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Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī - Mathnawi, cuarta parte

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Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī Mathnawi, cuarta parte

Mathnawi, cuarta parte: resumen, descripción y anotación

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Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī, fundador de la orden sufí Mevlevi (derviches giróvagos) escribió en el siglo XIII el «Mathnawi», su obra maestra: seis libros de poesía e imaginería de tan gran poder en el original persa, que su recitación produce una exaltación extraña y compleja en la conciencia del oyente. Su escritura no puede catalogarse exactamente como poesía, debido a la especial complejidad de ideas y formas: contiene chistes, fábulas, conversaciones y pasajes de canto puro y exquisito. Es un fenomenal ejemplo del método de dispersión, por el que la imagen se dota de un impacto múltiple para infundirla en la mente del lector. Existen muchas versiones del «Mathnawi»: se ha resumido, extractado, dado forma literaria, etcétera. La versión de R. A. Nicholson, que en esta edición se ha prosificado para facilitar su lectura, es bastante fiel a la obra original y al sentido que Rumí imprimió al texto.

Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī: otros libros del autor


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Luz

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En el nombre de Dios,
el Misericordioso, el Compasivo

Oh Ziya’ul-Haqq (fulgor de Dios), Husamuddin, a través de tu luz el Mathnawi ha sobrepasado a la luna (en esplendor). Oh tú sobre el que reposan esperanzas, tu elevada aspiración lleva este (poema) Dios sabe dónde. Has atado el cuello de este Mathnawi: lo conduces en la dirección que tú sabes. El Mathnawi corre, el que tira es invisible, invisible para los ignorantes que no tienen intuición. Puesto que tú has sido el origen del Mathnawi, si aumenta, tú causas el incremento.

Puesto que tú lo deseas, Dios lo desea: Dios concede el deseo del devoto. Antes eras «pertenece a Dios» de forma que (ahora) «Dios le pertenece» ha llegado como recompensa. Por tu causa, el Mathnawi tenía mil agradecimientos (que dar): alzó sus manos en oración y gracias. Dios vio la gratitud hacia ti en sus labios y manos: (por lo tanto) Él mostró Su gracia y concedió favor e incremento; pues a quien da gracias se le promete el aumento, igual que la cercanía (a Dios) es la recompensa a la postración (en la plegaria ritual).

Nuestro Dios ha dicho: «Póstrate y acércate (a Mí)»; la postración de nuestros cuerpos se ha convertido en la cercanía del espíritu (a Dios). Si le corresponde (al Mathnawi) un aumento, es por esta razón, no por la vanagloria y el ruido. Nos alborozamos contigo como la viña con el calor estival: tú tienes la autoridad: venga, encáuzalo para que podamos encauzarlo siempre (después de ti). Conduce alegremente esta caravana a la peregrinación, oh comandante de «la paciencia es la llave de la felicidad». La peregrinación formal consiste en visitar la Casa (de Dios), pero solo la peregrinación al Señor de la Casa es digna de un hombre (verdadero).

Te he llamado Ziya (fulgor) Husamuddin (espada de la religión) porque eres el sol y ambos (términos) son epítetos descriptivos (del sol); porque la espada y el fulgor son uno; la espada del sol (su rayo) ciertamente es del fulgor. Nur (la luz) pertenece a la luna y este ziya (fulgor) pertenece al sol: léelo en el Corán. El Corán llama ziya al sol, oh padre, y nur a la luna. ¡Considera esto! Puesto que el sol es más enaltecido que la luna, has de saber que ziya es superior en dignidad a nur.

Muchos no podían encontrar el camino a la luz de la luna, pero les resultó visible en cuanto se levantó el sol. El sol mostraba perfectamente los objetos de intercambio: por ello los mercados tenían lugar durante el día, para que pudieran distinguirse la falsa moneda de la auténtica y que (el mercader) estuviera alejado de los engaños y las estafas.

(El sol se alzó) hasta que su luz se perfeccionó en la Tierra, una misericordia universal para los comerciantes; pero es odiosa y molesta para el que acuña monedas falsas, pues con ella su dinero y sus mercancías resultan invendibles. Por ello la falsa moneda es adversaria mortal del cambista; ¿quién es el enemigo del derviche más que el perro?

Los profetas lucharon contra sus enemigos; entonces los ángeles profirieron gritos de: «Sálvalos, Señor» diciendo: «Mantén esta Lámpara que disemina luz lejos de los soplidos y del aliento de los ladrones». Solo el ladrón y el que fabrica moneda falsa son adversarios de la luz: ¡líbranos de ambos, oh Socorredor! Arroja luz sobre el cuarto tomo, pues el sol salió del cuarto cielo. Vamos, da luz, como el sol, desde el cuarto (tomo) para que brille sobre (todos) los países y las tierras habitadas.

Para quien lo lea como un cuento vano, es (como) un cuento vano; y para quien lo considere como dinero en mano (auténtica verdad que le es aplicable) es como un hombre (de Dios).

Es como el agua del Nilo, que a los egipcios les parecía sangre pero para el pueblo de Moisés no era sangre sino agua. En este momento el enemigo de estas palabras (el Mathnawi) ante tu vista cae de cabeza al fuego del infierno.

Oh Ziya’ul-Haqq (fulgor de Dios), has visto su (malvado) estado: Dios te ha mostrado sus malas acciones. Tu ojo que contempla lo invisible es un maestro como lo Invisible: ¡que tu don y tu visión no desaparezcan de este mundo! Si quieres completar aquí esta historia, que es la divisa (aplicable) a nuestro estado actual, es correcto.

Deja a los indignos por los dignos: termina el relato y llévalo a su conclusión. Si la historia no se terminó allí (en el tercer tomo), (ahora) es el cuarto tomo: expónla.

Comparando este mundo con la estufa y la piedad con el baño

El deseo de este mundo es como la estufa del baño mediante la cual resplandece el baño, la piedad; pero la porción del devoto es la pureza, pues se encuentra en el baño caliente y limpio. Los ricos son como los que llevan estiércol para alimentar el fuego de la estufa. Dios ha implantado en ellos la codicia, con objeto de que la estufa esté caliente y bien provista. Abandona el brasero y entra en el baño caliente: sabe que dejar la estufa es la esencia misma de ese baño. Cualquiera que esté en el fuego es como un siervo del que es abnegado y está alerta. A quien entra en el baño se le ve la señal en el hermoso rostro. El signo de los fogoneros también es obvio en sus vestiduras y en el hollín (que los oscurece). Y si no puedes verle la cara (al fogonero), huélele; el olfato es como un bastón para el ciego; y si no tienes olfato, hazle hablar y aprende de su nuevo discurso el viejo secreto.

Entonces un fogonero propietario de oro dirá: «He metido veinte cestas de basura (trabajando desde el alba) hasta el anochecer». Tu codicia es como el fuego del mundo: cada lengua (de llama) abre cien bocas (para tragar el asqueroso lucro). A la luz de la razón este oro es tan inmundo como los excrementos aunque, como elfos, sea (la causa de que) arda el fuego. También el sol hizo el oro para que cien chispas cayeran en la estufa de la codicia. Si alguien dice: «He amasado riquezas», ¿qué significa? Quiere decir: «He metido toda esta porquería». A pesar de que decir esto es vergonzoso, los fogoneros se jactan de ello. Dicen: «Tú (solo) has traído seis cestos antes del ocaso; yo he transportado veinte sin problemas». Al que ha nacido en la estufa, y nunca ha visto la pureza, le resulta doloroso el aroma del almizcle.

Explicación de la tradición “Habla a los hombres según la medida de su comprensión, no según la medida de tu entendimiento, para que Dios y Su mensajero no sean desmentidos”

»Puesto que tengo que tratar con un niño, debo hablar con un lenguaje adecuado para niños, diciendo: “Ve a la escuela, para que pueda ir a comprarte un pájaro o traer pasas y nueces y pistachos”. Solo conoces la juventud del cuerpo, ¡toma esa juventud, toma la cebada, oh asno! No tendrás arrugas en la cara, tu afortunada lozanía permanecerá fresca. Ni caerá sobre ti el envejecimiento del semblante, ni se encorvará tu figura que es como un ciprés; ni perderás la fuerza de la mocedad, y tus dientes no te dolerán ni se caerán; ni disminuirán tu libido ni tu fuerza viril. La gloria de la juventud se te abrirá como las buenas nuevas de Ukkasha le abrieron la puerta (del paraíso).

Dicho del Profeta, la paz sea con él, “A quien me traiga la noticia del final de Safar le daré las albricias de (que entrará en) el Paraíso”

»El fallecimiento de Ahmad (Muhammad), (profeta) de los últimos tiempos, sin duda ocurrirá en (el mes de) primer Rabi. Cuando su corazón conozca el momento de la muerte se enamorará intelectual mente de ese instante, y cuando llegue (el mes de) Safar se alegrará por ello, diciendo: “Después de este mes haré el viaje”».

Debido a este anhelo de guía (divina) (Muhammad) exclamaba cada noche hasta el alba: «¡Oh Altísimo Compañero de viaje!». Dijo: «A la persona que me dé la buena nueva, cuando Salar se marche de este mundo, de que ha pasado y ha llegado el mes de Rabi, le daré albricias e intercederé por él». Ukkasha dijo: «Safar ha pasado y se ha ido». (Muhammad) replicó: «Oh poderoso león, el paraíso es tuyo». Otra persona llegó diciendo: «Safar se ha acabado». (Muhammad) contestó: «Ukkasha ya se ha llevado esa fruta por la noticia».

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