Agradecimientos
Es un privilegio poco habitual volver a una obra escrita tiempo atrás para pulirla, actualizarla, extenderla y, por lo demás, esculpirla hasta darle una forma mejor, más satisfactoria. Con una perspectiva más fresca que da el paso de diez años desde la primera edición de Jaco Pastorius. The Extraordinary and Tragic Life of Jaco Pastorius —junto con nuevos datos recopilados, nuevas opiniones de figuras clave que habían sido olvidadas en la primera ronda y la sabiduría y empatía resultado de la paternidad— he sido capaz de «hacer esto correctamente», tal como Jaco lo habría expresado.
Mi misión al ofrecer esta nueva edición atiende a cuatro objetivos. En primer lugar, quería dibujar un retrato más rico y detallado de los primeros años de Jaco en Fort Lauderdale, antes de su etapa con Weather Report, período en el que se le vio más feliz, más sano, un típico hombre de familia y un músico entregado en la cima de sus facultades. En segundo lugar, mi intención fue examinar con más detenimiento las últimas veinticuatro horas que precedieron al salvaje apaleamiento que dejó a Jaco en coma durante nueve días, antes de desembocar en su fallecimiento definitivo el 21 de septiembre de 1987. A lo largo de los años se han ido acumulando muchas preguntas alrededor de ese trágico y horrible incidente. Abundan las teorías que hablan de una conspiración, pero ¿qué le pasó realmente a Jaco aquella fatídica noche fuera del famoso Midnight Bottle Club? Sobre esta cuestión ofrezco algunos hechos innegables. En tercer lugar, quería poner al día el libro en lo que se refiere a los bienes legados por Jaco Pastorius y las vidas de sus cuatro herederos (Mary y John, fruto de su primer matrimonio, y los gemelos Felix y Julius, fruto del segundo). Finalmente, quería hacer aumentar de forma significativa la sección dedicada a los testimonios al final del libro para así poder añadir muchas más voces al coro de elogios al «Mejor Bajista del Mundo».
Entre las personas cuya aportación ha sido de especial ayuda para la elaboración de esta edición se encuentran Alex Darqui, Bobby Economou, Tracy Lee, Othello Molineaux, Steve Salo, Jim Cerone, Dean Noel, Les Luhring, Ken Gemmer, Dick Neubauer, Teresa Nagell, Randy Brecker, Adam Nussbaum, Victor Wooten, Oteil Burbridge, Lenny White, Chick Corea, Geri Palladino, Bob Belden, Steve Bailey, Todd Barkan, John Medeski, Chris Wood, Steve Slagle, Andy Gonzalez, Barry Miles, Jornimry Coryell, John McLaughlin, Matthew Garrison, Reed Mathis, Richard Bona, Charnett Moffett, Christian McBride, Steve LaSpina, Joe Diorio, Daryl Stuermer, Len Pogost, Maurizio Rolli, Harvie S, Gary Willis, Mark Egan, Pino Palladino, William Galison, Ian Hunter, Frank Gravis, Ronnie Burrage, Gerald Veasley, Chris Wood, Carles Benavent, John Benitez, Jonas Hellborg y el colaborador senior de la revista Bass Player Chris Jisi.
Entre los que aportaron ideas clave para la elaboración del libro original se encuentran Gregory Pastorius, Rory Pastorius, Jack Pastorius, Stephanie Pastorius, Tracy Lee, Ingrid Pastorius, Othello Molineaux, Charlie Brent, Bob Bobbing, Bob Gable, Randy Emerick, Allyn Robinson, Jim Godwyn, John Goodwin, Billy Burke, Bobby Economou, Bobby Colomby, Petr Yianilos, Scott Kirkpatrick, Geri Palladino, Janis Herzog, Steve Finn, Peter Graves, Larry Warrilow, Bob Moses, Ira Sullivan, Paul Bley, Peter Erskine, Joe Zawinul, Delmar Brown, Kenwood Dennard, Alex Foster, Don Alias, Michael Brecker, Mark Egan, Brian Melvin, Carlos Santana, Stanley Clarke, Jerry Jemmott, Branford Marsalis, Airto Moreira, Mac Rebennack, Ricky Schultz, Ricky Sebastian, Mike y Leni Stern, John Scofield, John McLaughlin, Miles Evans, Anita Evans, Hiram Bullock, Victor Bailey, Will Lee, Marcus Miller, Jerry Gonzalez, Jimmy Haslip, Jack Bruce, Stuart Hamm, Jeff Berlin, Ron Carter, Bill Laswell, John Patitucci, Michael Manring, Muzz Skillings, Kazumi Watanabe, Jamaladeen Tacuma, Charlie Loury, James Cannings, Melton Mustafa, Rashied Ali, Joe Ferry, Tom Moon, Charles Norkus, Randy Bernsen, Scott Brown, Kevin Kaufman, Bob Mintzer, Jeff Andrews, Dave Bargeron y Gil Goldstein.
También querría agradecer el apoyo y las buenas vibraciones a lo largo del camino que me han dado Lauren Zarambo, Lee Mergner, Donna Russo, Michael Bloom, Jim Eigo, Charles Carlini, Matt Resnicoff, Jeff Levenson, Gene Santoro, Fernando Gonzalez, Laszlo Gordoni, Big Ed Maguire, Amy Madden, Angela Bartolone, Nancy Milkowski, Maribeth Milkowski y mi hija Vincenza Milkowski (que nació más o menos por las fechas en que se publicó la versión original del libro allá por 1995).
Me gustaría dar las gracias especialmente a Bob Bobbing, cuya pasión por la música y persistencia a la hora de ondear la bandera de Jaco durante todos estos años me han servido de inspiración. Siendo muy quisquilloso en lo que se refiere a la exactitud de los detalles y la correcta ordenación cronológica de los hechos, Bob ha jugado un papel muy activo en la reescritura del presente libro. Bobbing, además de ser una fuente crucial sobre los bienes de Jaco Pastorius y su capital, es también quien guarda los archivos familiares de Jaco. Fue en esa calidad que demostró ser una fuente inestimable a la hora de proporcionar documentos insólitos y fotos personales de Jaco correspondientes a los primeros años de su carrera. Además, desplegó su agudo instinto detectivesco a la hora de rastrear hechos y detalles referentes a la vida de Jaco. Siempre agradecí todas las opiniones y anécdotas desinhibidas y los relatos pintorescos sobre Jaco que me explicó a lo largo de innumerables conversaciones telefónicas a altas horas de la noche. Mis esfuerzos para conseguir «hacer esto correctamente» hubiesen sido en vano sin su incansable cooperación y sus sabias aportaciones. El empeño de Bobbing en perpetuar el legado de Jaco ha culminado recientemente en el ambicioso documental en audio titulado A Portrait of Jaco: The Early Years (1968-1978). [Retrato de Jaco: los primeros años (1968-1978)]. Tras diez años de preparación, este doble disco compacto elaborado con material seleccionado de los archivos de Bob contiene un libreto anotado de ochenta páginas con fotos inusuales de Pastorius, así como testimonios de viva voz de muchos grandes músicos que en un momento u otro han estado en la órbita de Jaco a lo largo de su carrera. El disco se puede conseguir en Holiday Park Records a través de las páginas web jacotheearlyyears.com y jacopastorius.com.
También debo agradecer de manera especial a Matt Kelsey de Backbeat Books por habernos dado luz verde para la elaboración de esta edición, y a Gregory Isola, cuyo buen ojo como editor pulió algunas de las asperezas de mi original.
Apéndice I
Sesenta y tres visiones de un secreto
Músicos, colegas y amigos reflexionan sobre la vida y la época del mejor bajista del mundo.
Rashied Ali
Baterista de la última banda de John Coltrane, compañero de dúos con Jaco, actualmente lidera su propio trío.
En mi opinión, Jaco era un genio. Era una persona muy inteligente y un músico nato. Le recordaré como persona, como músico y como amigo. Entró en mi vida en un momento en el que yo estaba tan acabado y deprimido, que incluso llegué a pensar en dejar la música. Pero él me hizo salir de la depresión y me empujó a tocar de nuevo. Solo por eso ya me sería imposible olvidarlo.
Jeff Andrews
Bajista de Steps Ahead, Vital Information, Special EFX y al lado de Mike Stern.
Cuando a los quince años, empecé a oír la música de Jaco, lo que hacía me superaba, pero a pesar de eso la sentía. Esa era una de las cualidades de Jaco: por más compleja que fuera su música, siempre tenía algo de terrenal, un extraño equilibrio entre la emoción y la inteligencia.
Jaco fue una luz en el camino para muchos músicos de jazz. Él abrió la puerta, y nosotros pasamos a través de ella. Nos enseñó que el bajo lo puede todo: puede sonar como un piano, unas congas, un saxofón. Trabajaba el instrumento melódicamente, armónicamente, percusivamente. Tocaba de manera muy lírica, pero con garra al mismo tiempo. Redefinió el concepto del bajo e hizo que muchos músicos tomaran conciencia de ello. Dio credibilidad al bajo eléctrico, pues antes de Jaco eran muchos los músicos de jazz que no lo aceptaban. Pero cuando Jaco tenía una buena noche, cuando estaba lanzado de verdad, no había —no lo hubo nunca— nadie que le hiciera sombra. Daba miedo. Produjo en los bajistas el mismo efecto que en su día Charlie Parker lo hizo en los que tocaban el saxofón alto.