Bernard Millot - La epopeya Kamikaze
Aquí puedes leer online Bernard Millot - La epopeya Kamikaze texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:La epopeya Kamikaze
- Autor:
- Genre:
- Índice:5 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
La epopeya Kamikaze: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La epopeya Kamikaze" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
La epopeya Kamikaze — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La epopeya Kamikaze " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
El libro explica la filosofía y el estilo de vida japonés, desvinculándose del punto de vista occidental que siempre ha denigrado esta forma de actuar, pensando que los japoneses estaban locamente imbuidos de un fanatismo exacerbado que los hacía actuar de esa forma deshonrosa.
Todo lo contrario, los japoneses defendían su casta militar, su código de actuación desde tiempos inmemoriales de esta forma, para ellos la más honrosa posible pasando de la improvisación a la premeditación.
Bernard Millot
ePub r1.0
Rob_Cole 30.01.2018
Título original: L’Épopée Kamikaze
Bernard Millot, 1969
Traducción: I. Martí Ciurana
Retoque de cubierta: Titivillus
Editor digital: Rob_Cole
ePub base r1.2
BERNARD MILLOT (Paris, Francia, 1929). Autor especialista en historia de la Guerra del Pacífico y en las construcciones aeronáuticas d’Outre -Atlantique.
Entre sus obras destacan Les avions Grumman, 1929-1989 (1993); Les avions Lockheed 1913-1988 (1989); La bataille aéronavale de Leyte, (1996) y L’Épopée Kamikaze (1969).
AL CONSTATAR el alto mando nipón, que la próxima etapa de la reconquista americana sería, con toda evidencia, el archipiélago de las Filipinas, una extraordinaria efervescencia se adueñó de todos los servicios japoneses. Estas islas tenían una extraordinaria importancia estratégica y jugaban un papel tan decisivo, que su defensa justificaba la puesta en acción de todas las fuerzas navales y aéreas disponibles. De hecho, tas Filipinas constituían el postrer baluarte importante del Imperio del Sol Naciente, en cuanto que protegían la vital línea de aprovisionamiento de materias primas indispensables para la metrópoli, tarea laboriosa y sangrienta. Era, pues, de primera importancia asegurar la defensa del archipiélago y se hacía necesario provocar un gran enfrentamiento que hiciese tambalear la inexorable reconquista americana.
Con esta intención nació el Plan Sho-Go (operación de la victoria), que se proponía dos objetivos: en primer lugar, contener e incluso impedir, mediante una acción masiva, el probable desembarco americano en las Filipinas; en segundo término, provocar al enemigo tantas pérdidas que éste renunciase a su avance en dirección al Japón metropolitano. Las destrucciones previstas debían ser tan colosales y espectaculares, que Estados Unidos perderían su superioridad, lo que consecuentemente les conduciría a detener su ofensiva e incluso a iniciar conversaciones de paz honorables para Japón. El Plan Sho-Go y el éxito considerable que se esperaba de él eran de extrema importancia y concretaban todas las esperanzas que tenía el pueblo nipón en obtener la victoria.
Para lograr el resultado esperado, era conveniente volcar en esta batalla esencial, la mayor cantidad posible de fuerzas japonesas. La idea general del Plan Sho-Go era la realización de una gigantesca tenaza que se cerrase sobre las fuerzas navales americanas agrupadas en las inmediaciones ele la isla de Leyte, enclavada en el centro de las Filipinas. La operación iba a ser violenta, atrevida y masiva; en una palabra: decisiva.
El Plan Sho-Go , al igual que todos los proyectos operacionales japoneses, era muy complicado. Las acciones de las tropas, los mandos y los privilegios se mezclaban de un modo caótico. A fin de simplificarlo, vamos a esbozar sus grandes líneas tácticas. En un principio, la aviación naval que permanecía en tierra y que había sido considerablemente reforzada, sería la encargada de iniciar la acción teniendo como misión destruir del treinta al cuarenta por ciento del potencial naval enemigo. Según las intenciones del alto mando japonés, esta misión especial tenía como finalidad debilitar la flota americana, haciéndole perder su aplastante superioridad, con lo que la marina imperial podría hacerle frente en condiciones menos desiguales. La flota de superficie nipona debía seguidamente penetrar en el mar de las Filipinas, introduciéndose allí por dos pasos situados al norte y sur de la zona prevista, y convergir en dicha zona, para destruir los buques americanos allí situados. Se creía que la concentración de todas estas fuerzas navales niponas, así como el efecto inevitable de sorpresa, provocarían un desastre del que difícilmente lograría rehacerse el enemigo.
Sin embargo, el estado mayor de la marina era menos optimista y no podía ignorar la extraordinaria fuerza y la aplastante superioridad de la flota americana, a la que con demasiada frecuencia había tenido que hacer frente. El Almirantazgo nipón pensaba que la acción de la aviación terrestre no sería suficiente para debilitar al enemigo y que se hacía necesario poner en práctica una vieja estratagema, es decir, dividirle y destruirle en acciones distintas y sucesivas. Se sabía que la flota de guerra americana tenía como objetivo proteger a distancia las operaciones de desembarco previstas; y parecía ser que permanecería en aguas de las playas de invasión, a menos que…
Se hacía necesario atraer lejos de esta zona a la flota de guerra enemiga, a fin de permitir a la marina imperial llevar a cabo dos acciones separadas. De este modo nació la idea del cebo. No se trataba ya, tal como ocurrió el 24 de agosto de 1942, en el curso de la batalla de las islas Salomón orientales, de sacrificar tan sólo un portaaviones ligero, sino que había que volcar en ella un cierto número de buques de gran tonelaje, para atraer de tal modo a los jefes americanos, que éstos no pudiesen ofrecer ninguna resistencia. La composición de este cebo fue tanto más sustancial cuanto que la marina imperial disponía por aquella época de portaaviones muy escasos de aparatos. Además, los aviadores eran mediocres y faltos de experiencia. Estos barcos no podían ser de utilidad táctica, por lo que fueron empleados en esta flota de sacrificio. Conociendo la tendencia americana de atacar preferentemente a los portaaviones, nadie dudaba de la irresistible atracción que supondría una importante escuadra de reclamo.
Una vez bien sentado todo lo que antecede, el plan de operaciones japonés se convertía en un asunto muy simple: la flota de batalla americana abandonaba su misión de protección y corría hacia el cebo, en la parte norte; la fuerza naval nipona cerraba un poco más su tenaza sobre los buques de la flota de invasión americana y sobre las fuerzas de ayuda, en las inmediaciones de la isla de Leyte; finalmente, una vez obtenida la victoria, la marina japonesa volvía de nuevo sobre la flota de guerra americana. El dispositivo japonés era el siguiente:
- La aviación nipona de tierra intervenía para realizar un primer ataque contra el potencial naval americano y para asestarle el golpe definitivo, en caso de haber salido victoriosas las fuerzas navales niponas.
- La escuadra que haría de cebo para los portaaviones del vicealmirante Jisaburo Ozawa, llegaba por el norte para atraer a los jefes americanos en esta dirección.
- La fuerza naval del centro, o cuerpo principal procedente del oeste y a las órdenes del vicealmirante Takeo Kurita, franqueaba el estrecho de San Bernardino, yendo a salir al mar de las Filipinas y descendiendo hacia el golfo de Leyte para constituir el brazo norte de la tenaza japonesa.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «La epopeya Kamikaze»
Mira libros similares a La epopeya Kamikaze. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro La epopeya Kamikaze y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.