Véronique Van Driessche - Gorbachov

• ¿Nacimiento? El 2 de marzo de 1931 en Privolnoie, en el territorio de Stávropol (República Socialista Federativa Soviética de Rusia).
• ¿Duración del mandato? Del 11 de marzo de 1985 al 25 de diciembre de 1991.
• ¿Principales aportaciones?
  • El fin de la Guerra Fría (1945-1990) y de la división Este-Oeste.
  • El fin de los regímenes comunistas en Europa del Este.
  • La disolución de la URSS (1990-1991).
  • La apertura a Occidente y a la democracia.

Cuando es nombrado secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), lo que le convierte en el —último— líder efectivo de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov sabe que tendrá que realizar cambios radicales si quiere sacar a la Unión Soviética del callejón sin salida en el que está atrapada. Sin embargo, su acción será más amplia, y sus decisiones marcarán durante mucho tiempo la historia de Rusia, de Europa, del comunismo e incluso de la Guerra Fría. Revolucionará el orden mundial tal como se conoce desde 1945, y el modelo soviético en vigor desde 1922.

Aunque sigue siendo uno de los líderes del siglo XX menos querido por los rusos, los occidentales lo consideran un héroe, y en 1990 lo recompensaron con el Premio Nobel de la Paz por haber puesto punto final a la Guerra Fría, tras haberlo elegido hombre del año, y después de la década, en 1987 y 1989. De la misma manera, Gorbachov despierta una verdadera «gorbymanía» en los Estados Unidos. Lo cierto es que el mundo no puede olvidarse de sus esfuerzos por democratizar el comunismo, de su liberación de miles de disidentes, de la independencia que le devuelve a los países del bloque del Este, de su labor para lograr un acercamiento con Occidente y de la reducción bilateral de armas nucleares y químicas, firmando el fin de la Guerra Fría. Por todo ello, su influencia en el curso de la historia es innegable y vital.

Después de la caída del zarismo (el poder pasa a manos de la burguesía) y de la Revolución de Octubre (el poder pasa a manos de los sóviets, que representan a los obreros y a los campesinos) de 1917, en el contexto de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y después de una guerra civil que continúa hasta 1920, se establece la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR), primer Estado comunista de la historia, bajo el liderazgo de Lenin (1870-1924) y del Partido Bolchevique, renombrado Partido Comunista en 1918. La consigna es la dictadura del proletariado (la mano de obra, según la doctrina marxista), que implica el reparto de tierras entre los campesinos y el control de los trabajadores en las fábricas.

El país es gobernado por un Presidium del Sóviet Supremo, cuyo presidente es el jefe teórico del Estado, y por un Consejo de Comisarios del Pueblo, formando el Gobierno. Detrás de todo esto reina el Partido Comunista, liderado por el Comité Central, cuyo órgano supremo es el Buró Político (Politburó), y cuyo secretario general es el jefe efectivo del Estado.

Lenin sermoneando a los soldados del Ejército Rojo en 1920.

Después de imponer un «comunismo de guerra» (nacionalización del comercio, de los bancos, de la industria e incluso de la artesanía), Lenin se ve obligado a suavizar el régimen: en 1921, su Nueva Economía Política (NEP) marca un retorno limitado al capitalismo de mercado, destinado a reanimar la economía soviética.

El 30 de diciembre de 1922 se crea la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Esta federación de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia (que incluye a Armenia, Georgia y Azerbaiyán) reagrupará a un total de 15 Repúblicas.

Lenin muere en 1924 y el brutal Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, conocido bajo el nombre de Stalin, le sucede a la cabeza del Estado. Aprovechando su poderosa policía política y la burocratización, que se desarrolla ampliamente, logra imponer un poder absoluto durante más de un cuarto de siglo, sin dudar en poner en marcha un verdadero culto a su persona.

Stalin y Lenin.

Nacionaliza todas las tierras agrícolas, que organiza en koljóses y sovjóces, grandes fincas pertenecientes al Estado: se trata de la colectivización. Quienes se oponen a ella son enviados los gulags (campos de trabajo forzado), creados en 1930. También nacionaliza todas las empresas e introduce, a partir de 1928, planes quinquenales que le asignan a cada una de ellas objetivos de producción precisos, cada vez más elevados, para los siguientes cinco años. La Unión Soviética se convierte en la tercera potencia industrial mundial, privilegiando la industria pesada (siderurgia, armamentos y energía) en detrimento de la población y de los bienes de consumo y a costa de grandes fallos (desperdicio de recursos, trabajo descuidado, etc.).

Entre 1934 y 1938, Stalin se deshace definitivamente de todos sus oponentes y de las personas descontentas con el régimen: es el período de la Gran Purga, también conocido como el Gran Terror, durante el que se ejecuta o se deporta a cientos de miles de personas.

El 23 de agosto de 1939, Stalin, que no logra aliarse con las democracias europeas, firma con Adolf Hitler (1889-1945) un tratado de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética. El 22 de junio de 1941, sin embargo, la Wehrmacht (el ejército alemán) lanza un violento ataque contra Rusia y en otoño de 1941 se encuentra a las puertas de Moscú. Pero el invierno ruso salva la situación, y en mayo de 1942, la segunda ofensiva alemana y la batalla de Stalingrado, que termina con la primera victoria de los soviéticos (invierno de 1942-1943), marcan un hito importante en el curso de la guerra, permitiendo que el Ejército Rojo lance la contraofensiva y recupere terreno a los alemanes, hasta su capitulación el 8 de mayo de 1945.

Batalla de Stalingrado.

Después de la guerra, los Estados Unidos y la Unión Soviética, todavía aliados contra la Alemania nazi, se oponen y crean dos alianzas, la OTAN (1949), que reúne a las democracias occidentales (los Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Francia, Luxemburgo, los Países Bajos, el Reino Unido, Dinamarca, Italia, Noruega e Islandia) y el Pacto de Varsovia (1955), que firma la mayoría de los Estados del bloque comunista (la URSS, Albania, Rumanía, Bulgaria, Hungría, Polonia, Checoslovaquia y la República Democrática Alemana).

Durante casi 50 años, el mundo debe repartirse entre estas dos superpotencias y sus ideologías opuestas, comunismo contra capitalismo. Europa es el principal centro de su rivalidad, que se extiende por todo el planeta.

Cuando Stalin muere el 5 de marzo de 1953, se espera una flexibilización del régimen, lo que parece confirmarse en 1956, cuando su sucesor, Nikita Kruschev (1894-1971), condena el sistema de represión, la burocracia y el culto a la persona de Stalin establecido por el propio antiguo líder de la Unión Soviética: es el principio de la desestalinización. Sin embargo, la represión con la que el Ejército Rojo frena el levantamiento de Budapest, en noviembre, muestra que este reblandecimiento es solo relativo. Además, en 1957 comienza la carrera espacial y armamentística, con la puesta en órbita del Sputnik, el primer satélite artificial, que da ventaja a los soviéticos, y después con el envío del primer hombre al espacio en 1961, Yuri Gagarin (1934-1968). En respuesta, el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) lanza el programa lunar, bajo los auspicios de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).