Véronique Bronckart - Desarrolla tu asertividad

Véronique Bronckart, 2017

Traducción: Laura Soler Pinson

Editor digital: Titivillus

ePub base r2.1

• ¿Problemática? ¿Cómo defender nuestro punto de vista y nuestras necesidades sin dejar de respetar los de los demás?
• ¿Utilidad? Reafirmarse siendo uno mismo, sin parecer arrogante o agresivo, permite desarrollar una comunicación eficaz y sana en la empresa.
• ¿Contexto profesional? Relaciones profesionales, desarrollo personal, psicología social, gestión, gestión de conflictos.
• ¿Preguntas frecuentes?
  • ¿Qué es la asertividad?
  • ¿En qué situaciones me puede servir la asertividad?
  • ¿Cómo ser asertivo sin parecer agresivo o arrogante?
  • ¿Asertividad o egoísmo?
  • ¿Cómo cambiar mi comportamiento para ser más asertivo?
  • ¿Qué impacto puede tener la asertividad en mi vida profesional?

Tanto en la vida privada como en la profesional, nos enfrentamos de manera regular a peticiones que nos molestan porque son demasiado recurrentes o porque no se corresponden con nuestros valores. Y, con demasiada frecuencia, no nos atrevemos a decir «no» porque tememos decepcionar o porque queremos evitar un conflicto, y eso a pesar de la frustración, la tristeza o la ira que esta situación nos provoca. ¿Cómo podemos evitar esto? ¿Cómo hacer para no contentarse con responder un «como quieras»? ¿Cómo reafirmarse sin provocar un conflicto o decepción? ¿Cómo evitar herir a los que nos rodean mientras defendemos nuestros derechos?

Solo existe una solución: la asertividad. Este comportamiento a veces se confunde con la arrogancia o la agresividad; sin embargo, no tienen nada que ver. En efecto, mientras que un comportamiento agresivo tiene por objeto dañar a otro y que la arrogancia es una especie de desprecio hacia el interlocutor, la asertividad, por su parte, busca el respeto del otro y de sí mismo. Sin embargo, la línea entre ambas actitudes es delgada y basta con un pequeño error para ser considerado amenazante en vez de benevolente. Por lo tanto, es necesario comunicar de manera adecuada. Para ello, hace falta un buen conocimiento de nosotros mismos, de nuestras necesidades y de nuestros valores.

Si tú también tienes dificultades para argumentar, para decir «no» o si no te atreves a reafirmarte en una reunión frente a tus colegas o a tu superior jerárquico, este libro te ayudará a salir de esas situaciones. Descubre en 50 minutos las claves que te permitirán desarrollar tu asertividad a través de etapas, consejos y ejercicios.

La asertividad, palabra que viene del inglés to assert, «reafirmarse», designa la capacidad para expresarse y para defender nuestros derechos y opiniones, siempre respetando los de los demás. En efecto, un comportamiento asertivo consiste en enunciar de manera directa y honesta nuestras necesidades, nuestras emociones, nuestros límites o nuestras convicciones con confianza y seguridad, sin frustrar por ello al interlocutor.

Desgraciadamente, tras una mala comunicación o una interpretación errónea, la asertividad se percibe a menudo como agresividad o arrogancia, aun cuando su objetivo es el de garantizar el respeto mutuo y no dañar al otro. Esta tabla comparativa de los diferentes comportamientos de los individuos en el marco de las relaciones profesionales te ayudará a comprender mejor el concepto:

La asertividad desempeña un lugar importante en el marco de las relaciones profesionales o en situaciones de gestión:

• tus relaciones profesionales mejoran y se vuelven sanas gracias a la expresión clara y honesta de las respectivas necesidades;
• desarrollas tu inteligencia relacional, es decir, la capacidad de adaptar tu modo de comunicación en función de tu interlocutor y de la situación, y favoreces que tus compañeros se sientan cómodos;
• aumentas tus posibilidades de ganar las negociaciones y de concluir con firmeza tus contratos;
• reduces las fuentes de estrés y los riesgos de burn out cuando te atreves a decir «no» con educación a tus colegas cuando estás sobrecargado;
• refuerzas tu confianza y el sentimiento de seguridad de tu personal con respecto a ti cuando asumes tus responsabilidades y tu postura;
• aprendes a formular críticas constructivas para apoyar el cambio de actos o de comportamientos para alcanzar los objetivos fijados;
• desbaratas los juegos de poder y las manipulaciones siendo honesto contigo mismo, respetando tus necesidades y las de los demás;
• para acabar, mejoras tu bienestar.

Un impacto en toda la empresa

Basta que una o dos personas desarrollen este comportamiento positivo para que se sientan las consecuencias en el ambiente general de la empresa. Los intercambios entre los departamentos y las reuniones ganan en eficacia, puesto que la comunicación es mejor. Se definen mejor los objetivos, y se identifican claramente el papel y la aportación de cada uno, lo que también puede disminuir las fuentes de conflictos. Ocurre lo mismo con las actitudes negativas: tratar a los colegas con desprecio los llevará a reproducir el mismo esquema. Actúa en consecuencia por tu bienestar y el de tu equipo.

Para atreverse a expresarse, hace falta que aprendas a conocerte, a respetarte, a dominar tus emociones y a comunicar tus expectativas, siempre limitando los inconvenientes que podrías causar en tu interlocutor. Si esto te parece complicado, puedes seguir las etapas de la figura anterior, que te simplificarán la tarea.

Conocimiento de uno mismo

La primera etapa hacia la asertividad pasa por tomar conciencia de nuestras necesidades, nuestros miedos, nuestros valores y nuestros límites para aceptarlos. Para ello, pregúntate: «¿Qué necesito? ¿Qué es importante para mí? ¿Qué me motiva? ¿A qué le tengo miedo? ¿Qué me molesta de esta situación? ¿Qué emociones provoca esta situación en mí? ¿Cuáles son mis límites?». Delimitar este contexto te ayudará a discernir qué es fundamental para ti: es inútil reafirmarte y argumentar sobre todos los temas, concéntrate en los que sean sumamente importantes para ti.

Tres categorías de límites

Cabe señalar que existen diferentes formas de límites. Encontramos aquellos vinculados con:

• lo «posible» y lo «imposible». Se trata de diferenciar lo que se puede llevar a cabo de verdad, desde un punto de vista físico, de lo que no se puede efectuar. Por ejemplo, te resultará imposible enviar un correo electrónico si no funciona tu conexión a internet;
• el reglamento y las normas. Esto atañe esencialmente a actos o comportamientos que no respetan las reglas implementadas, aparezcan en un reglamento, en una ley o que deriven de las normas de la sociedad. Por ejemplo, fumar durante una reunión se considerará inapropiado;
• tus valores, tus creencias y tus necesidades. Estos límites aparecen cuando las acciones o las tareas que se te piden provocan en ti un sentimiento de frustración, de malestar o de ira, puesto que son contrarias a tus valores, no respetan tus creencias o te impiden satisfacer tus propias necesidades. Nos referimos principalmente a esta categoría de límites cuando hablamos de un comportamiento asertivo. Imagina que tu compañero te pide que modifiques una cifra que aparece en un documento contable para ocultar un error que ha cometido: no solo va contra las reglas, sino también contra uno de tus valores, la honestidad. Otro caso: tu jefe te pide que te quedes hasta más tarde para acabar un informe, pero te han invitado al restaurante para celebrar el cumpleaños de un amigo: esto contraria tus planes, puesto que necesitabas estar disponible esta noche.