Capítulo 1
Liderazgo estratégico:
las habilidades imprescindibles
Paul J. H. Schoemaker, Steve Krupp y Samantha Howland
El célebre banquero y financiero británico Nathan Rothschild señaló que las grandes fortunas se hacen cuando suenan los cañones en el puerto, no cuando suenan los violines en el salón de baile. Rothschild entendía que, cuanto más imprevisible es un contexto, hay mayores oportunidades, siempre que uno tenga las habilidades de liderazgo para aprovecharlas. A través de la investigación realizada en la Wharton School y en nuestra empresa de consultoría, en la que han participado más de 20.000 ejecutivos hasta la fecha, hemos identificado seis habilidades que, cuando se dominan y se utilizan conjuntamente, permiten a los líderes pensar estratégicamente y desenvolverse con eficacia ante lo desconocido: las habilidades de anticipar, cuestionar, interpretar, decidir, alinear y aprender continuamente. Se ha prestado atención a cada una de ellas en los escritos que tratan el tema del liderazgo, pero normalmente de forma aislada, y rara vez en el contexto específico de los grandes riesgos y las incertidumbres que pueden favorecer, o destruir, tanto a las empresas como a los profesionales. En este artículo se hace una detallada descripción de estas seis habilidades. Un líder estratégico con capacidad de adaptación ―alguien que es tan categórico como flexible, persistente ante los contratiempos y, además, capaz de reaccionar estratégicamente ante los cambios de su entorno― sabe manejar las seis habilidades a la vez.
¿Dispones de las redes adecuadas que puedan ayudarte a ver oportunidades antes que tus competidores? ¿Te sientes cómodo cuestionándote tus propias suposiciones y las de los otros? ¿Puedes conseguir que un grupo diverso acepte una visión común? ¿Aprendes de los errores? Cuando respondas a este tipo de preguntas, obtendrás una visión clara de tus capacidades en cada área. El autodiagnóstico que aparece al final de este artículo (también el test más detallado y disponible en línea) te ayudará a medir tus puntos fuertes y los débiles, a abordar tus carencias y a optimizar toda tu cartera de habilidades de liderazgo.
Vamos a ver cada habilidad por separado.
Anticipar
La mayoría de las organizaciones y de los dirigentes no saben detectar las ambiguas amenazas y oportunidades que se generan alrededor de su negocio. Los directivos de la conocida marca Coors tardaron en ver que aumentaba la preferencia por las cervezas bajas en calorías. La dirección de Lego no vio que se estaba gestando la revolución electrónica de los juguetes y el entretenimiento. Por el contrario, los líderes estratégicos están constantemente atentos, perfeccionando su capacidad de previsión, escudriñando el ambiente en busca de señales de cambio.
Estuvimos trabajando con un director general llamado Mike, que se había forjado una reputación de mago de la transformación en empresas de fabricación pesada. Era un experto en reaccionar ante las crisis y solucionarlas. Después de haber hecho un juego de malabares en una crisis determinada, la empresa de Mike experimentó un gran crecimiento, impulsado en parte por un ciclo alcista. Pero, cuando el ciclo alcanzó su punto máximo, la demanda se redujo bruscamente, cogiendo a Mike desprevenido. Más de lo mismo no iba a funcionar en un mercado a la baja. Mike necesitaba tener en cuenta varios escenarios y reunir información de diversas fuentes para anticipar hacia dónde se dirigiría su sector industrial.
Enseñamos a Mike y a los miembros de su equipo a captar las sutiles señales internas y externas de la organización. Trabajaron para desarrollar redes más amplias y para captar la perspectiva de los clientes, los competidores y los socios. Más atentos a las oportunidades fuera del negocio principal, Mike y su equipo diversificaron la cartera de productos y adquirieron una empresa en un mercado adyacente donde la demanda era mayor y menos susceptible a los ciclos de ascenso y descenso.
Mejora tu capacidad de anticipación:
- Habla con los clientes, los proveedores y otros colaboradores para entender sus retos.
- Lleva a cabo estudios de mercado y simulaciones empresariales para comprender las perspectivas de los competidores, calibrar sus probables reacciones ante nuevas iniciativas o productos y predecir posibles ofertas disruptivas.
- Planifica distintos escenarios para imaginar distintas posibilidades futuras, y prepararte para lo inesperado.
- Observa a un rival que tenga un rápido ascenso y examina las acciones que ha realizado y que te desconciertan.
- Enumera los clientes que has perdido recientemente e intenta averiguar por qué.
- Asiste a conferencias y eventos en otras industrias o profesiones.
Cuestionar
Los pensadores estratégicos cuestionan el statu quo. Cuestionan sus propios supuestos y los de los demás y fomentan puntos de vista divergentes. Solo después de una cuidadosa reflexión y de examinar un problema desde diferentes puntos de vista, toman las medidas decisivas. Eso requiere paciencia, valor y tener una mente abierta.
Pensemos en Bob, el presidente de un departamento de una empresa de servicios energéticos con la que trabajamos: siempre se mantenía firme en sus costumbres y evitaba las situaciones arriesgadas o complicadas. Cuando se enfrentaba a un problema difícil ―por ejemplo, cómo consolidar las unidades de negocio para racionalizar los costes― reunía toda la información disponible y se retiraba a su despacho. Sus soluciones, aunque bien pensadas, eran predecibles y rara vez innovadoras. En el caso de esa consolidación, se centró por completo en dos negocios similares y de bajo rendimiento, en lugar de considerar una reorganización más audaz que racionalizara las actividades de toda la división. Cuando necesitó asesoramiento externo recurrió a varios consultores experimentados de una empresa de confianza que le sugirieron soluciones probadas, en lugar de cuestionar los supuestos básicos del sector.
A través del coaching, ayudamos a Bob a que aprendiera a solicitar puntos de vista diferentes ―incluso los opuestos― para que se cuestionara su propio pensamiento y el de sus asesores. Al principio le resultaba incómodo, pero luego empezó a ver que podía generar nuevas soluciones para los problemas más antiguos y mejorar su toma de decisiones estratégicas. Para la racionalización organizativa, incluso destinó a un compañero para que hiciera de abogado del diablo; un enfoque que dio lugar a una solución híbrida: a algunos equipos de los mercados emergentes se les permitió mantener sus equipos locales y la asistencia financiera durante un periodo de transición, mientras aprovechaban el modelo totalmente centralizado para el apoyo informático y jurídico.
Para mejorar tu capacidad de cuestionamiento:
- Céntrate en las causas fundamentales de un problema, en lugar de en los síntomas. Aplica los «cinco por qué» de Sakichi Toyoda, el fundador de Toyota. («Las devoluciones de productos han aumentado un 5% este mes». «¿Por qué?». «Porque el producto funciona intermitentemente mal». «Por qué». Y así sucesivamente).
- Haz una lista de las clásicas suposiciones sobre un aspecto de tu negocio («Los altos costes de cambio impiden que nuestros clientes nos abandonen») y pregunta a un grupo diverso si son ciertas.
- Fomenta el debate celebrando reuniones en «zonas seguras» en las que se espera, y es bienvenido, el diálogo abierto y el conflicto.
- Establece un cargo de carácter rotatorio con el propósito expreso de cuestionar el statu quo.
- Incluye a los críticos en el proceso de decisión, para que desde el principio los problemas salgan a la luz.