Romain Parmentier - Neil Armstrong

• ¿Nacimiento? El 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta (Ohio)
• ¿Muerte? El 25 de agosto de 2012 en Cincinnati (Ohio)
• ¿Contexto? La conquista del espacio
• ¿Objetivo de la expedición? Enviar a hombres a la Luna
• ¿Regiones del universo exploradas? El espacio y el suelo lunar
• ¿Hazaña? Es el primer hombre que pisa la Luna y que toma muestras del satélite

El ser humano ha observado desde siempre el cielo y, en especial, la Luna, que lo ha fascinado hasta el punto de soñar con pisarla un día. Finalmente, la conquista espacial del siglo XX le brindará la oportunidad de hacerlo. El 16 de julio de 1969, el cohete Saturno V, que contiene la nave Apolo 11, despega desde la base americana de Cabo Cañaveral. A bordo van tres astronautas, entre los que se encuentra Neil Armstrong. Destino: ¡la Luna!

Los Estados Unidos llevan prácticamente una década preparándose para semejante hazaña. Inmersos, en plena Guerra Fría (1945-1990), en una carrera desenfrenada contra la URSS, acumulan retraso en la conquista del espacio y se pierden bastantes primicias en la materia. Sin embargo, los americanos no se dejan ganar; se prometieron que serían los primeros en llegar a la Luna, y que lo harían antes del final de los sesenta. El honor de una nación entera está en juego.

El viaje del Apolo 11 hacia la Luna transcurre sin obstáculos. Después de cuatro días, la nave se pone a orbitar alrededor del satélite. Finalmente, la fase final puede empezar. Neil Armstrong entra en el módulo lunar con uno de sus compañeros e inicia el descenso hacia el suelo. A pesar de algunos problemas técnicos, la tripulación aterriza en la Luna el 20 de julio de 1969, a las 20:17 horas. Tras más de seis horas, Neil Armstrong sale de la nave el 21 de julio y, al pisar el suelo, se convierte en el primer ser humano que camina por la Luna. Es un gran paso hacia adelante para la historia de la humanidad.

Neil Armstrong nace el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta, Ohio, en el seno de una familia modesta. Muy pronto muestra una pasión por la aviación, y obtiene su licencia de vuelo el día en que cumple 16 años, sin tener todavía el carnet de conducir. Su familia no dispone de los medios para pagarle los estudios universitarios, por lo que acepta una beca de estudios de la US Navy a cambio de servir en el ejército durante un tiempo. Así, en 1947 entra en la Universidad de Purdue (en Indiana) donde cursa estudios de ingeniero aeronáutico. Sin embargo, el 26 de enero de 1949 se ve obligado a interrumpirlos para llevar a cabo su servicio militar en la marina. Durante 18 meses, sigue una formación de piloto en un portaaviones. Obtiene su título en agosto de 1950, poco después del inicio de la guerra de Corea (1950-1953). En agosto de 1951 Neil Armstrong, todavía de servicio, es enviado al frente, donde lleva a cabo 78 misiones aéreas con éxito. El año siguiente, finalmente puede reprender sus estudios, que termina en 1955.

Foto de Neil Armstrong tras un ejercicio aéreo en 1960.

El joven inicia a continuación una carrera de piloto de pruebas en aviones de reacción. Esta primera actividad, que realiza hasta 1962, le permite probar motores de alto rendimiento, pero también resulta extremadamente peligrosa. Al mismo tiempo, la carrera para la conquista del espacio se acelera. Tras las hazañas de los primeros astronautas americanos, Neil Armstrong decide presentar su candidatura a la NASA en 1962. Seleccionado para integrar el grupo de astronautas 2, llamado también «New Nine», es el primer civil americano que se convierte en astronauta. Después, participa en el programa Gemini, que tiene como objetivo dominar el control de los vuelos espaciales, las salidas espaciales y las maniobras orbitales. El 20 de septiembre de 1965, Neil Armstrong se convierte en el comandante del Gemini 8, preludio de la misión que le brindará la fama.

Neil Armstrong con su ropa de ejercicio para el Gemini 2.

En paralelo al Gemini, la NASA lanza en 1961 el programa Apolo con el objetivo de enviar un hombre a la Luna. Durante ocho años se suceden las misiones, acercando a los americanos a su objetivo. En el año 1969, todo parece preparado para alcanzar la Luna. Gracias al sistema de rotación de las tripulaciones del Apolo, a Neil Armstrong se le confía el mando del Apolo 11, misión que tiene que mandar a hombres a la Luna. Pero esto no es todo: la NASA le pide, además, que sea el primero en pisar el suelo lunar.

Durante meses, Neil Armstrong y sus compañeros de equipo se someten a un duro entrenamiento para cumplir su misión con éxito. Finalmente, el 16 de julio de 1969, el astronauta alza el vuelo a bordo del cohete Saturno V. Después de haberse desprendido de las fases sucesivas de la nave, el Apolo 11 inicia su viaje. Tras cuatro días de tránsito, la tripulación alcanza la Luna. El 20 de julio de 1969, el módulo aterriza sin dificultades. El 21 de julio, a las 2:56 horas, Armstrong sale de la nave y se convierte en el primer hombre que pisa el suelo lunar. Tras este éxito triunfal, los astronautas vuelven a la Tierra, donde se convierten en héroes nacionales.

Después del éxito de la misión Apolo 11, Neil Armstrong decide que no va a volver al espacio. Opta por una carrera de profesor en el departamento aeroespacial de la Universidad de Cincinnati hasta 1979. Igualmente, forma parte de numerosas comisiones de investigación para la NASA, entre las que cabe destacar las de los incidentes de la misión Apolo 13 en 1970 y del transbordador espacial Challenger en 1986.

Neil Armstrong fallece el 25 de agosto de 2012 a la edad de 82 años, a causa de complicaciones cardiovasculares. Sin embargo, seguirá siendo para siempre uno de los mayores héroes de la historia.

En 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo se encuentra de nuevo dividido entre dos superpotencias: los Estados Unidos y la URSS. Los dos países, junto con sus aliados respectivos, forman dos bloques distintos que preconizan ideologías y modelos económicos antagonistas: los occidentales favorecen el liberalismo y la economía de mercado, mientras que los soviéticos defienden el comunismo y la economía planificada. Este contexto internacional que marca la segunda mitad del siglo XX no lleva, sin embargo, a un conflicto directo entre los Estados Unidos y la URSS, sino a una fuerte rivalidad para afirmar la superioridad de uno sobre el otro.

Este periodo, llamado Guerra Fría, se caracteriza por un estado de tensión y de disuasión permanente entre los dos bloques sin que se inicie un conflicto armado de amplitud mundial —algo que habría sido catastrófico en la era de la bomba atómica—. Sin embargo, los dos bloques intervienen militarmente en conflictos periféricos como la guerra de Corea, las crisis de Berlín (1949 y 1961) o incluso la guerra del Vietnam (1959-1975), lo que agrava de forma inevitable el clima de tensión que reina entre ellos. En los años sesenta, la Guerra Fría llega a su apogeo con la crisis de los misiles de Cuba.

LA PAZ MUNDIAL AMENAZADA

La crisis de los misiles de Cuba (13 de septiembre-20 de noviembre 1962) acentúa la oposición Este-Oeste hasta el punto de amenazar la paz mundial. A principios de los años sesenta, Cuba, contraria al imperialismo americano, favorece el comunismo y se coloca en el bando de la URSS. Esta política hostil hacia los Estados Unidos alcanza el clímax en 1962, cuando Cuba pide protección a su aliado soviético, mediante la instalación de misiles en la isla. La aceptación de Moscú agita los ánimos del bando estadounidense: la instalación de estos misiles representa una verdadera amenaza para los Estados Unidos, que se encuentran cerca de la isla. Mientras algunas naves soviéticas que transportan misiles están de camino hacia el país caribeño, los estadounidenses, que han identificado los lugares de instalación en Cuba, organizan un bloqueo de la isla y lanzan una advertencia a la URSS: la hacen responsable de todo lanzamiento de artefacto nuclear desde Cuba. No obstante, la crisis se resuelve en noviembre de 1962 cuando, queriendo evitar la guerra nuclear, la URSS retira sus barcos. El 30 de junio de 1963, los dos bloques deciden privilegiar la comunicación, instalando un teléfono rojo entre Washington y Moscú.