de distintas culturas. Esto se justifica en que todas las civilizaciones tienen su propio mito sobre su origen y que en todos existen elementos comunes con distintas culturas y pueblos. La razón por la que nos hemos decantado por esta hipótesis es que de la lectura de distintos libros de creación, se observan aspectos similares incluso en culturas tan lejanas como la maya o la japonesa. Esto prueba que nuestro pensamiento simbólico ha imaginado siempre los mismos patrones: dios creador, pareja primordial, el agua u otro elemento presente en el inicio de la creación, fabricación del hombre y de la mujer, juicio final, etc. De hecho, los antropólogos coinciden en que los mitos son historias, no cuentos irracionales en los que unas divinidades dan lugar a todo lo que conocemos y que, por tanto, son su manera de hacer historia. Este argumento se enfrenta a la idea del mito y del logos, en la que el segundo inicia el pensamiento racional y con él comienza lo que llamaríamos ciencia. De ahí que sea curioso que todo pueblo tenga su tradición mitológica sobre los elementos que tienen a su vista y, como no, sobre su propio origen. Por eso, pensamos que es interesante corroborar esta hipótesis para descubrir que son más los aspectos que nos unen que los que nos diferencian. Además, la propia definición de mito nos hace ver que es una narración expuesta a distintos intereses políticos y sociales, ya que es muy significativo que haya tantas versiones —sobre todo en el mundo egipcio y mesopotámico— de un mismo mito de creación o que ese mito se explique de distintas formas según la época (el mito se transforma para justificar una conquista o un poder determinado).

1.2. Metodología

El método de trabajo que hemos usado ha sido el estudio y observación minuciosa de distintos textos sobre cosmogonías de diversas culturas a través del método heurístico por medio del descubrimiento y del escrutinio de fuentes diversas. Hemos tomado mitologías de todos los continentes de nuestro planeta salvo la Antártida, para demostrar que el pensamiento simbólico de los seres humanos ha ofrecido una serie de puntos en común en cuanto a la manera de explicar cómo se originó el mundo y los seres humanos. Respecto a las fuentes en las que nos hemos apoyado, hemos consultado las primarias como son la Biblia , Teogonía y Los trabajos y los días de Hesíodo, Chilam Balam de Chumayel , Popol Vuh , Libro de los Muertos, El Corán y El Avesta . En cuanto a las secundarias, nos hemos basado en libros y artículos en los que se hayan tratado la definición de mito, el mito desde la Antropología, las similitudes entre las distintas cosmogonías, descripciones profundas de la creación del universo, del mundo y del hombre. Estas últimas han sido fundamentales para contrastar la opinión de distintos especialistas: filólogos clásicos, antropólogos y mitólogos, sobre los temas que hemos desarrollado en este trabajo. En relación al análisis del corpus informativo que hemos escrudiñado, en todo momento hemos sido selectivos a la hora de buscar la información idónea para nuestro estudio, centrándonos en las cosmogonías y en la creación del ser humano. Una vez extraída la información relevante de las fuentes utilizadas, hemos focalizado nuestra atención en aquellos aspectos en los que encontraríamos coincidencias como qué había al principio, quién está detrás de la creación, cómo se hizo al ser humano, en qué día de la creación, por qué razón se le materializa, si existen enfrentamientos entre las deidades en las distintas culturas, el agua u otro elemento como principio de todo, si el dios se crea a sí mismo, cuántas creaciones se hacen y con cuántas se perfecciona o degenera al ser humano, si existe una “Edad de Oro”, la existencia de un Juicio Final en las distintas mitologías, quién dota al ser humano del lenguaje o cómo se crea a la mujer. De esta manera, hemos encontrado distintos paralelismos que abordaremos en apartados próximos, en los que demostraremos nuestra hipótesis inicial: existen puntos en común entre las mitologías respecto a la cosmogonía y a la creación del ser humano.

2. Qué es un mito

Comenzaremos este estudio, mostrando lo que se ha dicho a grandes rasgos del término mito. Así, por medio de las siguientes líneas observaremos la opinión de distintos especialistas, que nos ayudarán a situarnos en la materia prima de este trabajo fin de grado: el mito.

Una de las primeras definiciones que vamos a presentar en este estudio es de García Gual (1971: 85), de la que podemos deducir que un mito es una narración con halo sagrado y que tiende a cambiar su contenido original. Esto lo corrobora con los dioses que aparecen en La Odisea de Homero, en la que el rapsoda transforma lo que cuenta según sus oyentes. En otro de sus trabajos (2012b), explica que el mito es un legado colectivo que ha sido transmitido de generación en generación y unido a la religión, la literatura y el rito religioso. Además, los mitos dotan a las sociedades de un manifiesto fundacional y no son inventados, sino que vienen de otra época y perduran en el pensamiento colectivo. Estos relatos no solo narran temas ligados a la existencia del mundo y del hombre; también intentan suministrar respuestas a las dudas vitales.

En la misma línea, nos viene a la mente la opinión que al respecto tiene Eliade (1991: 3-5) sobre el concepto de mito. Este expone que los estudios del XX han llevado la definición de mito al polo opuesto que habían hecho los investigadores del siglo XIX; en otras palabras, ahora para los estudiosos, el mito es una historia verdadera, real y sagrada, además de servir de ejemplo para los creyentes. Estos relatos míticos adquieren actualmente el sentido de ficción. Según Eliade, con Jenófanes es cuando se produce una crítica al mito y este pierde poco a poco su carácter sacro, haciendo que el término mito pase a ser un relato inverosímil. Con la tradición judeo-cristiana, todo lo pagano se denominó como falso, dado que lo que no estuviera en los Testamentos tenía ese calificativo. Otro aspecto no desdeñable que resalta es que el mito en algunas culturas llega a estar tan vivo que termina dando una justificación aun al modo de vivir del hombre. Tampoco se olvida de que estos relatos son como documentos vivos. No obstante, asevera que es complicado definir mito, porque puede tener multitud de interpretaciones. Si bien afirma que un mito es un relato con carácter sagrado y que cuenta acontecimientos pretéritos ubicados en el comienzo de las cosas. En esas historias, unos entes superiores realizan una serie de hazañas y proezas que dan lugar a la existencia del mundo. Esto hace que Eliade arguya que los mitos son historias que siempre relatan una creación.

En cambio, Gerassi-Navarro (1995: 95) expone que los mitos son tradiciones relacionadas con el origen de un grupo de hombres concreto. Además, asevera que son historias anónimas y en ellas aparece la genealogía de una comunidad y sus relaciones con lo que les rodea. Es más, argumenta que, gracias a la acción de estos relatos, se da forma por completo a la cosmogonía y la manera de entender el mundo por una asociación de hombres. Otro aspecto que nos aclara es que su carácter oral hace que se contamine con el paso del tiempo. Incluso facilita otra definición de mito. Esta vez nos muestra que es una manera de conciencia colectiva, con la que una cultura fabrica un modo de entender su mundo y ayuda a dar una dirección concreta a las labores de una sociedad. Hasta explica que el mito y la historia complementan el proceso social de interpretación del mundo y que el primero también sirve para establecer una cronología de una época determinada. Así, el mito no es más que un recurso literario: metáfora que utiliza un pueblo para configurar su sitio en un tiempo y en un espacio. También un mito —para esta autora— es un relato emitido de la memoria y repetido tanto, que se funde con otros relatos pertenecientes a la oralidad y que acaban acortándose por puro influjo verbal. En añadido, Gerassi-Navarro (1995: 96) nos afirma que esa especie de influencia o cambio es fundamental para que el mito no se diluya en el tiempo y se termine extraviando. Por tanto, un mito es un relato en movimiento, en el que los cambios son necesarios y con el que se identifica una cultura. Muchas comunidades, tal y como explica, mantienen su cultura cientos de miles de años después. Y esto es porque perdura su pasado mítico. Para ilustrar lo que nos acaba de decir, Gerassi-Navarro (1995: 97) muestra el manuscrito de Huarochirí o mito de Huarochirí , con el que revela que se puede vislumbrar el mundo andino antes de los españoles y su posterior llegada. En consecuencia, nos prueba que con los mitos se pueden reconstruir las épocas anteriores de un pueblo desde distintos puntos de vista: el histórico, el religioso, el cultural y el social.