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Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī - Mathnawi, quinta parte

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Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī Mathnawi, quinta parte

Mathnawi, quinta parte: resumen, descripción y anotación

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Luz

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En el nombre de Dios,
el Misericordioso, el Compasivo

El rey (espiritual). Husamuddin, que es la luz de las estrellas, requiere que dé comienzo el quinto tomo. Oh Ziya’ul-Haqq (fulgor de Dios), noble Husamuddin, maestro de los maestros de la pureza, si la gente no estuviera velada (para la verdad) y no fuera basta, y si sus gargantas (capacidades) no fueran estrechas y débiles, en alabanza a ti le habría hecho justicia a la realidad y me habría expresado con un lenguaje distinto a este; pero el bocado del halcón no es el del gorrión: hay que recurrir al aceite y al agua (barniz superficial).

Está mal ensalzarte ante los prisioneros (de la sensualidad): lo haré en la asamblea de los espirituales. Es un fraude disertar sobre ti a los mundanos: lo mantendré oculto como el secreto del amor. La alabanza es describir (cualidades excelentes) y rasgar el velo (de la ignorancia): el sol es independiente de la explicación y la descripción. El que elogia al sol pronuncia (en realidad) encomios de sí mismo pues (dice implícitamente): «Mis ojos están daros y sin inflamación». Culpar al sol del mundo es culparse a uno mismo porque (implica): «Mis ojos están ciegos, oscuros y enfermos». Ten lástima de cualquier mundano que envidie al sol afortunado. ¿Podrá ocultarlo de los ojos (de los hombres) e impedirle que dé frescura a las cosas podridas? ¿O puede disminuir su luz infinita o resistirse a su poder? Quien envidie a (aquel que es) el mundo, en verdad esa envidia es la muerte eterna.

Tu dignidad ha trascendido la comprensión intelectual: al describirte el intelecto se ha convertido en un necio. (Mas) aunque este intelecto sea demasiado débil para declarar (lo que eres), hay que moverse endeblemente en esa (dirección). Sabe que cuando la totalidad de una cosa es inalcanzable, no hay por qué desistir de ello. Aunque no puedas beber toda la lluvia de las nubes ¿cómo vas a renunciar a beber agua?

Si no quieres comunicar el misterio (al menos) refresca nuestro entendimiento con su cáscara. Mis palabras son solo una corteza con relación a ti, pero son un buen núcleo para otras comprensiones. El cielo está bajo comparado con el empíreo; pero en cuanto a la tierra es extremadamente elevado. Relataré tu descripción para que (mis oyentes) se aproximen (a ti), no vayan a lamentar la pérdida (de esa oportunidad).

Tú eres la Luz de Dios y un poderoso acercador del alma a Dios. Sus criaturas se hallan en la oscuridad de la imaginación y opinión vanas. La reverencia es la condición necesaria para que esta excelente luz aplique un bálsamo a esos ciegos. El hombre presto de aguzado oído obtiene la luz, el que no está enamorado de la tiniebla como un ratón. Los de visión débil (como murciélagos) que vuelan de noche ¿cómo rodearán el farol de la fe? Sutiles y abstrusos temas de disputa son las cadenas (que atan a) la naturaleza que se ha vuelto oscura (ciega) a la religión (verdadera).

Mientras (alguien así) siga engalanando la trama y urdimbre de (su propia) listeza no podrá abrir los ojos al sol. No levanta las ramas (hacia el cielo) como una palmera: ha excavado agujeros en la tierra como los ratones. Esta humanidad tiene cuatro cualidades que oprimen el corazón y esas cuatro se han convertido en la horca de la razón.

El testimonio de las palabras…

El testimonio de las palabras y actos externos sobre la mente oculta y la luz interior.


Actos y palabras son testigos de la mente oculta: infiere de ambos el estado interior. Cuando tu pensamiento no penetra, inspecciona desde fuera la orina del paciente. Actos y palabras son como la orina del enfermo, evidencia clara para el médico del cuerpo. Pero el médico espiritual entra dentro del alma (del paciente) y por la vía espiritual penetra en su creencia (más íntima). No necesita sutiles acciones y palabras: «Guárdate de ellos (los médicos espirituales), espían los corazones (de los hombres)». Pide el testimonio de actos y palabras solo a aquel que no está unido al Mar como un río.

De cómo el zorro le contestó al burro

De cómo el zorro le contestó al burro y le urgió para que buscara un medio de ganarse la vida.


El zorro dijo: «Deja esas historias y dedícate con todo tu esfuerzo a ganarte la vida. Dios te ha dado manos: trabaja, gana algo, ayuda a un amigo. Todo el mundo procura ganar algo y ayudar a otros amigos, porque la ganancia no la hace uno solo: hay un carpintero y un aguador y un tejedor. Mediante esta asociación se mantiene el mundo: todos, por necesidad, eligen un trabajo. No está bien ser un lamedor de platos (parásito) entre ellos: la vía de la sunna es trabajar y ganarse la vida».

De cómo le respondió el asno diciendo…

De cómo le respondió el asno diciendo: «Confiar en Dios es la mejor manera de ganarse la vida, pues todos necesitamos confiar en Dios y exclamar: “Oh Dios, haz que este trabajo mío tenga éxito”; y la oración implica confianza en Dios y la confianza en Dios es el único medio de vida independiente de los otros medios, etcétera».


El burro dijo: «No conozco en los dos mundos ningún medio de vida superior a la confianza en mi Señor. No sé de nada que pueda compararse con la adquisición de la gratitud a Dios para que acarree el pan cotidiano y su aumento». La disputa se prolongó y el altercado se incrementó hasta que fueron incapaces de preguntarse y responderse.

Después el zorro dijo: «Fíjate en la prohibición: “No os arrojéis a la destrucción”. En un desierto yermo cubierto de piedras, la automortificación es una locura: el mundo de Dios es ancho. Vete a la pradera y pasta en la hierba que hay junto al río, un prado verde como el paraíso, donde la hierba crece hasta la altura de la cintura. Feliz el animal que va allí: entre esa vegetación un camello sería invisible. Allí hay, a cada lado, una fuente que fluye: allí los animales están a gusto y seguros».

Por burricie (el asno) no replicó: «Oh maldito, vienes de allí ¿por qué eres tan desdichado? ¿Dónde están tu alegría, gordura y hermosura? ¿Qué es este cuerpo famélico tuyo? Si tu descripción de la pradera no es falsedad y ficción ¿por qué no están tus ojos arrobados con ella? Tales miradas ávidas y esta ceguera son el resultado de la mendicación, no de la soberanía (espiritual). Puesto que vienes de la fuente ¿por qué estás seco? Y si eres (como) la glándula del ciervo almizclero, ¿dónde está la fragancia del almizcle? ¿Cómo es que no hay ni un rastro en ti de lo que describes, oh exaltado?».

Parábola del camello…

Parábola del camello, explicando que cuando alguien cuanta su buena suerte y no se perciben en él apariencias o señales de bienestar, hay razón para sospechar que es un imitador (de los que han alcanzado la felicidad espiritual).


Cierto hombre le preguntó a un camello: «¿De dónde vienes, oh tú a quien la fortuna sigue?». Respondió: «De los baños de tu calle». Dijo el otro: «¡Verdaderamente, se nota en tus rodillas!». Cuando el faraón, ese rebelde obstinado, vio la serpiente de Moisés, pidió un respiro y mostró mansedumbre.

Los hombres de inteligencia dijeron: «El faraón debería haber sido más fiero, ya que es el Señor del Juicio. Ya fuera el milagro un dragón o una serpiente, ¿qué ha sido del orgullo y la cólera propios de su divinidad? Si es el Señor Supremo sentado en el trono, ¿qué son estas lisonjas por un solo gusano?».

Mientras tu alma carnal está embriagada por los postres y el vino de dátil (de la sensualidad), sabe que tu espíritu no ha contemplado el racimo perteneciente al mundo invisible, pues la señal de esa visión de la Luz es que te retiras de la morada del engaño. Puesto que el pájaro frecuenta el agua salobre, no ve ayuda en el agua dulce: es más, su fe es pura imitación: su espíritu jamás ha visto el rostro de la fe.

Por ello, a causa del maldito Diablo, el imitador se halla en grave peligro en el camino por los bandidos; pero cuando contempla la Luz de Dios, está a salvo: descansa de la agitación de la duda. La espuma siempre está colisionando hasta que llega a la tierra que es su origen. La espuma es terrestre: en el agua es una exiliada; y en el exilio la agitación es inevitable. Cuando se abre el ojo (del imitador) y lee los caracteres (de la realidad) el Diablo ya no tiene poder sobre él.

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