Balance temprano
Primera edición, 2020
D. R. © 2020, Adrián Acosta Silva, Antonio Azuela, Julia Carabias,
Salomón Chertorivski, Rolando Cordera, Carlos A. Flores Vargas,
Luis Emilio Giménez Cacho, Tonatiuh Guillén López,
Gonzalo Hernández Licona, Antonio Lazcano Araujo,
Sergio López Ayllón, Saúl López Noriega, Javier Martín Reyes,
Jacqueline Peschard, Rafael Rojas, Enrique Provencio,
Jorge Javier Romero Vadillo, Pedro Salazar Ugarte,
Mariano Sánchez Talanquer, Raúl Trejo Delarbre,
Fernando Tudela, José Woldenberg
Diseño de portada: León Muñoz Santini y Andrea García Flores
Fotografía de portada: © Andrea Murcia/CUARTOSCURO.COM
D. R. © 2020, Libros Grano de Sal, SA de CV
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ISBN 978-607-98994-0-0
Prólogo
Ricardo Becerra y José Woldenberg
Solamente puedo decir que sobre esta tierra hay plagas y hay víctimas, y que, en la medida de lo posible, uno tiene que negarse a estar del lado de la plaga
ALBERT CAMUS, La Peste
Los meses trágicos del año 2020 no crearon, pero sí continuaron y profundizaron, una crisis que ya padecía el país en casi todos los órdenes.
La inverosímil caída del producto interno bruto —que confirma una depresión económica en este año— había sido precedida por un retroceso previo, con un resultado debajo de cero ocurrido en 2019. A la ortodoxa “disciplina fiscal” —signo distintivo de cualquier política neoliberal— se agregó la “austeridad” y la obsesiva contención del gasto, con una explícita aversión a cualquier reforma fiscal. Los impuestos pasaron a ser una mala palabra en el sexenio.
El debilitamiento del sistema público de salud tiene sus orígenes en años previos. Su presupuesto venía cayendo, pero esta situación no se corrigió en 2019 y tampoco en 2020 —ni siquiera en el área de control epidemiológico—, a pesar que desde Asia ya nos llegaban severas advertencias del sufrimiento que anunciaba la pandemia.
Las nuevas oleadas migratorias ya eran una realidad a la mitad de la década anterior y la dificultad para administrar su tránsito representaba un enorme desafío político y humanitario para el Estado mexicano. No obstante, en un giro inesperado, el país modificó su política hacia los migrantes para hacerla más restrictiva y cruel que la anterior, echando mano de la Guardia Nacional. El medio ambiente y su política no figuraron entre las grandes prioridades de la década pasada, pero el giro dado en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 ha acentuado el menosprecio a las instituciones y las capacidades públicas referentes al desarrollo sustentable. La política cultural vivía en una suerte de pasmo, sin gran visión ni promoción, pero ese pasmo fue sustituido por la demolición del modelo cultural, que con trabajos apoyaba el gobierno mexicano. El Estado laico no fue una bandera activa en los años del presidente Peña Nieto, pero la confusión, los retrocesos y la incomprensión de su significado son un rasgo distintivo del presente gobierno: la distancia entre el Estado y las iglesias (especialmente las evangélicas) es más corta que nunca. Y en materia política las tendencias no son democráticas: polarización como método diario, persistente centralización y concentración del poder en la presidencia de la República, desprecio y descoordinación con los gobiernos de los estados, aversión hacia los organismos autónomos, hostigamiento a la crítica y a la prensa independiente, desdén por el diálogo político, rechazo al pluralismo y no pocos lances de imposición autoritaria, como la prolongación del mandato en Baja California —en buena hora frustrado por la Corte—, la instalación de “súper delegados” en toda el país o el nombramiento —tres veces ilegal— de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Ni más ni menos.
En lo que va del sexenio del presidente López Obrador, es difícil encontrar un campo de la política pública que no haya sido tocado o alterado por ese instinto que desprecia lo avanzado, lo conseguido, lo construido por generaciones anteriores, actitud que no soluciona sino que profundiza los síntomas de nuestras patologías previas. Ésta es una de las coincidencias básicas contenida en los 18 ensayos de esta obra.
Desde el Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD) consideramos que la situación es a tal punto grave que corresponde convocar a la realización de un balance más o menos urgente y puntual acerca del rumbo que el país ha tomado, a partir de las observaciones y la experiencia real de los autores aquí reunidos, todos ellos especialistas de primer nivel en cada uno de sus campos: Adrián Acosta Silva, Antonio Azuela, Julia Carabias, Salomón Chertorivski, Rolando Cordera, Carlos A. Flores Vargas, Luis Emilio Giménez Cacho, Tonatiuh Guillén López, Gonzalo Hernández Licona, Antonio Lazcano Araujo, Sergio López Ayllón, Saúl López Noriega, Javier Martín Reyes, Jacqueline Peschard, Rafael Rojas, Enrique Provencio, Jorge Javier Romero Vadillo, Pedro Salazar Ugarte, Mariano Sánchez Talanquer, Raúl Trejo Delarbre y Fernando Tudela. Un elenco diverso y multidisciplinar, acompañado de quienes somos encargados de coordinar los trabajos y formular esta introducción.
Este balance temprano es, sobre cualquier otra cosa, una convocatoria para evaluar la situación del país a partir de datos y hechos presentísimos, pues el ritmo de la improvisación y la destrucción demandan una respuesta rápida, así sea desde el campo del ensayo, el debate, las ideas.
A las dificultades propias de la confección de un libro como éste, se agregaron las que han impuesto el confinamiento y los riesgos traídos por la pandemia. Eso explica, en parte, que algunos temas centrales no hayan podido ser abordados —la inaudita situación de y la incomprensible política hacia las mujeres en este tiempo, o la indispensable reforma fiscal— y, no obstante, creemos que, por la calidad de las plumas reunidas y por la relevancia temática que de todos modos se alcanza, podemos ofrecer un panorama muy completo del México en el dramático bienio 2019-2020. La discusión de nuestro instituto tuvo fortuna pues encontró en la editorial Grano de Sal y en su director, Tomás Granados Salinas, un decidido impulsor y, más allá, un aliado profesional capaz de ofecer en breve tiempo el presente volumen.
Crear un contexto de exigencia pública, un llamado de atención desde la izquierda democrática, es el otro propósito de este volumen, pues muchas decisiones vertebrales que definen el mandato de López Obrador hasta hoy no se encuadran, no caben en ese espacio de la geometría política: ni la militarización efectiva de la seguridad pública, ni el superávit primario (gastar menos de lo que recauda en un país con tantas necesidades), ni la enfática alianza con el presidente Trump, ni el trato dado a los migrantes, ni la rebaja absoluta a la política del desarrollo sustentable, ni el desparpajo y las deferencias especiales hacia las iglesias evangélicas (por poner sólo algunos ejemplos) pueden considerarse —ni lejanamente— parte del arsenal propio de una izquierda comprometida con la democracia.
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