Laura Ramos y Cynthia Lejbowicz
Corazones en llamas
Historias del rock argentino en los '80
Aguilar
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Reedición de uno de los libros emblemáticos de los 80. Anécdotas del rock como nunca habían sido contadas.
El making of de este libro documenta distintos tipos de disturbios, éxtasis, ofensas y reconciliaciones, y no tanto llantos como “escenas”, en el sentido más dramático posible.
La producción de tapa se hizo en la casa de Kuropatwa, donde el aire podía cortarse con un cuchillo desde el momento en que llegó Charly García tras un maratón de noches sin dormir. Él había pedido, en un gesto caprichoso y genial, vestir igual que Fabi Cantilo, con el propósito estratégico de ocupar una posición de privilegio en la compleja trama íntima del cuarteto. De modo que explotó de cólera cuando Kuropatwa, inadvertido, le extendió un saco negro.
Esa tarde, que pronto se convirtió en noche, nadie podía apostar un centavo por la sesión de fotos. Gustavo Cerati, Fito Páez y Fabiana Cantilo, de vasta experiencia en grados de conciencia, supraconciencia o incandescencia, se movían en silencio. La ira de Charly se aplacó con la aparición de una camisa turquesa y negra estampada en leopardo, que hacía un juego especular con la indumentaria de Fabi. (¿Y acaso no se distendieron todos con el hallazgo de unas medias negras de seda y de un bourbon que empezaron a circular entre el grupo?)
Al día siguiente, Charly fue internado. Fue en la mismísima clínica donde autorizó la publicación de la foto. Al salir, le regaló a su psiquiatra un ejemplar de Corazones en llamas recién impreso: “Acá tenés la historia de mi vida”.
Nueva edición corregida y actualizada. Con dossier de fotos de archivos personales.
Foto: © Gabriela Schevach
LAURA RAMOS
Nació en Buenos Aires. Es autora de Buenos Aires me mata (Sudamericana, 1993), llevada al cine en 1997 con dirección de Beda Docampo Feijóo y protagonizada por Imanol Arias; Ciudad Paraíso (Alfaguara, 1996); Diario íntimo de una niña anticuada (Sudamericana, 2002) y La niña guerrera (2010). Su último libro es una biografía de Charlotte Brontë. Sus columnas y crónicas en el diario Clarín dejaron una impronta en la nueva escritura argentina.
Foto: © Alejandra López
CYNTHIA LEJBOWICZ
Es periodista, editora, agente artística, astróloga y productora de radio y televisión. Trabajó en medios gráficos argentinos desde 1978 e integró las redacciones de Gente, La Semana, Clarín, Página/12 y Perfil. Produjo y dirigió televisión en Argentina, España y Portugal. Acompañó a Afo Verde en realizaciones discográficas y multimedia. Es difusora y productora de rock, folclore y tango, y del multipremiado espectáculo Café de los Maestros.
Ramos, Laura
Corazones en llamas / Laura Ramos y Cynthia Lejbowicz. - 1a ed. - Buenos Aires : Aguilar, 2016.
EBook.
ISBN 978-987-735-130-9
1. Músicos de Rock-Biografías. I. Lejbowicz, Cynthia. II. Título
CDD 927.80
Edición en formato digital: abril de 2016
© 2016, Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A. de Ediciones
Humberto I 555, Buenos Aires.
www.megustaleer.com.ar
Diseño de cubierta: Alejandro Ros
Fotografía de cubierta: © Alejandro Kuropatwa
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ISBN 978-987-735-130-9
Conversión a formato digital: Libresque
Y sólo escribí la mitad de lo que vi...
(Frase de Marco Polo encontrada
entre los papeles de Truman Capote)
Para llegar a la escritura final de este libro las autoras se reunieron durante varios meses, bajo las peores condiciones posibles, con los tipos que manejaban las bateas en el rock y el pop durante los ochentas argentinos.
Tales encuentros provocaron todo tipo de disturbios, éxtasis, ofensas y reconciliaciones y no tanto llantos como escenas, en el sentido más dramático del término. Por ambas partes.
Hubo llantos durante la larga noche en la que Marcelo Moura, mientras su hermano Julio tocaba el piano, relataba los comienzos de Virus en La Plata, con Federico. El melancólico y potente sonido del piano acústico, según comprobaron al día siguiente las autoras, con las lágrimas ya enjugadas, había ocultado casi la totalidad de las palabras de Marcelo.
Hubo llantos en la cocina de Fito Páez mientras Fabiana Cantilo cantaba “Roxanne” desde la cama; llantos que se repitieron, furtivos, en el ascensor, y desenfrenados en la despedida, ya en plena calle.
Se produjeron ataques de nervios en las entrevistas a Charly García, algunas en presencia de Gaby Aisenson, de todos el más crítico aquella noche en la que la computadora portátil que debía registrar el relato de García no grabó ni una palabra.
Las entrevistas a Calamaro, hechas en la oscuridad de la biblioteca del diario de mayor tirada de la época, ubicado en la zona de Constitución, con las invocaciones a Miguel Abuelo alcanzaron un halo mágico.
Las charlas con Cerati fueron risueñas y sexies: ni una lágrima.
De algún modo, en términos generales podría decirse que hacia el final las autoras habían logrado recolectar, pese a los vientos cambiantes y las tempestades, las historias y los chismes, los pastos secos y las pequeñas ramas que necesitaban para construir su obra.
Pero las cosas no iban a resultar sencillas ni siquiera en los últimos tramos. La imprescindible firma de Charly para la autorización de su imagen en la foto de tapa sólo pudo hacerse con la intervención de Zoca Pederneiras, su novia de entonces, en la clínica de rehabilitación donde estaba internado.
La producción fotográfica para la tapa del libro llevó una larguísima sesión dirigida por Alejandro Kuropatwa en su casa de la Avenida de Mayo. La tensión que reinaba en el aire desde el momento mismo en que llegó García tuvo su clímax cuando Charly, que venía de un maratón de noches sin dormir, explotó de cólera al ver la indumentaria reservada para él, un saco negro no muy diferente de los que usaban Cerati y Páez.