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A mis padres, Pedro y MargaritaA mis hijos, Emmanuel y JhazmínA Agnieszka y HonzaA mis nietos, Miguel y DanielA todos aquellos que buscan una alternativa de alimentación para mejorar su salud, la ecología del planeta y el respeto a los animales AGRADECIMIENTOS
Mi especial agradecimiento a:El Pbro. Agustín Ortega y don Daniel Arreola, quienes me enseñaron el ABC del vegetarianismoAl Maestro José Manuel Estrada, quien me enseñó el aspecto ético y evolutivo de ser vegetarianoA Shaya Michán con quien pude realizar mi anhelo de traer al mundo hijos vegetarianos desde la concepciónA todos los que han apoyado y han sido parte de mi trabajo profesional ACLARACIÓN C omo el título de este libro lo indica, las recetas aquí contenidas son
exclusivamente vegetarianas, esto es, que sus ingredientes no incluyen ningún tipo de carne animal. Ser vegetariano significa que no se come ningún tipo de animal, sea pescado, pollo, res, cerdo, mariscos, gusanos, larvas, etc. Con mucha frecuencia escucho a alguien decir que es vegetariano y luego explicar que sólo come pollo y pescado; por supuesto, usted y yo sabemos que ni el pollo ni el pescado son vegetales, por lo tanto, no se es vegetariano comiéndolos. En todo caso podría decirse que no se consumen carnes rojas, pero no que se es vegetariano. Los nombres de varias recetas se refieren a carne: esto obedece a que son preparadas con sustitutos en forma tal que el resultado es un platillo casi idéntico al preparado con carne animal de cualquier tipo, pero sin emplear esta última.
El propósito de que en muchas de las preparaciones se traten de imitar los platillos de carne animal es ayudar a las personas que tienen interés en cambiar de la alimentación carnívora a la vegetariana para que de manera más fácil puedan adaptarse a este sistema de vida que les aportará, sin duda, grandes beneficios. Dentro de la alimentación vegetariana existen diversos métodos o sistemas: El ovolactovegetariano, que como su nombre lo indica, incluye productos de origen animal como el huevo y los lácteos: leche, yogur, queso, etc., además de todos los de origen vegetal: frutas, verduras, semillas, granos, oleaginosas… El lactovegetariano incluye todo lo mencionado en el punto anterior con excepción del huevo. El vegano excluye todos los productos de origen animal, incluida la miel de abeja, para consumir exclusivamente alimentos vegetales en todas sus variedades: frutas, verduras, semillas, granos, oleaginosas, etcétera. El naturista, cuya característica principal es el consumo de alimentos no sólo de origen vegetal, sino también exclusivamente crudos, germinados, fermentados, etcétera. El vegano y el naturista son sistemas de alimentación más estrictos y requieren de mayor información por parte de quienes los practican para que lo hagan de manera completa y correcta, observando lo que se indica respecto a las proteínas completas y la vitamina B12 (cianocobalamina), cuya ingesta en estos sistemas de vida requiere una atención especial, lo cual se revisa con toda claridad en las secciones correspondientes a las proteínas y a las vitaminas. Ambos sistemas son muy recomendables en el tratamiento natural de diversas enfermedades: vivir bajo estos lineamientos durante un tiempo específico puede ayudar en un más profundo proceso de desintoxicación y recuperación de la salud, siguiendo por supuesto una dieta y guía indicadas para cada caso.
Después de la desintoxicación se puede volver incluso al sistema ovolactovegetariano, en el que es muy importante que los alimentos de origen animal sean orgánicos. En la actualidad más personas eligen la alimentación vegana inspirados no sólo en su salud sino también en la compasión hacia los animales, los cuales, para obtener sus productos —huevos, leche, quesos—, son sometidos a métodos industrializados totalmente inhumanos y que los lastiman: pasan su vida amontonados en espacios muy reducidos donde no pueden moverse, sin contacto con la naturaleza y recibiendo una enorme cantidad de vacunas, hormonas, antibióticos, y lo que es aún peor, maltrato y crueldad de los humanos a su cargo. Si desea incluir en su alimentación productos de origen animal, como huevos o lácteos, es muy importante asegurarse de que sean orgánicos y de animales libres, lo que implica, por una parte, que han ingerido los alimentos adecuados para ellos y tenido una vida en contacto con la naturaleza y al aire libre, que han sido tratados con respeto, y por otro lado —esto es muy importante para nuestra salud—, que sus productos están libres de hormonas, vacunas, antibióticos y estrés. Este libro comprende tanto una guía práctica, actual, científica y a la vez sencilla acerca de la nutrición vegetariana para que usted tenga los conocimientos esenciales y suficientes sobre este método de alimentación, así como más de 500 recetas de cocina vegetariana; ambos aspectos serán de gran valor para quienes quieran incursionar en este sistema de vida o ya lo practiquen. Las recetas que aquí comparto incluyen opciones para todas las variantes de esta alimentación, tanto para el ovolactovegetariano, el lactovegetariano, el vegano y el naturista, de modo que según la etapa en que se encuentre cada uno, así como su deseo y necesidad, pueda tener diversas alternativas para comer sano, sabroso y nutritivo. Si usted está interesado en un tratamiento integral enfocado en algún padecimiento específico, le recomiendo mi libro Camino a la salud.
Terapias naturales para cada enfermedad, el cual menciona prácticamente todas, de la A a la Z, y sus diferentes tratamientos naturales por medio de diversas terapias alternativas: herbolaria, nutrición, ayuno, hidroterapia, geoterapia, complementos alimenticios, etc., que brindan resultados excelentes y aun sorprendentes y que no se contraponen con ningún otro tipo de tratamiento. INTRODUCCIÓN C omo un sistema que ha venido a revolucionar nuestros hábitos y pensamiento, el vegetarianismo representa en el mundo actual una respuesta con diversos enfoques: para unos es una moda, pues diversas personalidades mundiales han adoptado este estilo de vida y muchos de sus seguidores encuentran interesante integrarse a esta corriente; sin embargo, para otro grupo, formado cada vez por más y más individuos, el vegetarianismo es la respuesta a sus problemas de salud. Afortunadamente, también hay cada día más sensibilidad hacia el dolor que se inflige a los animales durante su crianza y sacrificio y se opta por el vegetarianismo por razones éticas o filosóficas, por respeto a la vida de los animales y para evitarles tanto sufrimiento. Está también el aspecto ecológico, pues el efecto invernadero y el calentamiento global que sufre nuestro planeta se deben en su mayor parte no a las fábricas ni a los automóviles, sino a los gases que generan los desechos de millones de reses criadas en todo el mundo para el consumo humano; las estadísticas también nos indican que tan sólo en Estados Unidos, más de 50% del agua que se consume a nivel nacional es utilizada para la crianza de ganado. En el aspecto económico, como explicaré más adelante, la carne está lejos de ser la opción a elegir. Mi propósito al escribir este libro es presentar información valiosa, certera, clara, científica y práctica a todos aquellos que, sean cuales sean sus razones, han decidido incursionar en el campo de la alimentación vegetariana, de modo que puedan transitar por este camino de una manera más asertiva, con mejores resultados y sobre todo sin miedo; sé, por mi experiencia de tantos años como vegetariana, nutrióloga y madre, que existen muchos temores infundados y mucha desinformación respecto al vegetarianismo incluso entre quienes estudian nutrición, principalmente en el tema de las proteínas, al que aquí dedico un apartado muy importante.