Literatura mascada
Libros con tados a los que no les gustan No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Derechos reservados © 2019, respecto a la primera edición en español, por: © Enrique Gallud Jardiel © Editorial Samarcanda ISBN:9788417672386 ISBN e-book: 9788417672843 Producción editorial: Lantia Publishing S.L. Plaza de la Magdalena, 9, 3 (41001-Sevilla) www.lantia.com IMPRESO EN ESPAÑA – PRINTED IN SPAIN Prólogo La literatura se inventó para descansar de la vida y la lectura es la única casa que la que ningún banco te puede desahuciar. Y dentro de esa morada acogedora, la habitación en que duermo yo es la del humor. De ahí este libro, que es una visión cómica —satírica y paródica— pero tremendamente cariñosa en torno a ese mundo mágico de la mentira bien contada, pues eso es la ficción. Todos los hombres jugamos a ser como dioses.
Si esta afirmación les parece exagerada, piensen un poco en los políticos, jueces, abogados, médicos, etc. que andan sueltos por el mundo. Y si hemos de recrear la creación o intentarlo, ustedes estarán de acuerdo conmigo que la literatura es el modo más honesto de hacerlo. Según la antigua metáfora, el mundo es un teatro; los hombres, los actores; Dios, el autor, y los bancos, los productores ejecutivos, los que mandan, a fin de cuentas. Por ello nada hay más satisfactorio que inventar personajes y mundos ficticios y que suceda en ellos lo que a nosotros nos apetece que suceda, para vengarnos un poco de lo que la vida real nos inflige. Y puestos a inventar, ¿vamos a abrazar lo trágico y lo dramático, para de una manera inmisericorde hacer polvo a nuestros semejantes a base de lágrimas, sufrimientos y desdichas? ¿Es lícito torturar al prójimo con la aplicación de conceptos griegos — a gón, metá bole , h ybris , némesis, anagnórisis, fatu m— esencialmente crueles y fastidiosos? ¿Es humano encerrarse meses para acumular maldades y dolores en un drama y refocilarse pensando «¡Cuánto va a sufrir el público! ¡Lo que va a llorar cuando contemple esta escena o lea este capítulo!»? Mi respuesta es no.
Por el contrario: lo digno, lo bello, lo humano es el humor. Ya lo dijo el nunca bien ponderado Pedro Muñoz Seca en su obra El padre alcalde : «Lo único que hay en el mundo digno de estimación, después de una buena mujer, es una buena carcajada». La risa es —sin duda— lo más sano, lo más bueno, lo que más se parece a la felicidad. Mi objetivo en esta recopilación de refritos de grandes obras de la literatura es, pues, divertir y añadir alguna modesta contribución a la rosa de los vientos de la creación literaria, valga la cursilada. Otra cosa es que lo consiga. Y puede que lo haga, ya que he tenido muy buenos maestros que pusieron el cubo y la polea en el pozo del humor para que los que escribimos ahora sólo tengamos que tirar de la cuerda.
Confío en que esta ensalada de humor literario guste a todos aquellos que se aventuren a adquirirla y que éstos sean muchos. Aunque no me hago excesivas ilusiones y este volumen puede muy bien acabar siendo un w orse -seller. Porque ¿quién va a comprar hoy en día un libro de un autor que no sale en la televisión y al que, como suele decirse, sólo le conocen en su casa? Aunque, ¿quién sabe? También se ha dicho siempre que «Quien no te conozca, que te compre». Y nada más. Que, como se decía en los sainetes, perdonen «las muchas faltas» de este libro, que las habrá. Siempre hay que disculparle al autor en mayor o menor medida su ignorancia.
Pero considérese que si yo supiera todo lo que hay que saber en este mundo, ya no estaría en este mundo. Febrero, 2019. Pará bola del hi jo pródigo
San Lucas Sala en una casa judía, habitada por g ente pudi ente . Adornos y lujo. En escena SAMUEL, un hombre ancianísimo, vestido con ricos ropajes. De pr onto se abre la pu erta y aparece en ella un porquerizo cochamb roso y harapi ento , EL HIJO PRÓDIGO , al que tenemos que apodar así p orque nadie supo nunca cómo se llamaba.
O, al menos, no lo sabía San Lucas, que fue quien c ontó la historia. SAMUEL Mirando hacia la pu erta , con sorpresa. ¡Esas narices...! No me lo puedo creer. Reconociendo al recié n llegado. ¡Hijo de mis entrañas! EL HI JO PRÓDIGO Con un tono más f also que Judas Iscariote. ¡Padre adorado! Se abrazan.
El viejo empieza a llorar. SAMUEL ¡Hijo mío, hijo mío! EL HI JO PRÓDIGO Con frialdad. Padre, me estás mojando la túnica y es la única que tengo. SAMUEL Es por la alegría de verte. ¡Tantos años...! Pero ¡qué mal aspecto tienes! EL HI JO PRÓDIGO La vida... Ya sabes.
Le ap arta de sí. SAMUEL ¿Y has vuelto? EL HI JO PRÓDIGO Sin prest arle mucha atención y echando un ojo a la habitación, como tasando lo s muebles. Claro que he vuelto, ¿no me ves? SAMUEL Enjugán dose las lágrimas con el d orso d e la mano. ¡ Qué júbilo tan grande! EL HI JO PRÓDIGO He venido en cuanto he sabido la triste noticia. SAMUEL ¿Qué noticia? EL HI JO PRÓDIGO Sin querer met erse en expl icaciones. Pues ésa: la triste noticia.
SAMUEL No te entiendo, pero es igual; desde que te fuiste todas las noticias fueron tristes para mí. Abandonaste nuestro hogar y a tu familia. Te fuiste a tierras lejanas a vivir en el libertinaje. EL HI JO PRÓDIGO Tanto como en el libertinaje... SAMUEL Eso me dijeron los que supieron de ti. EL HI JO PRÓDIGO No tenías que haberles hecho caso.
Es que la gente es muy mala y le gusta malmeter. Y hay algunos hombres tan puritanos que a tomar dos veces café ya lo llaman libertinaje. SAMUEL Me dijeron que frecuentabas la compañía de malas mujeres. EL HI JO PRÓDIGO Es que las malas mujeres, al final, te acaban saliendo más baratas que las mujeres honradas, padre. SAMUEL Me pediste cuentas. Te llevaste tu parte de la herencia...
Por cierto, ¿la invertiste sabiamente? EL HI JO PRÓDIGO Sí; no, bueno, es decir... no tuve mucha suerte, la verdad. SAMUEL L o que importa es que ya has vuelto para no marchar jamás. EL HI JO PRÓDIGO Eso parece el cantable de una romanza de zarzuela. SAMUEL ¿Ya no abandonarás nunca a tu anciano padre, no es así? EL HI JO PRÓDIGO Esto... todo el tiempo. todo el tiempo.
Por cierto, ¡qué bonita alfombra! Parece persa. ¿Es auténtica? SAMUEL ¡Qué alegría me da verte, hijo! ¿Y qué más me cuentas? EL HI JO PRÓDIGO Hay algo que debo decirte. Hablando de carrer illa y en tono monó tono , pues se ve que son unas frases que tiene ensayadas: Padre: pequé contra el cielo y contra ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo; trátame, pues, como a uno de tus jornaleros. SAMUEL No hacía falta que lo dijeras, pero reconozco que la parrafada te ha salido muy bien. Doy las gracias al cielo que me ha devuelto a este hijo perdido.
Estuviste muerto y volviste a la vida. EL HI JO PRÓDIGO Muerto exactamente, no: sólo tuve la tosferina. Pero ya me curé. SAMUEL Mirando al cielo. ¡Gracias, Señor! EL HI JO PRÓDIGO Ap arte . Contemplando a su padre con oj o clínico.
Me han informado bien. Mi padre no dura ya ni una semana. He sido muy oportuno en volver a recoger todo lo que deje. No le quedan ya ni dos pregones. Alto . Entonces, padre, ¿ya no estás enfadado conmigo por haberme marchado? SAMUEL Mi corazón sabe perdonar.
EL HI JO PRÓDIGO Y aquello que me dijiste cuando me fui... ya sabes: lo de que me desheredabas, ¿lo dirías en broma, no es así? SAMUEL Lo dije muy en serio. EL HI JO PRÓDIGO ¡Vaya! SAMUEL Pero ahora mi enfado se ha apagado; sólo siento amor por el hijo que vuelve al redil. EL HI JO PRÓDIGO Ap arte . ¡Menos mal! Alto . ¿Podemos, pues, dar por acabada aquella disputa entre un padre y su amante hijo? SAMUEL ¡Acabada! EL HI JO PRÓDIGO ¿Y me firmarás un papelito? ¿Un papelito donde diga que me desrepudias y que vuelvo a ser tu heredero? SAMUEL Lo haré de mil amores, porque tu vuelta ha alegrado mis días.