• Quejarse

Álvaro Abós - La columna vertebral

Aquí puedes leer online Álvaro Abós - La columna vertebral texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1983, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Álvaro Abós La columna vertebral
  • Libro:
    La columna vertebral
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1983
  • Índice:
    5 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 100
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

La columna vertebral: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La columna vertebral" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Álvaro Abós: otros libros del autor


¿Quién escribió La columna vertebral? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

La columna vertebral — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La columna vertebral " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

ÁLVARO ABÓS Buenos Aires Argentina 20 de octubre de 1941 Antiguo abogado - photo 1

ÁLVARO ABÓS (Buenos Aires, Argentina, 20 de octubre de 1941). Antiguo abogado laboralista, comenzó a publicar al regreso de su exilio en España. Es autor de los ensayos La columna vertebral. Sindicatos y peronismo (1983), El poder carnívoro (1985), Al pie de la letra. Guía literaria de Buenos Aires (2000), Cautivo. El mural argentino de Siqueiros (2006). En narrativa publicó: De mala muerte (1986), El simulacro (1995), Restos humanos (1991), Delitos ejemplares (1997), El crimen de Clorinda Sarracán (2003), Cinco balas para Augusto Vandor (2004), La baraja trece (2007), Kriminal tango (2011) y La búsqueda del tesoro (2014). Sus biografías son Macedonio Fernández: la biografía imposible (2002), Xul Solar, pintor del misterio (2004), Ciudadano Botana (2013), así como la investigación histórica Eichmann en Argentina (2008). Entre sus premios: el Jaén de Novela, el Alcalá de Henares de Narrativa, y el Primer Premio Municipal de Literatura de Buenos Aires (2012).

CAPITULO I
Bosquejo histórico del sindicalismo argentino

¿Cómo era Argentina a fines del siglo pasado? Un país extenso y casi desierto. En 1890 apenas albergaba a tres millones de habitantes irregularmente distribuidos. Una gran ciudad, Buenos Aires, concentraba a gran parte de ellos.

Económicamente, la principal actividad era la ganadería. Millones de vacunos pastaban en las vastas extensiones de la pampa húmeda y su carne se exportaba a Europa. Toneladas de trigo provenientes de esos latifundios completaban las divisas que llenaban las arcas de la oligarquía porteña. Ésta —un puñado de familias patricias descendientes de los conquistadores— disfrutaba las feraces tierras bonaerenses y era principal usufructuaria de ese inmenso poder económico. A su amparo, florecía la intermediación financiera, ligada al capital inglés que se beneficiaba de una balanza comercial siempre negativa. Argentina era una factoría: el llamado «granero del mundo», una arcadia pastoril que parecía asegurar goces eternos a los grandes mandarines criollos. Los cuales, además de la bonanza económica, se habían asegurado un sistema de poder político a la medida de sus necesidades.

En las luchas fratricidas que ensombrecieron todo el siglo XIX. habían sido reprimidos los levantamientos que protagonizaron los «montoneros» (de montón, grupo pequeño de jinetes que hacía la guerra de guerrillas en un territorio que conocía palmo a palmo). Los nombres de los últimos caudillos derrotados por el centralismo porteño, como Chacho Peñaloza, Felipe Varela o López Jordán, habían quedado confinados en la memoria y en las leyendas populares.

Para la oligarquía era una época de paz y prosperidad. En este mundo idílico no existían sindicatos. La industria no sobrepasaba un nivel rudimentario, de artesanía casi casera.

Argentina, 1900

La necesidad de aumentar la densidad demográfica en un territorio desértico —como condición del desarrollo económico— hizo que la oligarquía impulsara una vivaz política inmigratoria. Oleadas de trabajadores abarrotaron las bodegas y puentes de los barcos. Entre 1880 y 1900 llegaron a Argentina más de 1.500.000 europeos. Entre 1900 y 1910 lo hicieron algo más de 1.700.000: tantos como habitantes tenía el país en 1870.

¿Quiénes eran esos hombres que desembarcaban en el Río de la Plata con la esperanza y la melancolía del inmigrante? Braceros del sur de Italia o de Galicia. Peones o mineros, obreros en paro, despojos de la Europa en acelerado desarrollo industrial. Sobre todo, españoles e italianos. También polacos, rusos, turcos. En menor medida, franceses y alemanes. No eran muchos los que contaban con un oficio: agricultores, fresadores, mecánicos, tejedores, panaderos. En su equipaje no sólo había un ansia de pan y progreso para sus familias. Algunos de aquellos ojos febriles habían visto cosas que, en ese país austral, no se conocían. ¿Qué era un sindicato? ¿Qué era una huelga?

En 1864 se había fundado la Primera Internacional. En 1871 se produjo la insurrección de la Comuna de París. En 1888, en España, se creó la Unión General de Trabajadores. En esa fecha, en Italia, existían ya fuertes sindicatos. En la década del noventa se hicieron grandes huelgas en ciudades como Génova o Turín, Barcelona, Madrid o Bilbao.

Algunos de aquellos desharrapados conocían estos hechos, habían visto flamear banderas rojas, habían combatido contra la policía, habían luchado por mejores salarios o menos horas de trabajo. Algunos de los que dejaban sus países lo hacían perseguidos por la represión antiobrera: eran auténticos agitadores. En la oleada inmigratoria no sólo vino mano de obra barata para asegurar la continuidad de la factoría. También llegaron ideas. Palabras nuevas: socialismo, anarquismo, sindicalismo. Nombres exóticos —Marx, Bakunin— resonaron en los oídos incrédulos de la oligarquía criolla.

La composición humana de la nueva clase obrera, entré 1875 y 1930, fue fundamentalmente extranjera, como correspondía a la realidad demográfica del país. En 1887 los habitantes de la ciudad de Buenos Aires eran 437.000, de los cuales 228.000 eran extranjeros. La primacía de la población foránea recién se quebraría hacia 1914.

La composición humana de la nueva clase obrera, entré 1875 y 1930, fue fundamentalmente extranjera, como correspondía a la realidad demográfica del país. En 1887 los habitantes de la ciudad de Buenos Aires eran 437.000, de los cuales 228.000 eran extranjeros. La primacía de la población foránea recién se quebraría hacia 1914. Los primeros sindicatos que se constituyeron, estaban integrados exclusivamente por europeos. Muchos de ellos tenían denominaciones extranjeras, sus publicaciones se hacían en otro idioma y era frecuente que, en las asambleas, los oradores, se expresaran en italiano, alemán o ruso. Había un «Club Worwarts», fundado en 1882 por inmigrantes alemanes. Algunos de los varios sindicatos gráficos que coexistían en 1907 llevaban estos significativos nombres: «Societè des Travailleurs du Livre» o «Genosenchafts des Budegswekes». Un centro anarquista se llamaba «Ne Dio ne padrone». Entre los periódicos obreros de la época figuraban: «L’avenire», «La questione sociale», «Le revolutionaire» y «La liberte». Casi todos los líderes obreros fueron extranjeros. En Buenos Aires activaron sindicalmente Enrico Malatesta, Pietro Gori y el catalán Pellicer Paraire, discípulo de Anselmo Lorenzo. En la década del veinte pasaron, como una ráfaga, los legendarios Durruti, Ascaso y Jover. En 1931 fueron fusilados los anarquistas italianos Severino di Giovanni y Paulino Scarfo.

Quizás el primer sindicato del que haya memoria en Argentina fuera la Sociedad de Zapateros San Crispín, fundada en 1857. Pero fue entre 1870 y 1890 que se crearon los sindicatos pioneros: de tipógrafos, de conductores de ferrocarriles (llamado «La Fraternidad», que aún hoy subsiste), de panaderos, de tapiceros, de marmoleros, de carpinteros, etc. Se agruparon por oficio, siguiendo la estructura organizativa habitual en el sindicalismo europeo de la época.

En 1891 se intentó formar la primera central sindical, con el nombre de Federación de Trabajadores de la República Argentina (FTRA). Su vida fue precaria y al año siguiente desapareció. En 1901 se creó, ya con más fortuna, la Federación Obrera Argentina (FOA), que desde 1904 pasó a llamarse Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Durante las primeras décadas del siglo, este grupo no dejó de crecer y, como todo proceso de sindicalización, padeció fuertes tensiones internas. De la FORA se desprendió, en 1903, una escisión: la Unión General de Trabajadores (UGT), de inspiración socialista y breve existencia. En 1922 y 1926 nacieron dos centrales, Unión Sindical Argentina (USA) y Confederación Obrera Argentina (COA), con predominio, respectivamente, sindicalista y socialista.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «La columna vertebral»

Mira libros similares a La columna vertebral. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «La columna vertebral»

Discusión, reseñas del libro La columna vertebral y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.