Benoît Lefèvre - Maximilien Robespierre

• ¿Nacimiento? El 6 de mayo de 1758 en Arras (Francia).
• ¿Muerte? El 28 de julio de 1794 en París (Francia).
• ¿Contexto? La Revolución francesa (1789).
• ¿Principales aportaciones?
  • La democracia.
  • La igualdad entre los ciudadanos.
  • La soberanía popular.

Maximilien de Robespierre, abogado de formación, se centra en una carrera política desde los inicios de la Revolución francesa en 1789. Este gran defensor del pueblo resulta ser un orador prolijo y pronuncia al menos 1000 discursos en 5 años en distintas asambleas, donde lucha por ganarse el afecto del pueblo defendiendo su causa. Enseguida se convierte en una de las personalidades más influyentes de la Revolución. La fuerza de sus convicciones y su implicación en su causa le permiten alcanzar la notoriedad rápidamente. Pero su audacia también le granjea enemigos que no dejan de ponerle obstáculos en el camino. Aun así, durante toda su vida, logra superar las dificultades con su voluntad y su tenacidad, hasta imponerse como el hombre fuerte del Terror (5 de septiembre de 1793-28 de julio de 1794). Cuando se encuentra en la cima de su popularidad, sufre a la vez los efectos de un régimen que la población considera demasiado cruel y las intrigas de sus enemigos políticos, que lo llevarán a la guillotina.

Robespierre, considerado a veces un mártir y, a veces, un monstruo de la Revolución francesa, pasará a la posteridad como el hombre político artesiano que aporta a la Revolución francesa valores republicanos que, hoy más que nunca, se proclaman con fuerza.

Retrato de Maximilien de Robespierre, c. 1790.

Maximilien François Isidore de Robespierre nace en Arras, en el norte de Francia, el 6 de mayo de 1758, cuatro meses después de la boda precipitada de sus padres. Proviene de una familia de la pequeña nobleza compuesta por comerciantes y por representantes de la ley cercanos al mundo rural. Tiene dos hermanas, Charlotte y Henriette, así como un hermano, Agustín (1764-1794), que también iniciará una carrera política. El padre, François, es abogado en el Consejo de Artois. Maximilien de Robespierre tiene tan solo 6 años cuando fallece su madre al dar a luz a otro hijo, que tampoco sobrevive. François, llevado por la tristeza, se endeuda y desaparece antes de morir lejos de su familia en 1777. A partir de ese momento, los jóvenes son criados piadosamente por sus abuelos maternos, que viven modestamente. Robespierre, que se ve privado de modelos parentales, construye su personalidad con las lecturas de los grandes clásicos de la literatura.

Inicia sus estudios en 1765 en Arras. A continuación, la abadía de Saint-Vaast le concede una modesta beca anual que le permite continuar su formación a partir de 1769 en el colegio Louis-le-Grand en París. Allí estudia Historia y Retórica, y se apasiona por la Filosofía. En los pasillos, se codea en particular con Danton (1759-1794) y con Camille Desmoulins (1760-1794), pero al sentirse aislado en ese mundo de condición social superior, se refugia en el trabajo sin entablar una auténtica amistad con sus compañeros.

En 1781, obtiene una licenciatura en Derecho y vuelve a Arras, con 600 libras en el bolsillo, que se le ofrecen como recompensa por sus estudios completados de forma brillante. Enseguida se inscribe en el colegio de abogados, con lo que sigue los pasos de su padre. Vive éxitos profesionales y sociales inmediatos, y eso le da una seguridad financiera. En 1783, se convierte en catedrático en la Academia de Arras, donde rápidamente ejerce diversos cargos honoríficos. Ejerce su talento literario y redacta sus primeros ensayos, en los que ya defiende la igualdad de todos frente a la justicia. En 1787, se incorpora al círculo literario de los Rosati, donde se codea con la élite local y se gana el aprecio de sus compañeros.

Pero le cuesta hacer que su carrera de abogado despegue. En efecto, con su tono provocador, pone en entredicho la organización de la justicia y la estructura del orden público, algo que no gusta a los notables ni al clero. Sus posturas irritan a las autoridades, que lo silencian; pero para Robespierre su fama ante el pueblo sabe a victoria. A partir de ese momento, desarrolla una frustración que le dará más adelante la energía necesaria para defender con fuerza sus ideales.

El anuncio de la convocatoria de los Estados Generales durante el verano de 1788 es la oportunidad para que Robespierre vuelva a la carga e inicie una carrera política. Logra ser elegido el 26 de abril de 1789 para representar al tercer estado de Artois. Poco a poco, se impone como un líder de opinión. Robespierre, que defiende fervientemente al pueblo —con el que en realidad jamás ha tenido un contacto real— y a los negros, lucha por la igualdad de todos los ciudadanos. También predica a favor de una educación obligatoria y gratuita. Este hombre de convicciones se muestra intransigente con los que actúan en contra de sus ideas, un temperamento que se confirma con el Terror, del que se convierte en el personaje emblemático.

Los Estados Generales, grabado de Alphonse Lamotte, 1889.

Físicamente, Robespierre es un hombre pequeño que presta mucha atención a su aspecto. Aunque en apariencia es frío y distante, se muestra sensible y muy nervioso. Tiene una salud robusta, pero su empeño en el trabajo le da una tez pálida. Sus costumbres rigurosas lo llevan a apartarse del alcohol. A pesar de algunos intercambios epistolares y de algunas relaciones pasajeras, no muestra interés por las mujeres y por el placer carnal, al que percibe únicamente como una forma de corromper su mente. Solo habría tenido una relación amorosa con la hija del carpintero parisino en cuya casa vive modestamente a partir de agosto de 1791. En efecto, nada debe distraerlo de la única misión que se plantea: la de defender los derechos del pueblo. Esta devoción total a una causa le sirve para que sus iguales lo llamen a partir de 1790 «el Incorruptible». Su determinación y su perseverancia en la lucha por la igualdad de los ciudadanos lo llevan a granjearse muchos enemigos.

A partir del 27 de pradial del año II (12 de junio de 1794), cansado por 5 años de trabajo intenso y de presencia constante en distintas tribunas, afectado por atentados fallidos dirigidos contra él, nota cómo se deteriora su salud. Además, cada vez se muestra menos activo, hasta llegar a desaparecer durante 25 días. Sus enemigos aprovechan su ausencia para tramar un complot contra él y, el 9 de termidor del año II (27 de julio de 1794), cuando Robespierre, que ya está de regreso, espera que se vote un decreto de acusación contra sus enemigos, estos intentan llevar a cabo un acto de fuerza, lo que llevará a su arresto. La Comuna (es decir, el Gobierno municipal de París que se establece en julio de 1789 y se extiende hasta el mes de octubre de 1795) logra liberarlo y lo lleva al Ayuntamiento, donde los gendarmes no tardan en entrar para volver a arrestarlo y llevarlo a la cárcel de la Conciergerie. Durante el altercado, sale disparada una bala que le fractura la mandíbula. Las fuentes no permiten saber cuál es el origen del disparo. Mientras que algunos relatos lo interpretan como un intento de suicidio fallido, otros creen que la bala es disparada por un gendarme que irrumpe en el Hotel de Ville poco antes del asalto. Una tercera hipótesis evoca el hecho de que habría resultado herido durante un combate individual.