Tratamiento del dolor en los 106 puntos tendinomusculares (TM)
Copyright de la edición original: © 2016 Éditions Frison-Roche
Esta obra se ha publicado según acuerdo con Éditions Frison-Roche
© Todos los derechos reservados.
Ilustraciones y fotografías: © Astrid Rocher Brochard
Tablas: © Colette Bacchetta y Julien Charbonnier
Título original: Le corps souffrant et ses 106 points TM. Manupressure au coeur de la douleur
Autora: Colette Bacchetta
Traducción: Beatriz Villena Sánchez
Edición: Mª Ángeles González Moreno
© 2018, Editorial Paidotribo
http://www.paidotribo.com
E-mail:
Primera edición
ISBN: 978-84-9910-682-3
ISBN EPUB: 9788499107554
BIC: VXHT1
Maquetación y diseño de cubierta: Juanca P. Romero
Descargo de responsabilidades: Las ideas, los métodos y las recomendaciones de este libro son fruto de la opinión, los conocimientos y la experiencia de la autora, quien los transmite con el máximo rigor posible. Sin embargo, no han de sustituir el consejo médico competente. El lector es responsable en todo momento de sus acciones y no acciones. Ni los autores ni la editorial se responsabilizan de posibles perjuicios que puedan ocasionarse por las recomendaciones prácticas ofrecidas en esta obra.
Colette Bacchetta
Tratamiento del dolor en los 106 puntos tendinomusculares (TM)
Prefacio del Dr. Georges Willem (†)
Con el patrocinio y el apoyo del
profesor Gérard Ostermann y de
los doctores Marc Martin y Hubert Rocher
Las almas tras la muerte: la vida, Colette Bacchetta (1989), en papel japonés, tintas y cera de abeja, 46 × 40 cm.
A Julien, por su creatividad
Advertencia
Un gran lector ha supervisado el enriquecimiento de este texto, fundamentalmente en lo que respecta al tratamiento del dolor rebelde y recurrente.
En efecto, Georges Willem, fallecido en 2015, ha participado extensamente en la elaboración y en la forma final de esta obra. Reciba el agradecimiento por nuestras ediciones y por los servicios que este trabajo pueda prestar a los diferentes profesionales —podólogos, kinesioterapeutas, acupuntores, etc.—, tanto a las generaciones presentes como a las futuras.
Dominique FRISON-ROCHE
Prefacio
Desde siempre, la mano ha supuesto un puente de unión entre los humanos: manos en alto y abiertas como signo de paz, mano tendida al adversario abatido, mano agitada para decir adiós, etc., pero también choque de manos entre condiscípulos, mano sobre el hombro de un amigo, manos agarradas entre padre e hijo en los primeros pasos y en los momentos de agonía.
Entre profesional de la salud y paciente, un apretón de manos es señal de bienvenida, vector de consuelo y empatía. En el ámbito de las medicinas tradicionales, la china en particular, el masaje manual se considera «una de las cinco perlas de tratamiento».
Para hacerlo bien, esta intervención manual sobre el recorrido del meridiano vector de Energía requiere una elección clara, concentración, visualización e intención. Los beneficios buscados son tanto físicos como psíquicos.
Colette Bacchetta ha evolucionado progresivamente su forma de ver el cuerpo que sufre: un enfoque más mecánico en kinesioterapia, un enfoque más neurológico en el ámbito de la reflexología plantar y, por último, un enfoque energético en el marco de una cooperación total con sus pacientes bautizada modestamente como «técnica». El enfoque ha sido sustituido por un «planteamiento» que tiene en cuenta tres parámetros de la medicina tradicional china: la ley del «todo está en todo»; es decir, un microcosmos es el reflejo del macrocosmos; la ley de la unidad indisociable «materia-pensamiento/Energía del cuerpo», y la ley de la expresión en la periferia de los desórdenes del interior.
Colette Bacchetta utiliza sus dedos como prolongación de ella misma para detectar las tensiones y las relajaciones en puntos específicos que pertenecen a ramas energéticas clásicas conocidas como «meridianos tendinomusculares». Trata los puntos «en vacío o en plenitud» mediante masajes que yo calificaría de «psicofísicos». Su intención es «romper» el caparazón musculotendinoso que frena o bloquea la circulación de la Energía vital; intenta redinamizar la circulación de la Energía de defensa Wei; se esfuerza por recuperar la armonía en los desórdenes psicosomáticos que se traducen tanto en algias físicas (contracturas musculares, espasmos diafragmáticos, algias profundas, etc.) como en dolores morales.
Esta perspectiva es fuente de aprendizaje para todo profesional de la salud (podólogos, kinesioterapeutas, médicos acupuntores, etc.) que, como Colette Bacchetta, quiere a sus pacientes.
Doctor Georges Willem (†)
Prólogo
La energía es la alegría eterna
William Blake
El sabio sabe, el creyente cree y el sensato duda
Proverbio chino
Para profundizar plenamente en la última obra de Colette Bacchetta, para la que he tenido el privilegio de hacer el prólogo, hay que decir unas cuantas palabras sobre este arte que es curar.
Colette Bacchetta realiza una triple conquista: sobre la subjetividad arcaica que a veces nos hace confundir vejigas con linternas y viceversa (imaginario, maya de los orientales), sobre la sensorialidad realista que reduce el mundo a nuestras sensaciones habituales y sobre la racionalidad científica que lo reduce con demasiada frecuencia a un abstracto mecánico, por muy cuántico o relativista que sea.
Tal como se describe en esta obra, el planteamiento curativo se desmarca de la tecnomedicina y se inscribe más bien en una corriente de pensamiento que ve la salud, la enfermedad y el tratamiento de forma diferente. Según la tradición taoísta china, el hombre es una manifestación del QI al ritmo del Yin y el Yang, un todo indisociable que une en un solo movimiento los procesos fisiológicos, mentales y emocionales. La práctica curativa europea está condicionada por su historia racionalista y mediterránea. No hace tanto se convirtió en una práctica laica, a veces considerada un arte más que una ciencia, y en la actualidad ha entrado en una era deliberadamente tecnocientífica; la parte técnica, por no decir tecnológica, ocupa cada vez un mayor espacio en su práctica, y el médico, considerado un humanista en el siglo XIX, a finales del siglo XX pasó a ser un hombre de ciencia. Aun a riesgo de caer en la exageración, yo diría que el médico sueña con un diagnóstico asistido por ordenador en el que el enfermo solo tendría que proporcionar los datos de entrada. Hay que reconocerlo: nuestra formación clínica, asociada a los signos físicos, oye más con las yemas de los dedos que con los surcos de las orejas. Por otra parte, la experiencia indica que el dolor crónico suele burlarse de ese procedimiento al que aspiran muchos médicos y pacientes: diagnóstico preciso, terapia eficaz y curación rápida. Sin embargo, a pesar de ciertas ambiciones de informatización generalizada, por suerte todavía existe la relación profesional-paciente, e incluso para el paciente es cada vez más importante debido al contexto social, a esa despersonalización racional del mundo moderno. Todo tratamiento debe hacerse en relación con el otro, y dicha relación está reconocida oficialmente como parte integrante de la acción curativa.
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