Teología de la Perfección cristiana de Royo Marín, BAC Art. 5º “La Dirección espiritual”; “Lecciones de Teología espiritual, de Guibert; San Juan de la Cruz, II Subida al Monte Carmelo 22,9-11; Sata Teresa de Ávila, Vida, 13, 26; “Ejercicio de perfección y virtudes cristianas”, Rodriguez Melgarejo; León XIII, Carta al Card. Gibbons, Testem benevolentiae; Pio XII, Menti Nostrae; Concilio Vaticano II : PO 11 a 18; OT 3, 8, 19
Teología de la perfección cristiana, BAC, ed. 4ta., p.748.
Santa Teresa, Vida 13, 16; 13, 14 y 17; 25,14 Camino Cap. 5. San Juan de la Cruz insiste en que sea experimentado porque “para guiar el espíritu, aunque el fundamento es el saber y la discreción, si no hay experiencia de lo que es puro y verdadero espíritu, no atinará a encaminar el alma en él, cuando Dios se lo da, ni aun lo entenderá”, Llama de Amor Vivo, 3 n. 30
Teología Espiritual; De Guibert, n 190
Para complementar esta exposición, conviene tener presente algunas nociones de psicología de la religiosidad. Se puede consultar los apuntes del Psicólogo Rodolfo Núñez Hernández, sobre el tema. Ahí se encuentran aspectos interesantes sobre el ciclo de vida, desde el punto de vista de la religiosidad. Instituto Profesional, Hogar Catequístico, Av.Miguel Claro 337, Providencia
Cfr. Ortega y Gasset, La rebelión de las masas .
Cfr. Bárbara Tuchman, «Un espejo lejano» , Ed. Plaza & Janes. SA, España, 1990. Corrientes Wyclefitas y Husitas como preludio de la Reforma.
José Kentenich, Postdata de las Jornadas Pedagógicas de 1951 .
P. Kentenich, Pädagogische Tagung 51, Ibid.
Ver capítulo sobre pedagogía de la libertad, p. 51
“Vox populi, vox Dei”
Cfr. Caminos de autoeducación . P. Jaime Fernández. M. 2007 Editorial Schoenstatt, páginas 27 a 78
Cfr. Camino de autoeducación . P. Jaime Fernández M. 2008 Editorial Schoenstatt, páginas 80 a 116
Cfr. Caminos de autoeducación. P. Jaime Fernández M. Ed. Schoenstatt 2008 Páginas 118 a 132
León XIII en una carta al cardenal Gibbons, Testem benevolentiae, 1899.
ACOMPAÑAMIENTO
ESPIRITUAL
Acompañamiento Espiritual
P. Jaime Fernández Montero
© Editorial Nueva Patris S.A.
N° Inscripción: 180.681
ISBN: 978-956-246-396-6
José Manuel Infante 132
Teléfono: +56 2 2235 1343 - Fax: +56 2 2235 8674
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Santiago, Chile
P. Jaime Fernández Montero
Acompañamiento
Espiritual
Prólogo
Estas reflexiones tuvieron su origen en dos talleres sobre pedagogía pastoral realizados por el autor con un grupo de sacerdotes en Puerto Rico. Debido al interés que suscitó el tema, algunos señores obispos pidieron que se elaboraran los apuntes que se habían ocupado en la conducción de los talleres para presentarlos en forma de un pequeño manual práctico para ayudar a los sacerdotes en el acompañamiento espiritual. La generosa iniciativa del Sr. Obispo de la diócesis de Arecibo, Mons. Miguel Rodríguez, hizo posible que en agosto de 1988 se publicara la primera edición de este libro con el nihil obstat de don Bernardino Echeverría Ruíz, cardenal-arzobispo de Guayaquil. Han transcurrido muchos años desde la primera edición. Hemos visto conveniente elaborar una nueva versión, ampliando el ámbito de los destinatarios a fin de abarcar a nuevos círculos de interesados. Esta reelaboración se debe a que, al comienzo el libro estuvo pensado sólo para sacerdotes, con el tiempo se vio la necesidad de abarcar a todas las personas que prestan un servicio de acompañamiento espiritual. Muchas religiosas y laicos comprometidos pertenecientes a movimientos y asociaciones religiosas, aunque sin cumplir las mismas tareas que el sacerdote, han comenzado a asumir fecundamente la tarea de acompañar y apoyar espiritualmente a sus hermanos. A ellos queremos ofrecer especialmente este aporte.
En la Iglesia existen muchas obras clásicas sobre el acompañamiento espiritual. No nos interesa abundar en los temas que ya han sido tratados en ellas con mucha erudición, así es que simplemente nos remitimos a las obras más ampliamente difundidas. El sentido de este libro es ayudar a llenar algunos vacíos pedagógicos que suele experimentarse en relación al acompañamiento. Quienes se han interiorizado en el tema encuentran fácilmente los fundamentos teológicos y las metas ascéticas, pero no encuentran suficiente material que los oriente acerca de los caminos pedagógicos que deben seguir para hacer un acompañamiento fecundo. En efecto, cuando se sienten requeridos por otros fieles que necesitan una ayuda a través de un acompañamiento espiritual sistemático, experimentan la carencia de los fundamentos pedagógicos para responder a tales requerimientos y se tienen que contentar con aplicar sus criterios e intuiciones. A ellos quisiéramos entregarles un compendio con algunas de las bases mínimas sobre la pedagogía del acompañamiento. En los demás temas, sobre los que ya existe suficiente material, sólo diseñaremos el marco referencial invitando a quienes quieran profundizar en esos temas a recurrir a los manuales clásicos. Estamos conscientes de que en este primer intento apenas podremos ofrecer una ayuda incipiente en el complejo arte del acompañamiento espiritual. La limitación auto-impuesta en relación a la dimensión del libro responde al anhelo de hacerlo práctico, pero, al mismo tiempo, teniendo consciente que no será posible evitar el peligro de que el libro resulte poco exhaustivo y profundo.
El contenido fundamental de todo el planteamiento pedagógico que quisiéramos aportar ha sido extraído de las inagotables arcas de la Iglesia pero, muy especialmente de la riquísima práctica sacerdotal del P. José Kentenich, sacerdote alemán fallecido en 1968 y fundador de la Obra Internacional de Schoenstatt. Muchas de sus obras han sido traducidas al castellano.
Los rasgos característicos del adolescente
Hay tres rasgos propios del adolescente y del joven que deberá tener presentes el acompañante: el idealismo, el radicalismo y el espíritu comunitario. A partir de estas características podrá comprender mejor muchos de los procesos que se dan en un joven determinado.
1. El idealismo juvenil
Analicemos, primeramente, el idealismo como factor pedagógico. Es muy fácil que un acompañante se engañe actualmente al ver a los jóvenes tan faltos de entusiasmo. Podría pensar que han perdido su idealismo característico. Sin embargo, esto no es así. Si no toma conciencia de esto, difícilmente podrá conducir bien. Muy a flor de piel y, a pesar de todas las apariencias, detrás de cada joven hay un alma idealista. Para entender el alcance de esta afirmación, la analizaremos desde dos perspectivas: psicológica y pedagógica.
A la luz de la psicología, podemos distinguir tres aspectos dignos de consideración: el primero es el origen del idealismo en el joven. El trasfondo del idealismo es el ansia o descontento o inquietud que lo presiona desde adentro. Esta inquietud alimenta el fundamento de su idealismo y, por eso, tiene una gran importancia para el acompañamiento de jóvenes. San Agustín, al comienzo de sus Confesiones nos muestra el fondo de esa inquietud vaga en el hombre: “ Tú me creaste para ti, e inquieto está mi corazón hasta que no repose en ti” . Puede ser que un joven no tenga claro qué hay detrás de su inconformismo, pero no es otra cosa que la manifestación de la tendencia a la trascendencia. Esto lo hace percibir el abismo que existe entre su realidad y lo que vagamente quisiera alcanzar en el plano individual y social. Esto lo impacienta, aunque no logre definir qué es lo que quiere. Simplemente se da cuenta de que “hay que cambiarlo todo…”