400
años de
Ópera inglesa
IRENE RODRÍGUEZ PICÓN
Título original: 400 años de Ópera inglesa
Primera edición: Julio 2015
© 2015, Irene Rodríguez Picón
© 2015, megustaescribir
Fotografías de las páginas 221, 271 y 281: Javier del Real
Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España
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ISBN: Tapa Blanda 978-8-4163-3999-0
Libro Electrónico 978-8-4911-2000-1
Contenido
A la gran familia de la ópera
Debo considerar mi temprana afición por la ópera, que se remonta a los años de adolescencia, como el origen remoto de este trabajo, aunque también cuenta mi especial admiración por el pueblo inglés cuya propia idiosincrasia ha cristalizado en una ópera intelectualizada, diferente de la continental, digna de ser estudiada en profundidad. Así mismo he querido escribir el libro que siempre busqué y nunca encontré, introducir en el campo de la ópera cierto rigor científico y, como filóloga, insuflar en el estudio académico algo de pasión; de manera que, en esta investigación han ido paralelos el trabajo y el disfrute, hasta el punto de conformar una etapa enormemente enriquecedora, que espero poder continuar en el futuro.
Comprendí que estaba en la dirección correcta después de asistir a una magnífica representación de Peter Grimes , producida por el Teatro de la Monnaie, que el Teatro Real de Madrid ofreció en la temporada 1997. A partir de entonces fue creciendo mi admiración por el autor británico Benjamín Britten, que representa todo lo que en la actualidad se busca en ópera: tensión dramática, adecuación de texto y partitura, profundidad conceptual, y fuentes de inspiración solventes convertidas en espacio musical.
Empecé a investigar en el tema, ayudada por el New Grove Dictionary of Opera , primer escalón para encontrar cualquier obra, compositor o libretista, relacionado con la lírica mundial; pero las dificultades para encontrar una bibliografía adecuada me llevaron a Londres, donde conseguí, en tiendas especializadas, mis primeros libros sobre el tema y donde viví “in situ”, el desarrolló de la ópera inglesa: Whitehall, el Drury Lane, el Covent Garden, el Strand…Tuve la suerte de asistir a varias representaciones de ópera ligera en el Savoy, a estrenos de ópera contemporánea como The Tempest de Thomas Ades o Sophie´s Choice , de Nicholas Maw; y ¿por qué no? a funciones de títulos internacionales traducidos al inglés en el Teatro Coliseum, sede de la ENO. Allí también empecé mi colección de discos y nuevas versiones en DVD de ópera inglesa, no demasiado abundantes en comparación con las de ópera continental, que he podido ir completando a través de la eficaz herramienta de internet.
Después de muchos intentos fallidos, el esfuerzo de tantos años se materializó en una tesis doctoral que leí en junio de 2010 en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid, ante un jurado que me premio con la más alta calificación. A partir de entonces el estudio ha despertado gran interés, a pesar de su escasa y pobre difusión, lo cual me ha llevado a rescribir el texto en un tono menos académico. destinado a un público más amplio, con clara intención didáctica y divulgadora.
Para agradecer a todos su ayuda, ejemplo, estímulo y entusiasmo, tendría que citar a las distintas universidades, teatros, asociaciones, bibliotecas y librerías que han colaborado conmigo; así como a todas las personas con las que he convivido, trabajado, ido al teatro y compartido afición. Sin embargo, como esto resulta, a todas luces, imposible debo hacer un esfuerzo selectivo y nombrar a aquellos que me han brindado especial asistencia, consejo y amistad. En primer lugar debo agradecer a la Facultad de Filología de la Universidad Complutense, muy especialmente al profesor Dámaso López García, que creyó en el proyecto cuando parecía imposible llegar a buen puerto. Debo reconocer que mi vínculo con la Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid, ha sido igualmente enriquecedora, así como mi relación personal con cantantes, directores, compañías y empresarios que, con sus aciertos y fracasos, han suscitado en mí un enorme respeto hacía todo aquel que pisa un escenario teatral.
Quiero expresar mi especial gratitud al Teatro Real de Madrid, donde he disfrutado trabajando como voluntaria cultural desde su reapertura, en 1997, lo cual me ha permitido conocer el funcionamiento de un teatro de ópera, desde adentro, y establecer lazos de amistad con profesionales y aficionados al género, con los que he podido discutir de ópera a un alto nivel. Tuve la suerte de coincidir con la gestión artística de Gerard Mortier, sin duda una de las figuras más relevantes de la ópera mundial, que nos permitió, en los últimos años de su vida, asistir a interesantísimos espectáculos operísticos imposibles de disfrutar en Madrid en otras circunstancias.
Finalmente quiero hacer mención a mi familia, que ha sabido tolerar las horas de dedicación a este trabajo. También a ellos mi agradecimiento, en especial a mi padre, ya desaparecido, que me inició en el género, me acompañó en múltiples viajes operísticos y del que heredado una importante colección de grabaciones discográficas que sigo aumentando en la actualidad. Espero, con este trabajo, poder rendir un homenaje a todos ellos.
Inicialmente me propuse el objetivo de estudiar la evolución de la ópera en Inglaterra a lo largo de cuatro siglos, establecer su relación con el contexto literario y definir las peculiaridades propias del teatro musical británico, cuya verdadera identidad sólo se llegó a alcanzar cuando, lejos de la actitud imitativa y del excesivo folclorismo, consiguió apoyarse en libretos de auténtica calidad literaria, inscritos dentro de la magnífica tradición secular del drama inglés de todos los tiempos. En este sentido he intentado analizar hasta qué punto las creaciones operísticas se distancian de sus fuentes; en que medida los criterios de compositores y libretistas han entrado en conflicto; por qué en ciertas épocas el género ha sido más permeable a influencias extranjeras, mientras que en otras, se ha identificado con lo anglosajón, y, sobre todo, en qué momento histórico la ópera inglesa consiguió, por fin, identificarse con un “nuevo” idioma literario-musical. Así mismo, pretendo interesar al público de ópera deseoso de conocer las fuentes literarias que han inspirado al género, y de profundizar en las relaciones entre libreto y partitura, cuya coherencia en igualdad de condiciones es indispensable para el éxito de la ópera actual.
Para intentar subsanar el olvido secular hacia la ópera inglesa, he buscado en fuentes literarias de figuras relevantes como Ben Jonson, John Dryden, John Gay y más recientemente, Wystan Hugh Auden, Chester Kallman, Eric Crozier, E. M. Forster o Edward Bond, cuya labor ha sido determinante para la instauración de la nueva ópera nacional. En este sentido, el punto de vista que articula el contenido del trabajo gira en torno al concepto de literariedad, frente a la musicalidad de grandes compositores como Henry Purcell, Edward Elgar, Vaughan Williams o Benjamín Britten, que no necesitan apoyo académico pues gozan de reconocimiento general, mientras otros muchos, menos difundidos a nivel mundial, merecen una promoción adicional.
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