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Me Gusta Leer Colombia
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A Claudia, como todo.
A Guadalupe y a Paloma.
“En la recién creada Polombia, fundada por el presidente primíparo, hay políticos peleles, policías, perfilados, pobres, paras y peleas: parece un penoso platanal. Agotados por la pandemia, por los excesos del poder, y por el poco perdón de los poderosos, presento a los polombianos este paquete de perdigones para pasar la pena: publicados por la revista Semana (de la que partí presuroso), peroran el Premio Pulitzer de la Paz (¿o era Nobel?), predican sobre Petro, Pachito, Paloma, y demás personajes, y palidecen por el presidente primerizo de esta pálida Polombia”. – Daniel Samper Ospina
DANIEL SAMPER OSPINA
Bogotá, 1974. Daniel Samper Ospina es muchas cosas: periodista, escritor, youtuber, comediante de teatro y hasta sonetista, porque lo que en verdad lo define es la capacidad para crear formatos novedosos de sátira política. Ha ganado los premios India Catalina, el Premio Nacional de Periodismo y el Premio de Periodismo CPB, cada uno de ellos varias veces; autor de #MiPutaObra, que agotó 250 funciones en línea; autor de #HolaSoyDanny, el canal de Youtube con el que demostró que un periodista de medios tradicionales podía transformarse al medio digital para multiplicar sus lectores y conectar con un nuevo público. Y fundador de #LosDanieles, el portal que irrumpió en 2020 en la escena periodística para reivindicar la opinión independiente. Con P de Polombia es su noveno libro.
Twitter: @DanielSamperO
Facebook: Daniel Samper
Instagram: @DanielSamperOspina
YouTube: #HolaSoyDanny
http://losdanieles.com
Fotografía: © Fernando Rivera
Título: Con P de Polombia. Una radiografía humorística
Primera edición: noviembre de 2020
© 2020, de la presente edición en castellano para todo el mundo:
Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. S.
Cra 5A No 34A – 09, Bogotá – Colombia.
PBX: (57-1) 743-0700
www.megustaleer.com.co
Diseño de cubierta: Penguin Random House Grupo Editorial / ©Jeison Malagón @distopico_92
Ilustración de cubierta: ©Jeison Malagón @distopico_92
Penguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright. El copyright estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyright al no reproducir, escanear ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores.
ISBN 978-958-5549-62-3
Conversión a formato digital: Libresque
P
de P roceso,
de P az,
de P remio (Nobel),
de P inocho
IVÁN DUQUE, IVÁN PERDIENDO
01 de julio de 2018
V isualicé a Iván Duque como Director Técnico de la Selección Colombia, cuando comprendí que la vida consiste en matar dos pájaros de un tiro. No engaño a nadie: desde que el uribismo regresó al poder, y a la vez la Selección Colombia debutó con un saldo miserable en el Mundial, mi semana marchaba como la reglamentación de la JEP: sin esperanzas. La depresión me consumía. Los días no tenían sentido. Vivir era un madrazo en la boca del senador Ramos: una cobardía silenciosa.
—¿Qué es esa cara? —me dijo mi mujer en el desayuno.
—Que estoy desesperado —le confesé—: Uribe gana, Colombia pierde: ¡qué ganas de beberme de un solo trago unos binoculares llenos de aguardiente!
—¿De qué hablas? —me preguntó.
—Pues del comienzo del gobierno de Duque y del comienzo de la Selección en el Mundial.
—Pásame la mermelada —dijo sin oírme.
—Se está acabando —respondí, como si aludiera a su trabajo en el Gobierno.
—Ven y la raspo —remató con frase digna de funcionaria en esta época.
—Qué agobio el Mundial, qué agobio la política: ¡qué ganas de irme a ver ballenas con Fajardo! —me quejé.
—¿Pero la cosa no está empezando apenas? —razonó.
—¡Qué va! ¡Si ya jugó el primer partido!
—Hablo de la administración de Duque —me dijo.
—Pues sí, pero se nota que está llena de paquetes…
—¿La selección? —preguntó.
—No, la administración de Duque —le aclaré.
—¿Y la Selección?
—La Selección es un tiro al aire —le dije—: como el gobierno de Duque.
No fue sino utilizar esa expresión para que mi mujer rematara la charla:
—Pues si es un tiro al aire deberían matar dos pájaros de un tiro y dejar que Duque maneje la Selección, a ver si gana, como ganó él.
No le faltaba razón. A lo mejor acá haya un mensaje de Dios, me dije mientras recogía los platos; a lo mejor necesitamos que Duque tome las banderas del equipo con ayuda del Eterno. Del Presidente Eterno, quiero decir.
Y ahí fue cuando lo visualicé, como lo decía al principio; visualicé a Duque como DT. Finalmente, la Selección es la única rama del Estado que le falta por cooptar al uribismo.
Visualicé entonces que el presidente electo se quitaba el pantalón de gala y quedaba en cortos, y, planilla en mano, citaba a reunión de empalme a Néstor Pékerman para evaluar, de canoso a canoso, la situación del combinado.
Nunca había dirigido un partido, pero eso poco importaba al Profe Duque, que se presentaba de este modo ante sus pupilos:
—Soy la nueva generación del fútbol colombiano —decía, mientras lo rodeaban, como telón de fondo, el Bolillo Gómez, el Profe Maturana y el Chiqui García, sus mejores asesores.
Y sin mayores preámbulos, advertía su estilo de juego:
—Meteré a Uribe —anunciaba con énfasis.
—¿Caliento, profe? —reaccionaba Matheus.
—Me refiero a Álvaro: nuestro Capitán Eterno.
Explicaba luego la esencia de su toque-toque:
—Voy a proponer que unifiquemos los árbitros en un gran árbitro, para ahorrarnos el sueldo de los dos jueces de línea (y así no agarran en fuera de lugar al Capitán Eterno); María Fernanda Cabal será jefe de porristas para que haga fuerza ante la Unión Soviética, y exigiré el regreso de Arias…