Se terminaron de imprimir 500 ejemplares el mes de noviembre de 2021, en los talleres de Impresión y Diseño, Suiza 23 bis, Colonia Portales, Ciudad de México, C.P. 03300.
Impreso sobre papel bond de 90 g/m2 para los interiores y cartoné para los forros.
Para su formación se utilizaron las familias tipográficas Gotham Narrow de Jonathan Hoefler & Tobias Frere Jones, diseñada en 2000, y Bitter de Sol Matas, diseñada en 2010.
El cuidado de la edición estuvo a cargo de Itzel Martínez del Cañizo, Emiliano Becerril y Antonio Zirión Pérez.
La portada fue realizada por Emilia López León y el diseño por Lucero Vázquez.
Ciudad de México, 2021
Mujer comcáac (seri) mostrando retrato en El Desemboque de los Seris, Pitiquito, Sonora.
GRACIELA ITURBIDE, 1980.
D.R. Fototeca Nacho López, Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
Capítulo 1
ÉL ES DIOS Y EL ORIGEN DE UN NUEVO CINE ETNOGRÁFICO EN MÉXICO
ÁLVARO VÁZQUEZ MANTECÓN (UAM-A)
En 1965, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) produjo Él es Dios, un documental que cambiaría profundamente el rumbo de las películas de cine etnográfico que hasta el momento se habían hecho en México. Sus realizadores eran un grupo de jóvenes cineastas y antropólogos: Víctor Anteo, Guillermo Bonfil Batalla, Alfonso Muñoz y Arturo Warman, quienes buscaron hacer una forma diferente de etnografía, alejándose de la perspectiva integracionista practicada comúnmente en el país hasta ese momento. Desde los años treinta hasta bien entrados los años sesenta del siglo XX, el Estado mexicano había producido políticas y documentales inspirados en las ideas de Manuel Gamio, que insistían en la idea de que la población indígena debía asimilarse al país para dejar una supuesta condición de atraso. En contraposición, Él es Dios fue el punto de partida para la práctica de una nueva forma de hacer documentales antropológicos en México, que buscaría establecer una relación empática y respetuosa con las personas a quienes se pretendía estudiar. Aunque la película no forma parte del Archivo Etnográfico Audiovisual (AEA) —tema que convoca este libro— indudablemente tuvo un carácter fundacional en la medida en que representaba las ideas y las imágenes producidas por una nueva generación de antropólogos que después serían esenciales en las producciones del Instituto Nacional Indigenista (INI). Alfonso Muñoz, uno de los realizadores de Él es Dios, participaría años después en la fundación del AEA, al punto que el acervo hoy lleva su nombre.
_________________
Él es Dios
A. Muñoz, A. Warman, G. Bonfil y V. Anteo, 1965 Danzantes de la ciudad de México.
42 min.
INAH, digitalizada por Cineteca Nacional.
(Ficha completa en p. 455)
Él es Dios fue filmada en 16 milímetros y tuvo una duración de 42 minutos. En el año 2015 fue restaurada y digitalizada por el Laboratorio de Restauración Digital de la Cineteca Nacional, al lado de otras películas del acervo del INAH. Su presencia en formato digital, accesible en línea, le ha permitido tener una nueva vida e incrementar su circulación.
“¿QUIÉNES SON ESOS HOMBRES?” EL EQUIPO COMO PUNTO DE PARTIDA
Para la realización de Él es Dios, se conformó un equipo que tenía la peculiaridad de conjuntar el conocimiento antropológico con el de la técnica cinematográfica. La figura de Alfonso Muñoz fue fundamental. Era diez años mayor que Warman y Bonfil (tenía 38 años cuando iniciaron la filmación), e igual que ellos había egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Pero Muñoz también contaba con una formación cinematográfica obtenida gracias a que trabajó al lado del documentalista José D. Kimball, uno de los fundadores del Instituto Latinoamericano de la Cinematografía Educativa (ILCE), un organismo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para la educación en América Latina, con sede en México desde 1956. El ILCE convocó a diversos cineastas para elaborar materiales para la enseñanza, y posteriormente se convirtió en una escuela para quienes por entonces no estaban interesados en hacer cine industrial ni noticieros fílmicos, las únicas dos opciones viables por entonces. Ese fue el caso tanto de Alfonso Muñoz como del fotógrafo Víctor Anteo. Muñoz trabajó
Alfonso Muñoz, Víctor Anteo Arturo Warman y Guillermo Bonfil Batalla, Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México.
Fotógrafo no identificado, 1968
Archivo Fotográfico Alfonso Muñoz Jiménez.
Cortesía Lina Odena Güemes.
como asistente de filmación de Kimball, quien tenía un especial interés por el tema arqueológico. Con el tiempo, además de Él es Dios, haría otras películas en el INAH, como Carnaval en Tepoztlán (1961), Semana Santa en Tolimán (1967) y El día de la boda (1968), que filmaría en colaboración con los antropólogos Gastón Martínez Matiella y Lina Odena Güemes. También destaca su cortometraje Peregrinaciones a Chalma (1972), codirigido con Fernando Cámara Barbachano.
Para la realización de Él es Dios Muñoz, se asoció con Guillermo Bonfil Batalla y Arturo Warman, dos jóvenes antropólogos egresados de la ENAH, con quienes compartía la afición por el cine.
[...] el antropólogo debe adquirir herramientas conceptuales que ahora no forman parte del adiestramiento académico, sobre todo aquellas que le permitan entender el funcionamiento y la organización de sociedades amplias, complejas y estratificadas —especialmente sus mecanismos de poder—, que serán el marco donde se ubique el estudio detallado de grupos particulares.
Él es Dios fue uno de los primeros productos académicos de investigación de Warman y Bonfil. Es indudable que esa película fue el punto de partida de muchas de las ideas que pocos años después expresaron sus trabajos escritos. En ese sentido, se trata de una experiencia determinante, junto con su crítica al autoritarismo oficial también vinculada a su cercanía al movimiento estudiantil de 1968.
EL PASADO PRESENTE...
El documental comienza mostrando a la Ciudad de México de los años sesenta. La cámara se ubica en el piso más alto de la Torre Latinoamericana para mostrar un skyline urbano. Después se muestran imágenes a nivel de piso del bullicio de gente caminando en la banqueta de San Juan de Letrán, emblema del México moderno. Posteriormente, se muestran los trabajos arqueológicos en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Un primer paneo de la cámara muestra los edificios modernos del multifamiliar construido allí por Mario Pani. Un segundo, los glifos prehispánicos en
Conchero con penacho, Ciudad de México, ca. 1958.
SECRETARÍA DE CULTURA-INAH-SINAFO F.N.-MEX. Archivo Casasola-Fototeca Nacional. Inv. 627353. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
el costado de una pirámide. Se manifiesta la idea de que bajo la superficie de un México moderno se esconde una raíz indígena, un concepto que no tarda en ser confirmado por la voz
Página siguiente