Stéphanie Simmonet - La Resistencia, 1939-1945

Stéphanie Simmonet, 2013

Traducción: Laura Bernal Martín

Editor digital: Titivillus

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Este libro es una guía práctica y accesible para saber más sobre la Resistencia (1939-1945), que le aportará la información esencial y le permitirá ganar tiempo.

En tan solo 50 minutos, usted podrá:

• Descubrir el contexto en el que surge el movimiento de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, en los países invadidos por Alemania.

• Profundizar en los principales personajes y en las organizaciones implicados en la gestión y planificación de estos movimientos.

• Analizar el impacto de la Resistencia para el bando de los Aliados y para los países bajo ocupación alemana durante la guerra.

Stéphanie Simmonet

El combate para preservar la libertad

En 50 minutos
Historia - 0

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Titivillus 29-04-2020

• ¿Cuándo? De 1939 a 1945
• ¿Dónde? En casi toda Europa.
• ¿Contexto? La Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana
• ¿Principales protagonistas?
  • Charles de Gaulle, general y hombre de Estado francés (1890-1970)
  • Jean Moulin, hombre político y resistente francés (1899-1943)
  • Witold Pilecki, militar y resistente polaco (1901-1948)
  • Libertas Schulze-Boysen, periodista y resistente alemana (1913-1942)
• ¿Repercusiones? Aunque la Resistencia contribuye al éxito de distintas acciones realizadas por los Aliados para liberar a Europa de los invasores nazis, el resultado es bastante moderado si se compara con las pérdidas, extremadamente altas.

Describir este movimiento no puede ser más complejo, puesto que implica colocar bajo la misma bandera a un guerrillero, a un repartidor de prensa clandestina, a un saboteador gaullista y a una monja que esconde a niños judíos en su convento. De hecho, definir la Resistencia es un ejercicio arriesgado en la medida en que los compromisos y las experiencias vividas son muy variadas en la Europa ocupada por los alemanes entre 1939 y 1945. Para el historiador François Bédarida (1926-2001), se trata de «una acción clandestina emprendida en nombre de la libertad de la nación y la dignidad humana por voluntarios que se organizan para luchar contra la dominación […] de su país por un régimen nazi o fascista» (Bédarida 1986). Esta definición tiene el mérito de destacar la naturaleza plural del fenómeno. Pero ¿por qué estos voluntarios deciden participar en la Resistencia? ¿Quiénes son? ¿Cómo se involucran y cuáles son las consecuencias de sus actos?

El conflicto comienza el 1 de septiembre de 1939, tras la invasión de Polonia por Alemania. Este evento provoca la entrada en guerra de Francia y de Reino Unido contra los países del Eje (la Alemania nazi, la Italia fascista y, a partir del 27 de septiembre de 1940, el Imperio de Japón), aplicando un tratado militar de asistencia mutua firmado con Polonia en 1921. Durante los años posteriores, Alemania, que multiplica las victorias sobre los Aliados, parece invencible: en abril de 1940, Dinamarca y Noruega son invadidas; en mayo, es el turno de Luxemburgo, de Bélgica y de los Países Bajos; en junio, el ejército francés es aplastado por la Wehrmacht (ejército alemán); y en septiembre de 1940 y, posteriormente, en abril de 1941, Hitler (1889-1945) invade Egipto, Yugoslavia y Grecia para prestar asistencia a la Italia de Mussolini, que estaba fracasando en estas zonas. En junio, es la Unión Soviética la que es atacada, a pesar de que hasta entonces se había salvado gracias al Pacto Molotov-Ribbentrop (acuerdos entre el III Reich y la URSS de Stalin sobre la neutralidad en caso de conflicto entre las dos partes y las potencias occidentales).

Foto de tropas alemanas entrando en Praga en 1939.

Los historiadores sostienen que son tres grandes causas las que se encuentran en el origen de este conflicto. Por una parte, la insatisfactoria regulación de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) mediante los tratados de paz, y sobre todo el de Versalles, que provoca rencor, frustraciones y deseos de reconquista tanto en los vencidos como en algunos vencedores. Por otra parte, las consecuencias de la crisis de 1929 en las frágiles economías de los antiguos beligerantes de la Gran Guerra: el desempleo y la recesión facilitan la llegada al poder de los nacionalistas fascistas (Italia) y de los nazis (Alemania), que aplican políticas de armamento para tratar de salir de la depresión en la que está inmersa su país. En último lugar, las ideologías alegadas por estos Estados totalitarios se oponen totalmente a las democracias aliadas, que temen los efectos de las ambiciones expansionistas y hegemónicas que animan a Alemania y a Italia.

¿Sabías que…?

El 28 de junio de 1919, a la salida de la Primera Guerra Mundial, Alemania y los Aliados firman el Tratado de Versalles. Este es muy criticado por los contemporáneos, y de hecho los Estados Unidos no lo ratifican. Las cláusulas previstas, en efecto, son demasiado severas con los perdedores, lo que exacerba aún más su rencor. Alemania se siente particularmente humillada, sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera la invitan a las conferencias para preparar la paz.

Este tratado, calificado de Diktat por los alemanes, los convierte en los únicos responsables del conflicto y les impone el pago de 132 mil millones de marcos de oro a Francia y a Bélgica a título de reparaciones. Además, el país pierde 68 000 kilómetros cuadrados de su territorio, incluyendo Alsacia y Lorena (anexionada en 1870), una parte de Prusia Oriental que se fracciona a favor de Polonia, que logra así acceso al mar por el corredor de Danzig, y todas sus colonias en África. También se destruye su poder militar.

Sin embargo no es la única nación herida por el tratado de Versalles. Italia, que se encuentra en el bando de los vencedores, habla de una «victoria mutilada», y no recibe los territorios prometidos en los acuerdos de Londres en 1915 (Istria oriental y Dalmacia).

En Varsovia, el 27 de septiembre de 1939, 26 días después de la invasión de Polonia por la Wehrmacht, el ejército polaco es derrotado. En respuesta a la gran brutalidad demostrada por los ocupantes alemanes, el general Michal Karaszewicz-Tokarzewski (1893-1964) crea un ejército clandestino, el esbozo de lo que más adelante se convertirá en el Armia Krajowa («Ejército Nacional»), el 14 de febrero de 1942. Es el brazo armado del Gobierno de la República de Polonia exiliado en Francia, y su principal objetivo es liberar al país preparando un levantamiento nacional en conexión con las acciones de los Aliados.

¿Sabías que…?

El ejército polaco es la mayor organización de resistencia clandestina durante la Segunda Guerra Mundial. Proporciona a los Aliados información vital sobre el frente del Este y sobre las armas secretas alemanas. También organiza la resistencia en el terreno. Destacan sus numerosos sabotajes y la destrucción de trenes de suministro y de centros de enlace alemanes.

Unos meses más tarde, el 18 de junio de 1940, a miles de kilómetros de distancia, en el frente occidental, el general Charles de Gaulle se encuentra en las instalaciones de la BBC para grabar su mensaje dirigido a la nación francesa. En un tono solemne, llama a los franceses a continuar la lucha contra el enemigo alemán: «Pase lo que pase, la llama de la resistencia francesa no debe apagarse, y no se apagará jamás» (Jiménez Barca, 2007). Pero aunque la mitad de los hogares dispone de una radio, solo una parte de la población logra escuchar el mensaje del 18 de junio, ya que la otra parte está sumida en el caos del éxodo. Con todo, el boca a boca funciona y varios periódicos publican al día siguiente extractos del llamamiento, que volverá a estar en el aire el 19 y el 22 de junio.