© 2013 por Grupo Nelson®
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc. www.gruponelson.com
Título en inglés: Cast of Characters: Lost and Found
© 2012 por Max Lucado
Publicado por Thomas Nelson, Inc.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society y puede ser usada solamente bajo licencia.
Citas bíblicas marcadas «NVI» son de la Nueva Versión Internacional®NVI® © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usada con permiso.
Citas bíblicas marcadas «BLA» son de La Biblia de las Americas®, © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usada con permiso.
Citas bíblicas marcadas «DHH» son de La Biblia Dios Habla Hoy, Tercera edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996. Usada con permiso.
Editora en Jefe: Graciela Lelli
Adaptación del diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.
ISBN: 978-1-60255-821-2
Impreso en Estados Unidos de América
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Quisiera dedicar este libro a uno de mis amigos más queridos y uno de mis personajes favoritos: Art Hill. Anciano de la iglesia por muchos años, esposo de mi asistente editorial, y un gran tipo en todo sentido. Gracias por ser Art.
TAMBIÉN POR MAX LUCADO
INSPIRADORES
3:16
Acércate sediento
Aligere su equipaje
Aplauso del cielo
Como Jesús
Con razón lo llaman el Salvador
Cuando Cristo venga
Cuando Dios susurra tu nombre
Cura para la vida común
Dios se acercó
Él escogió clavos
El trueno apacible
En el ojo de la tormenta
Enfrente sus gigantes (2006)
En manos de la gracia
Gente común
Gracia
Gran día cada día
La gran casa de Dios
Lecturas inspiradoras de Lucado
Más allá de tu vida
Max habla sobre la vida
Mi Salvador y vecino
No se trata de mí
Seis horas de un viernes
Sin temor
Sobre el yunque
Todavía remueve piedras
Un amor que puedes compartir
Y los ángeles guardaron silencio
FICCIÓN
La historia de un ángel
La vela de Navidad
LIBROS DE REGALO
El espejo de Dios
El regalo para todo el mundo
Esperanza. Pura y sencilla
Experimenta el corazón de Jesús
Gracia para todo momento, vols. I y II
Para estos tiempos difíciles
Promesas inspiradoras de Dios
Su gracia vive aquí
Un cafecito con Max
LIBROS INFANTILES
Buzby, la abeja mal portada
El corderito tullido
Flo la mosca mentirosa
Hermie, una oruga común
Hermie y sus amigos del jardín
Hermie y Wormie en un diluvio de
mentiras
Por si lo querías saber
Stanley una chinche apestosa
Webster, la arañita miedosa
BIBLIAS
(EDITOR GENERAL)
Biblia Gracia para el momento
CONTENIDO
Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una granmultitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamadoJairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija estáagonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él…
Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tuhija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas,cree solamente.
Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Yvino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentabanmucho. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sinoduerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre dela niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de laniña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña selevantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Pero él les mandómucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
—MARCOS 5.21–24 , 35–43
A noche intenté enseñar a mis hijas a ver con sus ojos cerrados. Le pedí a Jenna, la de ocho años, que fuera a un lado de la sala. A Andrea, la de seis, le dije que se parara del otro lado. Sara, la de tres años y yo nos sentamos en el sofá en el medio y observamos. A Jenna le tocaba cerrar los ojos y caminar. A Andrea le tocaba servir de ojos a Jenna y guiarla de manera segura hasta el otro lado de la habitación.
Usando frases como: «Da dos pasos de bebé hacia la izquierda» y «Cuatro pasos gigantes hacia adelante», Andrea guió exitosamente a su hermana a través de un traicionero laberinto de sillas, una aspiradora y una cesta de ropa.
Luego le tocó a Jenna. Ella guió a Andrea hasta pasar la lámpara favorita de su mamá y le gritó justo a tiempo para evitar que chocara con la pared cuando pensó que su pie derecho era el izquierdo.
Luego de varias expediciones por la oscuridad, se detuvieron y procesamos los datos.
«No me gustó», se quejó Jenna. «Causa temor ir hacia un lugar que no se puede ver».
«Tenía miedo de caer», asintió Andrea. «Me la pasé dando pasitos para estar segura».
Me siento identificado ¿y tú? A nosotros los adultos tampoco nos gusta la oscuridad. Pero andamos en ella. Al igual que Jenna, a menudo nos quejamos del temor que nos produce caminar hacia un lugar que no podemos ver. Y al igual que Andrea, frecuentemente damos pasos tímidos para no caer.
Tenemos motivos para ser precavidos: estamos ciegos. No podemos ver el futuro. No vemos absolutamente nada más allá del presente. No puedo decirte con certeza que viviré el tiempo que sea necesario para poder acabar este párrafo. (¡Puf, lo logré!) Tampoco puedes decirme si tú vivirás el tiempo que sea necesario para leer el siguiente. (¡Espero que lo logres!)
No me refiero a ser corto de vista ni a tener la vista obstruida; me refiero a la ceguera opaca. No me refiero a una condición que se pasa con la niñez; estoy describiendo una condición que solo se va con la muerte. Somos ciegos. Ciegos al futuro.
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