ACERCA DE LA OBRA
Este no es un libro contra la monarquía, y esto hay que dejarlo claro porque todavía hoy poner el foco sobre la institución monárquica se interpreta como un ataque que provoca el repliegue de todas las fuerzas del Estado en su defensa. Este es, precisamente, un exhaustivo trabajo periodístico que desvela cómo y quiénes forjaron la coraza que blindó a Juan Carlos de Borbón durante décadas, en una suerte de pacto colectivo para preservar la Corona. Cuando, muchos años después de dicho pacto, el rey emérito se ha visto obligado a refugiarse en los Emiratos Árabes Unidos, acuciado por las informaciones que evidencian prácticas poco edificantes en un jefe de Estado, muchos ciudadanos se preguntan cómo pudo actuar de tal manera sin que nada se supiera. La respuesta se ofrece en La armadura del rey, un libro en el que por primera vez se detallan todos los mecanismos, personajes y maniobras que se conjugaron para hacer posible el blindaje de la monarquía española desde que el 23 de febrero de 1981 un golpe militar fallido sirviera para alumbrar el juancarlismo.
La armadura del rey es el relato de una «responsabilidad colectiva» en el blindaje de un rey y sus actos, los que fueran; es la prueba contundente de esa «responsabilidad colectiva» reconocida por todas y cada una de las personas entrevistadas para este libro, que van desde altos cargos en ejercicio de las más altas instituciones del Estado hasta amigos y confidentes del monarca emérito, pasando por muchos y variados personajes de los ámbitos políticos, empresariales y mediáticos del pasado y el presente.
«Más allá de las respuestas a estas preguntas, La armadura del rey bucea en el entramado de poder que ha posibilitado a Juan Carlos I crear una realidad paralela por encima de libertades y derechos fundamentales cuyo respeto se exigen al resto de ciudadanos. Es una protección a la figura del rey emérito que se mantiene en la actualidad, como demuestra la total opacidad en su huida de España y estancia en el golfo Pérsico o la imposibilidad de investigar cualquier irregularidad a través de los cauces parlamentarios. El resultado de esta labor periodística es un relato profuso en datos y testimonios, que da forma a un auténtico operativo de intereses de todo tipo: políticos, empresariales, mediáticos o judiciales. El libro, además, expone con toda su crudeza las miserias humanas de un rey que hacía lo que le daba la gana en un Estado cuya misión era protegerlo de la opinión pública y de la democracia».
INTRODUCCIÓN
Este no es un libro contra la monarquía, y esto hay que dejarlo claro, porque todavía hoy poner el foco sobre la institución monárquica se interpreta como un ataque que provoca el repliegue de todas las fuerzas del Estado en su defensa. Este es, precisamente, un exhaustivo trabajo periodístico que desvela cómo y quiénes forjaron la coraza que blindó a Juan Carlos de Borbón durante décadas, en una suerte de pacto colectivo para preservar la Corona. Cuando, muchos años después de dicho pacto, el rey emérito se ha visto obligado a refugiarse en los Emiratos Árabes Unidos, acuciado por las informaciones que evidencian prácticas poco edificantes en un jefe de Estado, muchos ciudadanos se preguntan cómo pudo actuar de tal manera sin que nada se supiera. La respuesta se ofrece en La armadura del rey, un libro en el que por primera vez se detallan todos los mecanismos, personajes y maniobras que se conjugaron para hacer posible el blindaje de la monarquía española desde que el 23 de febrero de 1981 un golpe militar fallido sirviera para alumbrar el juancarlismo.
El PSOE gobernante de Felipe González (1982-1996) fue el partido más aplicado a la hora de proteger a la monarquía parlamentaria, aunque su fidelidad implicase el blanqueamiento de la Corona española hasta nuestros días. El PSOE de Pedro Sánchez, en el Ejecutivo desde 2018, se ha convertido también en el sostén principal de la monarquía, hoy encabezada por Felipe VI, heredero de Juan Carlos. Si los socialistas decidieran abrir el melón del debate sobre la forma del Estado, la monarquía podría tener los días contados: derecha y ultraderecha defienden a la Corona en su condición de fervientes monárquicos, caiga lo que caiga, pero el PSOE, haciendo una pirueta justificativa cada vez más inverosímil en el siglo XXI, sigue declarándose republicano y defendiendo una monarquía «más democrática», como no la fue, ni mucho menos, la encarnada por el emérito. Y así se prueba en estas páginas.
La armadura del rey es el relato de una «responsabilidad colectiva» en el blindaje de un rey y sus actos, los que fueran; es la prueba contundente de esa «responsabilidad colectiva» reconocida por todas y cada una de las personas entrevistadas para este libro, que van desde altos cargos en ejercicio de las más altas instituciones del Estado hasta amigos y confidentes del monarca emérito, pasando por muchos y variados personajes de los ámbitos políticos, empresariales y mediáticos del pasado y el presente.
¿Primaron intereses particulares, políticos, periodísticos y empresariales, o todos ellos, en el blindaje de Juan Carlos I? ¿Resulta creíble el argumento de que había que pagar el peaje de la inviolabilidad del rey y aceptar su comportamiento censurable por la estabilidad democrática? ¿O la restauración monárquica en Juan Carlos I constituyó, en realidad, la columna sobre la que sostener los privilegios de un Estado conformado durante una Transición de claros ganadores y perdedores que se nos vendió como perfecta? ¿Por qué el PSOE no se atreve a asumir de una vez el alma republicana de sus bases y sus Juventudes Socialistas? ¿Qué cadáveres tienen en el armario los socialistas para alinearse con una derecha radical en la defensa de la Corona? ¿Llegará Leonor a reinar?
Más allá de las respuestas a estas preguntas, La armadura del rey bucea en el entramado de poder que ha posibilitado a Juan Carlos I crear una realidad paralela por encima de libertades y derechos fundamentales cuyo respeto se exigen al resto de ciudadanos. Es una protección a la figura del rey emérito que se mantiene en la actualidad, como demuestra la total opacidad en su huida de España y estancia en el golfo Pérsico o la imposibilidad de investigar cualquier irregularidad a través de los cauces parlamentarios. El resultado de esta labor periodística es un relato profuso en datos y testimonios, que da forma a un auténtico operativo de intereses de todo tipo: políticos, empresariales, mediáticos o judiciales. El libro, además, expone con toda su crudeza las miserias humanas de un rey que hacía lo que le daba la gana en un Estado cuya misión era protegerlo de la opinión pública y de la democracia. No es de extrañar, pues, que muchas de las personalidades que estuvieron dispuestas a contribuir en este libro hayan declinado que su nombre salga reflejado. Han hablado ministros, ministras, secretarios y subsecretarios de Estado, directores de gabinete, portavoces parlamentarios, diputados y senadores, jueces en ejercicio o retirados, presidentes y consejeros autonómicos, alcaldes y otros altos cargos institucionales, así como sus antecesores, pero también militares y agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, periodistas, empresarios, extrabajadores de la Casa Real y numerosas personalidades de la cultura y la vida social de España. Todos los testimonios han sido valientes (mucho más de lo esperado, quién sabe si en un ejercicio de catarsis amparado por la protección de las fuentes) y de gran ayuda para componer el gran puzle que supone este libro sobre Juan Carlos I, sobre su culpabilidad en primer lugar y sobre la responsabilidad de todo un Estado después.
17 de enero de 2021
ANA PARDO DE VERA (Lugo, España, 1974) se licenció en Filología Hispánica y cursó posteriormente un máster en Medios de Comunicación.