H A CIA EL PADRE
En el año 1976, se editó por primera vez esta versión en español de “Hacia el Padre”. A la fecha se han impreso trece reediciones sumando un total de 49.000 ejemplares. HACIA EL PADRE
Texto: P. José Kentenich
Traducción: P. Joaquín Alliende Luco
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3ª.
Edición Corregida, Febrero, 2004 4ª. Edición, Febrero, 2006 / 5ª. Edición, Febrero, 2007 6ª. Edición, Mayo, 2009 / 7ª. Edición, Marzo, 2010 8ª. Edición, Marzo, 2011 / 9ª.
Edición, Marzo, 2012 Inscripción N° 45.616 ISBN: 978-956-246-496-3 Consagración nocturna
Tras el peso y el afán del día,
junto a ti, que nos guiaste y nos escogiste como instrumento, Padre, buscamos el reposo. Agradecimiento Alabanza y gratitud a ti,
Compañero de esta jornada, a ti, que realizaste por nosotros lo que te alegra y regocija. Con nuestras manos
fuiste agregándole a Schoenstatt piedra tras piedra, a esta Obra que ha escogido tu bondad para llevar salvación al mundo entero. María, la Madre fiel que nunca nos deja solos,
con fuerza nos tuvo de su mano, porque nos confiaste tu Obra a nosotros, que somos Iglesia, esposa del Señor.
Todas las bendiciones de este día
fluyeron desde el altar; como un inmenso mar de gracias majestuosamente nos mantuvieron y nos llevaron. Padre, con amor nos saludaste
y pusiste dulzura en nuestras vidas, porque el Señor en los hombres se nos manifestó una y otra vez. Solicitando nuestra compañía,
por el dolor humano a menudo nos llamó; para asemejarnos a él una y otra vez nos trajo la cruz.
Lo que alegró tu mirada
retorne, Padre, a la fuente de gracias, que brota desde nuestro santuario para honra tuya, del Hijo y del Espíritu Santo. CONFESIÓN DE CULPA Padre, por la expiación de su sangre preciosa,
Jesús nos reconcilie con tu corazón entristecido por cuanto hicimos sin el debido amor. Considera a María como Abogada nuestra
y escucha su petición de Madre; recibe con benignidad sus méritos y míranos paternalmente. Muchas veces, cuando el mundo nos sedujo,
nuestros corazones se endurecieron. A menudo no estábamos vigilando cuando nos expresaste tus deseos. Muchas reservas ocultas
nos cansaron y enfriaron; muchas malas pasiones menguaron la fuerza del amor.
A menudo, los hechos con que hoy te indignamos
destruyeron nuevamente lo que, con palabras, habíamos predicado y anunciado. A menudo malgastamos tiempo y oportunidades.
Las faltas de omisión, que nos privaron de tu benevolencia, Padre, nos oprimen pesadamente. Para pena tuya
se oscureció nuestro gran ideal (I.P.) y la batalla del día fue débil (E.P.), porque nos faltó espíritu y acción. (Examen de conciencia - ideal personal, examen particular) Ejercicio de la muerte
La intimidad de nuestras almas
desnuda está ante los ojos del Señor, que aparecerá como juez un día a juzgar a todas las naciones. Libremente nos desprendemos ahora
de las ataduras que aún nos aprisionan; Padre, en Cristo nos entregamos a ti sin reservas, filialmente. Participamos de la agonía de Cristo
y de su muerte de cruz, tal como será al fin de nuestras vidas en la unción con el santo óleo.
La mano toca cada uno de los sentidos
y te solicita, Padre, que los libertes de las cadenas que durante el día de hoy los ataron quitando al alma su vigor. Mucho nos duelen nuestras faltas.
Nuestro corazón culpable lo sumergimos en el mar de amor consagrándolo nuevamente a ti por entero. Tú nos regalaste amor
y nosotros te ofendimos; nos colmaste con dones y nosotros te olvidamos. Por eso nuestra labor por los hombres
no alcanzó toda su fecundidad. Lo que una mano había construido, lo destruyó la otra en un momento. Por nuestra culpa nos miras con tristeza
a nosotros, a quienes tú has amado, y a nuestro santuario, propiedad de nuestra Madre.
El futuro será distinto:
dejaremos de lado las apariencias; sólo iremos en pos del ideal, que por todas partes nos alumbra. Petición Danos reposo en tu protección;
sé para nosotros escudo y defensa potente en contra del dominio de instintos y sentimientos, y de las argucias de Satanás. Con el amor que de ti nace,
colma mi alma hasta lo hondo; así viva únicamente para la Obra que alza al mundo hacia ti. Que mañana nos levantemos sanos y renovados a la hora señalada, para consagrarte con generosa servicialidad nuestra fuerza y nuestro tiempo. Madre, inscríbenos en tu corazón
y llévanos contigo hacia el cielo. La Alianza, que sellamos en una hora de gracias, la renovamos ahora con fidelidad.
Bendición Descienda la bendición de Dios
sobre los consagrados por entero a Schoenstatt, trayéndoles felicidad y salvación aquí y en la eternidad. Amén.
(“Uniendo nuestras fuerzas”) J. Kentenich
Notas
N.T. Cuando a los pocos meses de ser dejado libre de la prisión el P. N.T. N.T.
Escrita por el P. José Kentenich el 29 de marzo de 1945, el mismo día que compuso el Angelus, una semana antes de ser liberado de Dachau. N.T. El 19 de marzo de 1945, día de su santo, el P. Kentenich tiene la posibilidad de celebrar la Eucaristía. En esa fecha comienza a escribir la misa.
Para el 25, fiesta de la Anunciación, la tiene casi completa. La termina el 29, cuando regala el “evangelio” y el “credo” a sus compañeros de prisión. Estos textos siguen un estilo pastoral extendido en Alemania, el que antes del Concilio Vaticano II servía para facilitar la participación de los fieles en una Eucaristía celebrada en latín. El uso actual de estas oraciones en la liturgia está normado por las disposiciones pertinentes, las cuales ofrecen varias posibilidades para ello. N.T. En esta oración el P.
Kentenich personaliza el amor divino; por eso la palabra “amor” recibe un tratamiento gramatical correspondiente al de un nombre propio. N.T.: La palabra alemana “Eltern” que usa el autor, engloba en su significado a los progenitores masculino y femenino. Aquí se pide por los superiores que conducen las comunidades de Schoenstatt, a quienes se les ve como representantes paternales o maternales de Dios. N.T. En 1944, el sacerdote Heinz Dresbach sugiere al P. El P. El P.
Kentenich solicita proposiciones de parte de los sacerdotes. El P. Joseph Fischer y el sacerdote checo Vaclav Soukup elaboran la distribución de las escenas bíblicas para las diferentes horas a lo largo del día. El autor escribe el Oficio entre el 11 y el 14 de agosto. Lo entrega a la comunidad sacerdotal en la fiesta de la Asunción de la Virgen María, el 15 de agosto. N. N.
T.: Se expresa con “tri-unidad” la unidad del bautizado con Cristo y con María. Estas líneas corresponden a las estrofas N˚ 4721 de la obra “La imagen del pastor” y contienen el resumen, la quintaesencia de esa obra. El P. Kentenich escribió estos versos el 24 de octubre de 1943, con ocasión de los 800 años de Schoenstatt como lagar de fe y de oración desde que allí se estableció un convento de agustinas. En esa comunidad, durante cuatro siglos, floreció la vida religiosa. N.T. N.T.
En la Familia de Schoenstatt la expresión original “im Geiste” ha sido interpretada de preferencia por “espiritualmente”. Así se capta el sentido que otorgó a esta oración la primera comunidad que la rezó: el P. José Kentenich y los sacerdotes prisioneros en Dachau. Con estas palabras expresaban su anhelo por estar presentes en el pequeño santuario del valle de Schoenstatt. El idioma alemán deja también la posibilidad de entender ese texto como “en el Espíritu Santo”. N.T.
El sacerdote Heinz Dresbach ha narrado que el P. Kentenich inicialmente sólo había escrito la primera estrofa de esta doxología. La presentó a los sacerdotes, que la consideraron insuficiente. Entonces compuso la segunda. Pero, aún así, sus compañeros de prisión más cercanos no se declararon satisfechos. N.T. N.T.
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