LAS 999 MUJERES DE AUSCHWITZ
LA EXTRAORDINARIA HISTORIA DE LAS JÓVENES JUDÍAS QUE LLEGARON EN EL PRIMER TREN A AUSCHWITZ
Heather Dune Macadam
El 25 de marzo de 1942, cientos de jóvenes mujeres judías y solteras abandonaron sus hogares para subir a un tren. Estaban impecablemente vestidas y peinadas, y arrastraban sus maletas llenas de ropa tejida a mano y comida casera. La mayoría de estas mujeres y niñas nunca habían pasado ni una noche fuera de casa, pero se habían ofrecido voluntariamente para trabajar durante tres meses en época de guerra. ¿Tres meses de trabajo? No podía ser algo tan malo. Ninguno de sus padres habría adivinado que el Gobierno acababa de vender a sus hijas a los nazis para trabajar como esclavas. Ninguno sabía que estaban destinadas a Auschwitz.
Los libros de historia han podido pasar por alto este hecho, pero lo cierto es que el primer grupo de judíos deportados a Auschwitz para trabajar como esclavos no incluía a combatientes de la resistencia, ni a prisioneros de guerra, no. No había ni un solo hombre prisionero en esos vagones de ganado. Era un tren de 999 mujeres, vendido a la Alemania nazi por una dote de 500 marcos alemanes, el equivalente a 200 euros.
Estas 999 mujeres jóvenes fueron consideradas indignas e insignificantes, no solo porque eran judías, sino también porque eran mujeres. Estas chicas eran peones en un gran plan de destrucción humana, pero frustraron ese plan al sobrevivir y dejar su testimonio a sus familiares. Este libro da voz a esas mujeres y niñas que la historia olvidó.
ACERCA DE LA AUTORA
Heather Dune Macadam se posicionó como autora best seller en 2015 con su primer libro Rena’s Promise: A Story of Sisters in Auschwitz y fue nominada para el National Book Award, el Christopher Award, el American Jewish Book Award y el National Library Association Award. Es directora y presidenta de la Rena’s Promise Foundation, y actualmente está trabajando en la producción del documental 999. Vive a caballo entre Nueva York y Herefordshire, Inglaterra.
ACERCA DE LA OBRA
«Una narración asombrosa sobre las mujeres olvidadas del Holocausto.»
G AIL S HEEHY
«Una investigación extensa y llena de pasión. Heather Dune Macadam le da al primer transporte oficial de mujeres a Auschwitz el sitio que se merece en la historia sobre el Holocausto.»
D R . R OCHELLE G. S AIDEL
«Libros como este son fundamentales: recuerdan a los lectores modernos acontecimientos que no se deben olvidar.»
C AROLINE M OOREHEAD, EN EL PRÓLOGO
Agradecimientos
L a gratitud es una palabra pequeña para una emoción demasiado poderosa. Apenas logra transmitir la profundidad del agradecimiento que siento hacia las familias que me han confiado las historias de sus madres, primas y tías. Siento una gratitud sincera hacia ellos por concederme tal honor. Cuando conocí a Rena Kornreich Gelissen en 1992, no me imaginaba que veinticinco años después conocería a la familia de Adela Gross, descubriría los nombres de las hermanas Benovicova o me atrevería a escribir otro libro sobre el Holocausto.
Este libro no se habría escrito sin Edith Grosman. Su valor para volver al pasado y grabar en vídeo su testimonio de supervivencia, además de en innumerables entrevistas personales, es la fuerza tras esta investigación y esta historia. Incansable con noventa y cinco años, con un cerebro astuto y agudo, Edith soportó mis preguntas y conectó las historias de muchas chicas que había conocido en el campo. Estoy eternamente agradecida por que compartiera conmigo tantas horas y tantas conversaciones profundas llenas de risa, lágrimas y canciones. Gracias por permitirme entrar en tu vida y por aceptarme en tu casa y en tu familia. Aunque no he llegado a conocer a Ladislav Grosman, el marido de Edith, me gustaría darle las gracias a Laco por las novelas sobre su ciudad natal, que me llenaron con su espíritu al principio de esta narración.
La historia de Adela Gross y el descubrimiento de su primo Lou me empujaron a este viaje en 2012. Gracias a la mujer de Lou, Joan, por leer Rena’s Promise, por encontrar la historia de Adela y por ponerse en contacto conmigo. Si la mano de Dios ha intervenido en algún momento en todo esto, debió de ser cuando nos pusimos en contacto, cuando Lou y la familia Gross descubrieron lo que le había pasado a su preciosa prima pelirroja, desaparecida setenta años atrás.
Le debo profunda gratitud a Ivan Jarny, que se convirtió en mi asistente personal de investigación a la edad de noventa y dos años y siguió ayudándome durante los tres años siguientes. Yo esperaba encontrar a un estudiante joven, pero en vez de eso me topé con un anciano que resultó ser un buscador de la verdad incansable y tenaz desde su Centro del Holocausto Judío de Melbourne, Australia. Nos ayudó a desenmarañar las partes más confusas de esta historia, sobre todo las que giran en torno al doctor Gejza Konka. Los documentos personales de Ivan y las memorias de Giora Amir son testimonios importantes y están entre las fuentes más potentes que encontré para este libro.
En 2016, tuve la suerte de conocer al doctor Pavol Mešťan y a su asistente, la doctora Stanislava Šikulová, una persona brillante y de lo más servicial, en el Múzeum židovskej kultúry v Bratislave (Museo de Cultura Judía de Bratislava). Vuestro conocimiento combinado y vuestras sugerencias fueron fundamentales para que pudiera tirar del hilo del engaño y la traición, de las complicadas maniobras políticas, de las leyes y los códigos, y, por supuesto, del origen de la lista. Gracias por invitarme a la celebración del aniversario y por lo que hacéis cada año en Poprad para aseguraros de que se recuerda, respeta y honra a las chicas.
La casualidad ha tenido un papel importante en cada esquina de la creación de este libro. Escribirlo no habría sido posible si no hubiera conocido a mi agente literario, Scott Mendel, en el quinto centenario del gueto judío de Venecia, Italia, y si no hubiera mostrado interés por la historia. Pocos años después, mi maravillosa editora Michaela Hamilton se subió al barco con la familia entera de la editorial Kensington Citadel Press para convertirse en la campeona de esta historia y de las chicas. Gracias a Arthur Maisel por la meticulosa atención al detalle durante la fase de producción de este libro.
En recuerdo de Irena Strzelecka y su trabajo en el campo femenino de Auschwitz, gracias por todo lo que hizo al compilar la obra The Tragedy of the Jews of Slovakia y por dejarnos a Rena y a mí contribuir en la medida en que nos fue posible. Puede que el doctor Ivan Kamenec me facilitara el contacto de los historiadores Jan Hlavinka y Michala Lônčiková, pero le agradezco de corazón sus primeras investigaciones sobre los transportes, que me proporcionaron una hoja de ruta de los documentos que iba a necesitar en el Archivo Nacional Eslovaco. También agradezco los clarísimos catálogos en varios volúmenes del Ministerio de Interior y los documentos del tribunal del Gobierno de Tiso, recopilados por el profesor Eduard Nižňanský, del departamento de Historia General de la Universidad Comenius de Bratislava, junto con sus estudiantes. Tuve acceso a estos catálogos en la Weiner Library, y me llevaron a los documentos históricos que necesitaba encontrar en el Archivo Nacional Eslovaco. Al doctor Marek Púčik, que me proporcionó cajas y cajas, gracias por tu paciencia y tu ayuda en algunas traducciones. Cuando estoy entre montones de cajas y de papeles viejos estoy más feliz que nunca. En uno de esos montones encontré una y otra vez la firma del esquivo Gejza Konka.
Mi más sentida gratitud a los investigadores y archiveros del Auschwitz-Birkenau Państwowe Muzeum: al doctor Piotr Setkiewicz, que me dio la bienvenida a su oficina en 2012 y me enseñó en persona los sitios que no se ven en ninguna visita de Auschwitz y que darían forma a este libro; a Doreta Nycz, que fue la primera en llevarme al bloque 10; a Wanda Hutny, que llevó a los hijos de supervivientes con los que estaba de viaje al bloque 10, donde sus madres habían estado encerradas nada más llegar a Auschwitz; y a Magdalena Gabryś y Katarzyna Kolonko por ayudarme a grabar en vídeo el interior del museo.
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